¡Sigue adelante el verano! Los más pequeños de la casa siguen adelante sus vacaciones, lo que significa viajar, acudir a campamentos, ir al cine, etc. Son muchas las fórmulas que existen para rellenar este tiempo libre tan propio del periodo estival. Incluso el aburrimiento puede ser una gran idea para ocupar estos huecos en la rutina de los niños.
Por curioso que parezca, dejar que los más pequeños de la casa se aburran en casa durante el verano también tiene beneficios en los niños. Si bien la misión de muchos padres es la de hacer que en todo momento sus hijos lo pasen bien, y por ello buscan constantemente actividades para los menores, dejar espacio a esta opción puede ser una gran idea.
Los beneficios del aburrimiento
Llega la tarde veraniega, el calor en la calle impide realizar actividades fuera, el viaje programado todavía debe llegar y no hay nada qué hacer. El aburrimiento aparece, ¿deben los padres actuar y ahorrar estos momentos a los más pequeños? Tal y como señala Cristina Gómez, psicóloga-orientadora del Gabinete Psicopedagógico Municipal de Xirivella, en estas ocasiones los niños tienen dos opciones.
Por un lado, el aburrimiento puede hacer que el niño mantenga su postura pasiva y «seguir aburrido«. Postura que lo llevará a buscar que otra persona les proporcione nuevas ideas para solventar esta situación o, que los adultos responsables les motiven a realizar otras acciones.
Gómez recomienda la segunda opción y que los padres animen a que sus hijos piensen en una actividad que les motive para solucionar su aburrimiento. Si el niño llega pidiendo ayuda a sus progenitores para acabar con esta sensación, los adultos en lugar de proporcionarle la solución, deben realizar preguntas como: «¿Qué te gustaría hacer ahora? ¿Cómo puedes hacerlo en casa?»
Además, el aburrimiento también es una buena fórmula de enfrentarse a la frustración. Los niños quieren divertirse, pero la situación no les es propicia. A ellos les toca poner en marcha su imaginación y conseguir manejar este contexto que les aflige. Para saciar su descontento deben emplear recursos como la creatividad y la memoria para o bien encontrar una solución novedosa o para recordar otra que haya funcionado en el pasado.
Pilar Muñoz, psicóloga orientadora en secundaria, también explica que el ejercicio también debe estar presente en el cerebro. Hay que hacer que los más pequeños pongan en marcha su mente y el aburrimiento es una buena chispa para encender esta chispa. «Hay que enseñar a los chavales a estar en soledad y en silencio. Es un ejercicio fundamental para nuestro cerebro y a penas lo practicamos. Estamos creando personas multitask y no nos damos cuenta de la importancia de detenerse y estar en silencio para reflexionar, ordenar pensamientos y ser conscientes de nuestras emociones», concluye esta profesional.
Fomento de la imaginación
La imaginación es una de las respuestas más rápidas y efectivas contra el aburrimiento. Una capacidad que también puede ser utilizada en otros contextos como la resolución de conflictos en el día a día:
– Refuerzo de la autoestima. Los niños deben tener confianza en ellos mismos y ser capaces de dar rienda suelta a su imaginación, si el entorno les ofrece esta comodidad, los pequeños seguirán creciendo en este aspecto.
– Aplaudir sus iniciativas. Cuando el niño, a través de su imaginación, proponga una iniciativa para solucionar su situación los padres no deben menospreciarlas. Aunque no sean posibles, habrá que explicar los límites, pero hay que aplaudir esta resolución de los hijos.
– Juego libre. Hay juegos con una gran cantidad de normas, pero otros permiten que el niño sea quien dirija el rumbo de la situación. Bloques de madera para que el niño construya distintas formas, rompecabezas que hagan que los más pequeños estimulen su imaginación para tratar de ver cómo sería la forma completa del puzle.
Damián Montero
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