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Trabajo, casa, hijos… ¿cómo mantener el equilibrio en nuestra vida?

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Actualmente, las mujeres nos vemos muy a menudo en el papel de combinar la progresión profesional junto con el ejercicio de desarrollar la maternidad, seguir sintiéndonos vivas como mujeres y disfrutando del mundo. La respuesta es Si se puede, pero como todo, requiere de entrenamiento. Ser muchas de nuestras facetas es todo un arte de atención y equilibrio en la vida.

Es muy habitual en nuestra cultura actual que las mujeres queramos abarcar todo, hacerlo bien, ser impecables en el cuidado de todo, atender nuestro hogar, y además estar estupendas, disponibles para todo y que todo esté siempre «perfecto».

Y con estas premisas y expectativas es normal que algo salga perjudicado y suele ser casi siempre alguno de nuestros pilares: nuestra pareja, nuestra salud física o nuestra salud emocional. Para que esto no suceda, vivir la vida, sin perder nuestro camino y sin perdernos nosotras existen una serie de puntos a atender y a los que cuidar en el día a día (pero sin estrés también).

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Como puntos principales a tener cuenta para mantener el equilibrio en nuestra vida, destacamos los siguientes:

1. Atiéndete y cuídate como algo prioritario en tu agenda. Nuestro entorno quiere vernos felices, esto es muy importante para la estabilidad emocional del hogar, y si no nos cuidamos, no podremos cuidar.

2. No te castigues y permítete descansar. Si sientes que «no llegas a todo», sé amable contigo y permítete ser humana. Descansar es muy importante, y si sientes que todo está hecho un desastre, observa la escena desde fuera y relativiza, valorando tu estado como algo importante atender. Es preferible que descanses un rato y luego con las pilas más cargadas hagas lo que puedas, que el hecho de que agotes la batería muy pronto y luego no estés disponible adecuadamente para nadie.

3. Delega y pide ayuda, es muy importante. A veces entramos en la falsa creencia de pensar y sentirnos imprescindibles y solemos cargarnos de tareas y otras cosas que no nos corresponden o que podemos compartir. Decide qué roles ocuparás y en qué momentos, ayúdate coordinándote en casa, con otros padres del colegio, con tu pareja, con el uso de actividades, etc. Prioriza y aprende a leer lo importante, lo urgente y lo prescindible.

A veces, el cambio con respecto a la vida que llevábamos antes de tener familia es impactante, y puede costar un tiempo adaptarse

4. Sé práctica y ayúdate con rutinas. Acuesta a los niños temprano y mantén rutinas de hogar. Ten ese espacio de la noche para ti y tu pareja, para desconectar y charlar del día, para estar juntos, o simplemente estar en silencio y descansar.

5. Enamórate de tu vida actual. A veces, el cambio con respecto a la vida que llevábamos antes de tener familia es impactante, y puede costar un tiempo adaptarse a tener esta nueva etapa, a tener otros horarios, a que la relación con nuestra pareja es diferente, y que nuestra libertad ha cambiado, y que hay otros seres que dependen de nosotros a los que amamos a la par que nos agotan física y mentalmente. Y también puede darse que vivamos una crisis de valores o prioridades y que esa progresión profesional que llevábamos se altere, nuestros valores y prioridades empiezan a cambiar y o reinventarnos entramos en una crisis personal de la que para tranquilidad de todas, sucede en la mayoría de las mujeres. Y ahí es de esos momentos donde vemos la capacidad de resiliencia del ser humano y las capacidades de adaptación y de crecer son grandes y nos hacen evolucionar como personas.

6. Aprende a vivir con la incertidumbre y el caos de este momento, es algo que también pasará. La confianza hará que no pensemos más allá de si nuestro trabajo durará o no, si nuestros hijos crecerán sanos o no, si nuestra relación de pareja aguantará este momento o no. Vive día a día y entrégate a él con el mayor amor, madurez y comprensión que puedas.

7. Céntrate en lo positivo de las situaciones que también lo hay, y aplica el sentido del humor a tu vida. Por ejemplo, es posible que te veas una tarde que estabas hasta arriba de trabajo llevando a tu hijo al pediatra en urgencias y también se te rompa la lavadora, y te parezca que todo es una broma con cámara oculta. Sólo tenemos dos opciones, enfadarnos y verlo todo negro, o pensar que mañana será otro día, que la tarde la hemos pasado juntos mi hijo y yo que a veces no podemos, y hasta podemos reírnos (por no llorar) de la noticia de la lavadora… si se te juntan varias de estas en tu hogar en un breve espacio de tiempo y siente s estrés, es normal, y antes de querer salir corriendo, puedes acabar riéndote del surrealismo de la película de tu vida en este momento, esto también te ayudará a desdramatizar y saber que es puntual y que pasará.

8. Aprende a poner límites y decir que NO. Es importante que priorices y que te conviertas en selectiva para muchas cosas que antes entraban en tu vida, ahora tus tiempos son más valiosos, tienes más que atender, y es importante que tú estés en esas prioridades y te sientas cuidada y atendida por ti en primer lugar.

9. Busca tu equilibrio y practica actividad física y mental. El cultivo intelectual y el cultivo psicológico/espiritual son muy saludables para reconectar, volver a sentir quienes somos cuando nos perdemos, recargar la batería y poder seguir dando y ofreciendo al mundo todo lo maravilloso que hay en nosotros.

10. Mira la vida de ahora como pequeños retos diarios. Cada día una aventura nueva, cada día un reto a superar. Esto es vivir y esto nos hará más grandes y fuertes y además dotará de mucho sentido a nuestras vidas y al proyecto al que nos hemos entregado, nos unirá como familia y con nuestro socio de vida el superar los retos juntos. La vida está llena de contrastes, apreciamos los buenos momentos porque también vivimos otros diferentes. Si observas con distancia podrás mirarlo todo con mayor equilibrio y sabiendo que las situaciones no son eternas y tienen un tiempo.

11. Observa cómo piensas y actúas. Esto te orientará si estás instalada en la negatividad, la queja y el estrés o si estás instalada en la actitud positiva y realista de vivir en presente y adaptarnos a las circunstancias que van y vienen tomando decisiones acordes al momento.

12. Crea tu propio modelo de madre. No hay un modelo único ni perfecto. No es más perfecta ni mejor madre la que trabaja y gana dinero que la que no trabaja y se dedica al hogar, que la que va al colegio a buscar a los niños, que la que hace mil regalos y planes*cada madre es única y todo el mundo tiene a la mejor madre de su mundo. Es muy inteligente saber que cada persona es única y necesita adaptarse a sus circunstancias. Los niños perciben el amor de sus madres incluso desde un mensaje de teléfono. La presencia, el cariño, la ocupación no requiere de estar todo el tiempo juntos físicamente. Si tu estilo de madre es de trabajadora, muy ocupada, pero el fin de semana o las noches un ratito estas disfrutando de la familia y descansando, sintonizada con ese momento, contenta y amorosa, felicidades. Y si tu modelo de madre es no trabajar fuera de casa, y estar todos los días en casa, presente y disfrutando de este momento, felicidades también. Todo tiene sus ventajas. Los hijos necesitan vernos felices y en coherencia con nosotras mismas, eso es muy importante.

En resumen, organiza tu tiempo de manera realista. Haz listados semanales o diarios de cosas que podáis realizar en el hogar, sin «apretar» demasiado la agenda de actividades, médicos, ocio, reuniones, etc. Querer ser muy productivo no se traduce en ser eficiente. En este caso, no buscamos un modelo de productividad, buscamos un equilibrio entre atender, estar bien, ser felices y vivir una vida plena y de calidad.

Disfruta cada momento presente que la vida te regala, ya que la vida que vives hoy no es la de mañana, ni la de dentro de unos meses, ni la de los próximos años. Aprovecha lo bueno que te trae este momento también.

Ana Asensio. Psicóloga y fundadora de Vidas en positivo

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