Mantener una piel fresca, tersa y joven es el objetivo de muchas mujeres y marcas cosméticas que, con cuidados e investigación, luchan cada día contra el envejecimiento prematuro de la piel, un proceso natural marcado por el paso del tiempo, que puede acelerarse o retrasarse en función de los mimos y cuidados que reciba nuestra piel.
Este deterioro se va haciendo visible a lo largo de los años mediante un doble proceso de madurez: el envejecimiento intrínseco y el extrínseco, dos procesos que hay que mantener a raya si queremos saber cómo frenar el envejecimiento de la piel.
El doble envejecimiento de la piel
1. El envejecimiento intrínseco, también conocido como el proceso natural del envejecimiento de la piel, es un continuo proceso que normalmente comienza a los 20 años. Algunos de los signos propios de este envejecimiento intrínseco son las finas líneas de expresión y arrugas, una piel delgada, transparente y con pérdida de firmeza.
2. El envejecimiento extrínseco es el resultado de factores externos que trabajan conjuntamente en el proceso de envejecimiento prematuro de nuestra piel. Las principales causas de este tipo de envejecimiento son la exposición excesiva al sol, el efecto de la gravedad y las expresiones faciales que repetimos, como por ejemplo, arquear las cejas o fruncir el ceño.
Por eso, es importante adquirir una rutina y una serie de cuidados que retrasen la aparición de estos signos de envejecimiento para que nuestra piel luzca saludable, bonita y libre de arrugas.
5 pasos para retrasar el envejecimiento de la piel
1. Limpiar la piel por la mañana y por la noche. Es importante realizar la limpieza de la piel tanto por la mañana, como por la noche. Este paso es fundamental para que el resto del tratamiento que vayamos a aplicar funcione. Durante la noche, nuestra piel inicia un proceso de regeneración, eliminando células muertas. Llevar a cabo una buena limpieza por la mañana que elimine esas células muertas, nos permitirá dejar los poros limpios y preparados para recibir la hidratación adecuada. La limpieza nocturna está destinada a retirar los residuos que los factores medioambientales, como la contaminación o los rayos UV, hayan podido depositar en nuestra piel.
2. Exfoliar una vez en semana. Ayuda a limpiar los poros en profundidad y a dejar la piel preparada para que el tratamiento penetre hasta la dermis.
3. Tonificar a diario. El efecto refrescante de este producto protege la piel del cansancio diario. Por otro lado, también restaura y equilibra la hidratación de la piel. Conviene usar el tónico después de realizar la limpieza.
4. Hidratar. La aparición de arrugas se debe, en gran medida, a la falta de hidratación e incide directamente en la pérdida de firmeza de la piel. Es importante aplicar un producto que tenga componentes antioxidantes para luchar contra el envejecimiento prematuro.
5. Proteger. La protección solar tiene que ser un requisito indispensable en el cuidado de la piel. Incluso cuando no brilla el sol, ¡estamos expuestos a un 80 por ciento de rayos UV que atraviesan las nubes, la niebla e incluso el cristal! Usando una protección solar de alto espectro estás ayudando a prevenir el envejecimiento prematuro y el cáncer de piel.
Isabel Guevara. Consultora de Belleza Independiente de Mary Kay Cosmetics
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