Todo padre desea lo mejor para sus hijos, sin embargo, en ocasiones las actitudes de los progenitores no son las mejores para el desarrollo de sus pequeños. Una excesiva protección, demasiadas comparaciones, críticas habituales, etc. Estos son algunos ejemplos de comportamientos tóxicos que, aunque habituales, pueden ser peligrosos para los niños.
Hacer autocrítica nunca está de más y los padres deben aprender a revisar sus propios comportamientos con el fin de detectar actitudes tóxicas que lastren el desarrollo de sus hijos. Desde el Centro Psicológico CPC se brindan varios ejemplos de estas conductas paternas con el fin de que puedan evitarse y los padres puedan dar a los hijos el mejor entorno de educación.
Actitudes tóxicas
1. Demasiado exigentes. Si bien los padres deben tener grandes esperanzas en sus hijos, la nula tolerancia al fracaso es contraproducente. Nadie es perfecto y esperar que los pequeños lo sean es absurdo. Cuando las cosas no salen como se esperaba, hay que animar a seguir adelante.
2. Manipuladores. Muchos padres creen saber qué es lo mejor para sus hijos y por ello, de forma inconsciente, termina manipulando a los pequeños para que se comporten de forma de un modo u otro. Hay que dejar libertad, siempre que no comporte peligro, y permitir cierta autonomía en los niños.
3. Padres autoritarios. Muchos padres imponen un modelo de conducta, pero no se paran a hablar con sus hijos sobre sus expectativas y su modo de ver el mundo. En estos casos lo recomendable es charlar con ellos y conocer su visión de las cosas.
4. Exceso de crítica. La crítica constructiva es buena ya que permite reconocer ciertos errores y empezar a trabajar en solucionarlos, pero la ausencia de elogios es un error. Los buenos comportamientos deben aplaudirse y cuando algo no sale bien, hay que trabajar por solucionar el motivo que dio lugar a este resultado, no hacer que los pequeños se entristezcan.
5. Proyección de sus sueños. ¿De padres abogados deben resultar hijos abogados? Cada niño tendrá unas ilusiones que los padres deben respetar y animar a cumplir, siempre que no resulten imposibles de llevar a cabo.
6. Excesa permisividad. Los padres que permiten todo a sus hijos dan un mal ejemplo a los niños. Parte de la educación también pasa por hacer entender a los pequeños que en ocasiones sus deseos no pueden llevarse a cabo.
Damián Montero
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