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El síndrome de la mala madre

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Las mujeres han alcanzado nuevos roles en la sociedad actual. Este nuevo estatus alcanzado por la mujer parece positivo, pero es una trampa que nos atrapa y de la que difícilmente podemos salir intactas. Las exigencias pueden ser demasiado altas y aparece el sentimiento de estar descuidando algo importante, la sensación de estar descuidando a los hijos, esto es lo que se conoce como el síndrome de la mala madre.

El progreso social ha llevado a un necesario cambio para la mujer, su vida no se reduce a la parcela de madre y ama de casa. Ahora las mujeres son mucho más que madres, tienen una carrera profesional, cultivan aficiones, se cuidan físicamente, mantienen su vida social, tratan de mantener la salud emocional y física, etc, una trampa que genera el denominado síndrome de la mala madre, que se manifiesta en forma de estrés excesivo en la mujer de hoy, ya que es dificil abarcarlo todo y hacerlo bien al mismo tiempo.

Los roles de la mujer: madre y mujer con éxito laboral

El síndrome de la mala madre es una afección moderna de reciente aparición. Se genera como consecuencia del nuevo y necesario estatus social alcanzado por la mujer. Estos nuevos roles son necesarios en una sociedad que ha de basarse en la igualdad. Sin embargo, aparece el problema cuando estos nuevos roles son asumidos y al mismo tiempo se asumen también los roles tradicionales.

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Los roles tradicionales aportan la imagen de la mujer que tenía que ser una buena madre abnegada, pendiente del cuidado y crianza de sus hijos, una buena esposa que mantiene una relación sana con su pareja, y una ama de casa que sabe y organiza la casa con eficiencia y eficacia. Los roles modernos pretenden mujeres con carreras exitosas, que cultiven amistades, y tengan tiempo para dedicarse a aficiones como la lectura, el arte… y además se mantengan atractivas.

Exigencias sociales excesivas para la mujer

Las exigencias para ser una mujer exitosa y valorada socialmente son, en la mayoría de los casos excesivas, no se puede ser perfecta en el cuidado de los hijos, en la carrera profesional, mantener una relación de pareja sana, cultivar las amistades, cuidar el cuerpo y mantenerse atractiva, llevar una casa, etc…

Las mujeres de hoy en día se enfrentan a una locura diaria, tienen que atender a los hijos (sus deberes, comidas, etc.) cuidan de su relación y organizan la casa (coladas, compras, limpieza…), además han de ser buenas en su trabajo y buscar tiempo para quedar de vez en cuando con sus amigas, ir al gimnasio y mantenerse emocionalmente fuertes.

En el caso de los hombres, en cambio suelen centrarse en sus carreras profesionales, ayudando en la crianza de los hijos y las tareas de la casa, pero se mantiene socialmente una idea, una regla no escrita, en la que las mujeres son las responsables de los hijos y la casa.

Cómo hacer frente al síndrome de la mala madre

Las mujeres de hoy en día lo tienen muy difícil para triunfar. Ahora no es suficiente con tener la casa impoluta, hijos bien educados y una relación sana y cuidada. Ahora para triunfar la mujer tiene que tener éxito laboral, tiene que tener una rica vida social, cultivarse a nivel personal y mantenerse atractiva.

Todas estas exigencias hacen que para las mujeres sea muy difícil ser perfectas en todo

Y aparece el sentimiento de estar fallando en lo más importante: en el cuidado y crianza de los hijos. Se sienten malas madres y esto es el síndrome de la mala madre. Este sentimiento provoca que intenten compensar esa sensación con acciones educativas para compensar esa sensación que no siempre son las más acertadas: como compensar el tiempo perdido con regalos, consentir a sus hijos, evitar riñas y castigos, ponerles la televisión para poder descansar, etc.

Consejos para manejar los diferentes roles y evitar el síndrome de la mala madre:
1.   Ninguna persona puede ser perfecta, esto es lo primero que debemos tener en cuenta. No podemos hacer todo perfecto.
2.   La maternidad es una importante, pero no la única. Las diferentes parcelas que nos definen como mujeres no se limitan a la maternidad, aunque sí que es cierto que esta es una parcela muy importante.
3.   Es importante aprender a compaginar las diferentes parcelas y lograr el equilibrio que nos haga felices.
4.   Los niños no necesitan madres perfectas, pero sí buenas madres. Los niños necesitan una madre feliz y satisfecha y no una madre que les atienda constantemente.
5.   Protege a tus hijos con unas pautas que les sirvan de guía, no necesitan que hagas todo por ellos, pero sí limites, valores y cariño.
6.   Dedícales tiempo de calidad. No es necesario dedicarles una gran cantidad de tiempo, es más importante la calidad que la cantidad el tiempo.
7.   Respeta tu tiempo y haz que lo respeten. Es necesario que delimites tu parcela, que la respetes y que hagas que ellos la respeten.

Celia Rodríguez Ruiz. Psicóloga clínica sanitaria. Especialista en pedagogía y psicología infantojuvenil. Directora de Educa y Aprende.
Autora de la colección Estimular los procesos de lectura y escritura

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