Las varices son hereditarias, pero pueden aparecer aunque no tengamos antecedentes familiares. Hoy en día, es posible prevenirlas haciendo ejercicio y siguiendo una serie de pautas saludables, pero una vez han aparecido la única solución es la cirugía o el láser. Las varices presentan una patología evolutiva, es decir, que si no se tratan a tiempo, van a peor.
Por eso es importante frenar su proceso de formación para evitar futuras complicaciones vasculares, como pueden ser la flebitis, la tromboflebitis y las úlceras varicosas.
Claves para evitar la aparición de varices en las piernas
Si no se sufre de varices, es aconsejable seguir una serie de pautas para evitar que en un futuro hagan aparición. Éstas son:
– Limitar el uso de ropa ceñida y botas que se ajusten mucho a las piernas y den calor.
– Moderar el consumo de calorías y tratar de llevar una dieta en la que frutas y verduras no falten.
– Si trabajas mucho tiempo sentado/a, procura hacer un pequeño descanso cada hora y pasear para mover las piernas. Si por el contrario trabajas de pie, procura descansar sentado y con las piernas un poco elevadas.
– Las duchas de agua fría en las piernas mejoran la circulación.
– La natación y caminar son dos ejercicios muy saludables para las piernas.
En caso de que las varices estén presentes, la única solución que queda es ponerse en manos de expertos para que las eliminen mediante cirugía o láser. Por suerte, en este campo la tecnología y la medicina han avanzado lo suficiente como para ofrecer tratamientos apenas o nada invasivos que borran las varices de forma muy eficaz, permitiendo que el paciente vuelva a hacer vida normal a los pocos días.
Los beneficios del ejercicio para las varices
El ejercicio físico durante épocas de frío repercute de manera positiva en la prevención de la aparición de molestias por las varices y la insuficiencia venosa así que, «de manera indirecta, un abordaje adecuado de la caída del termómetro beneficia la salud venosa», asegura el doctor Rodrigo Rial, miembro del Capítulo Español de Flebología.
Durante los meses invernales los síntomas de la insuficiencia venosa y las varices mejoran de forma general, pues las venas se encuentran menos dilatadas, por este motivo los expertos desaconsejan una actitud sedentaria y la exposición al calor.
«La exposición a fuentes de calor intensas como la calefacción alta, las fuentes de calor próximas o el calor procedente del suelo, todo ello asociado a la inactividad física, favorece la agravación de síntomas compatibles con una insuficiencia venosa crónica previa o en personas que ya han desarrollado varices», advierte.
Cristina Mendiola
Asesoramiento: Doctor Rodrigo Rial, especialista en Flebología
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