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Solo un 10% de mujeres alcohólicas acuden a las asociaciones, al «no contar con el apoyo familiar»

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MÁLAGA, 9 Abril

Cuando una mujer padece algún trastorno relacionado con el alcohol, el apoyo que recibe por parte de sus familiares es menor que en el caso de los hombres. Esto provoca que tan sólo un 10 por ciento de ellas se decida a solicitar ayuda, como ocurre en el caso de la Asociación Libres de Alcohol de Málaga (Alama).

Así lo ha afirmado su presidente, Baldomero Villanueva, quien ha asegurado que el 90 por ciento de las personas que acuden a Alama son varones. Esto, ha aclarado, «no quiere decir que la población femenina no sea mayor, el problema es que les cuesta mucho trabajo llegar a las asociaciones porque no cuentan con el apoyo familiar como ellos».

En este sentido, ha insistido en que «los alcohólicos siempre tienen a la familia detrás», mientras que en el caso de «la alcohólica es muy difícil que un familiar se preocupe por ella, desgraciadamente».

La Asociación Libres de Alcohol de Málaga celebra este domingo su segundo aniversario, y el balance desde su constitución es positivo, según su responsable. De hecho, ha afirmado que «se está consiguiendo» uno de los objetivos principales de Alama, que es atender al entorno familiar de los afectados: «una familia donde hay alcohólicos es una familia desestructurada, enferma», ha manifestado.

La tendencia actual es que las personas que mayoritariamente tienen problemas con el alcohol sean cada vez más jóvenes. De hecho, el perfil es que tenga un edad comprendida entre los 30 y 40 años y que, además de a la bebida, padezca adicción a otras sustancias como la cocaína o el cannabis.

«Eso es lo más frecuente ahora», ha indicado Villanueva, una situación que se ha visto motivada principalmente por «la moda» del botellón, que ha dado lugar a que la edad baje. Así, si antes un alcohólico «se hacía a lo largo de los años y resultaba a los 50 años», ahora «la forma de beber mucho en poco tiempo lleva a que recurran también a otros tipos de droga».

Esta circunstancia ha traído, además, otras consecuencias, y es que «se están detectando muchos infartos cerebrales, la mayoría de las veces producida por alcohol y cocaína», ha alertado.

Además, a esta tendencia se une la crisis, que ha derivado en que algunos niveles de consumo de cocaína u otras sustancias estupefacientes se sustituyan por adicciones médico-ambientosas. «Se están utilizando mucho los fármacos para reducir la ansiedad», ha indicado el presidente de Alama, quien, en cuanto al consumo de alcohol, no ha destacado ninguna modificación significativa a causa de la situación financiera.

En estos cometidos se encuentra trabajando desde hace ya dos años la Asociación Libres de Alcohol de Málaga, que, situada en la calle Bolivia de la capital, cuenta con 110 socios, tres psicólogos voluntarios y varios médicos que asisten a estas personas. Para ello, desarrolla sesiones de terapia tres días a la semana, dirigidas tanto a alcohólicos y sus familiares como a aquellos que sufren otro tipo de adicción en general; y también cuenta con un programa de inserción social.

Además de a los socios, Alama atiende a otros individuos tanto de Málaga como de otras localidades cercanas a la capital. En total, Villanueva ha calculado que sumarían más de 300 personas. Asimismo, personas no alcohólicas pero afines al objeto de esta asociación colaboran con la misma brindándole su apoyo económico, ya que, como ha explicado, su presidente, ésta depende de una subvención del Área de Bienestar Social del Ayuntamiento.

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