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El dolor de la independencia de los hijos: cuando la maternidad termina

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El síndrome del nido vacío es el dolor que sufren muchos padres cuando sus hijos se independizan de la casa familiar, afecta a ambos progenitores equitativamente, suele ser más común en las mujeres ya que tienen más probabilidad de haber tenido el papel de cuidadoras primarias.

El psicólogo de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Casa de Salud de Valencia, el doctor Antonio Crespo, asegura que «muchas madres han decidido dedicar sus vidas a la crianza de sus hijos y consideran que la maternidad es su papel principal en su rol de mujer. Esto les sucede también a la mayoría de las madres trabajadoras actuales, quienes, una vez sus hijos han abandonado el hogar familiar, pueden sentir que una de sus funciones más importante, la maternidad, ha terminado».

Cuando esto ocurre, las madres pueden sentirse inútiles, desorientadas e inseguras sobre el significado que pueda tener el futuro que se les avecina. «Estos síntomas iniciales no deben ser motivo de alarma y nunca deben alargarse en el tiempo más de unos seis meses, tiempo suficiente para digerir una transición exitosa», matiza el doctor Crespo.

El síndrome del nido vacío afecta más cuando…

El doctor Crespo indica que tiene que ver con distintas situaciones:

– Padres que se preocupan porque creen que sus hijos no están listos para asumir
las responsabilidades de los adultos independientes.

– Cuando el cambio se considera como un factor estresante en lugar de ser una oportunidad de disponer de más tiempo para disfrutar de «hobbies aparcados» o para compartir ese tiempo con la pareja.

– Los padres y madres a tiempo completo se ven afectados con mayor frecuencia que los que también tienen otras tareas que desempeñar, por ejemplo, un empleo remunerado.

– Cuando el abandono de la casa familiar se debe a una experiencia difícil y emocional como puede ser una mala relación.

– Cuando el matrimonio es inestable o insatisfactorio.

– Los progenitores pueden ser más susceptibles a sufrir el síndrome del nido vacío como consecuencia de experiencias pasadas, como tener que pasar largas temporadas sin sus hijos bien por causas laborales o personales, etc.

En este sentido, el doctor Crespo asegura que «en muchos casos, el síndrome del nido vacío se agrava por otros eventos vitales difíciles o cambios significativos que ocurren al mismo tiempo, como la jubilación, una mayor dependencia física, la menopausia o la muerte de uno de los cónyuges».

A diferencia del dolor experimentado cuando por ejemplo un ser querido muere, «el dolor que produce el Síndrome del nido vacío a menudo no se reconoce inicialmente, porque cuando un hijo adulto se muda de casa se considera un evento normal y saludable y, en muchas ocasiones los padres afligidos pueden encontrar pocas fuentes de apoyo o empatía», asegura el doctor Crespo.

Aunque puede ser normal sufrir ansiedad y tristeza con la transición, hay algunas maneras de lidiar con los síntomas del Síndrome del nido vacío para garantizar que se pueda reanudar su vida normal y descubrir nuevas oportunidades emocionantes sin centrarse demasiado en la ausencia de los hijos e hijas.

Marina Berrio
Asesoramiento: doctor Antonio Crespo, psicólogo de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Casa de Salud de Valencia.

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