Pasa un año tras otro. Pasan las navidades y los gimnasios se llenan de gente: hay que comenzar con la llamada ‘operación bikini’ porque el verano está a la vuelta de la esquina. Con más o menor éxito y más o menor obsesión, son muchos los que empiezan dietas con el simple objetivo de perder peso, perdiendo de vista otras cosas mucho más importantes. Y sobre esto reflexiona esta entrenadora.
La protagonista de esta historia se llama Molly Galbraith. Ella es co-fundadora y propietaria de Girls Gone Strong, una guía y página web de fitness cuya peculiaridad es que está diseñada por mujeres pensando en mujeres. El objetivo de esta comunidad online es animar a las féminas a cuidar su cuerpo, mantenerlo y ejercitarlo mientras se sienten bien.
Y de eso precisamente va la publicación que ha subido a su página de Facebook y que ha sido todo un éxito: miles de personas la han compartido por la gran verdad que encierran sus palabras.
Reflexión sobre su cuerpo
En el ‘post’, esta entrenadora se muestra muy clara y concisa: «este es mi cuerpo», comienza, y después sigue una verdadera declaración de cómo su cuerpo, debido a su profesión, ha sido públicamente evaluado de forma continua. «Este cuerpo ha sido llamado muy gordo, muy delgado, muy masculino, muy fuerte, muy débil, muy grande, muy flaco… y todo en la misma semana», relata.
This is my body. This not a before picture. This is not an after picture.This just happens to be what my body looks…
Posted by Molly Galbraith on Viernes, 1 de enero de 2016
En dicha fotografía la joven cuenta que su propósito para este año que recién ha comenzado es seguir animando a las mujeres a que se acepten a sí mismas y a sus cuerpos… y animarse a sí misma a hacerlo.
Galbraith ha cambiado de figura en multitud de ocasiones desde 2004 por su entrenamiento y alimentación y, también, ciertas enfermedades con las que lidia: tiene Hashmoto y el síndrome de los ovarios poliquísticos, que puede ocasionar aumento de peso en quien lo padece.
De este modo, esta entrenadora cuenta cómo su vida no es tan fácil como pudiera parecer, explica que también lo ha pasado mal por tantas personas que han juzgado su capacidad de entrenadora basándose sólo en su cuerpo y, lo más importante, asegura que, por primera vez en mucho tiempo, se siente de verdad a gusto con su cuerpo.
Ella anima a todas las mujeres a buscar y a seguir el camino de la auto-aceptación para poder ser feliz con uno mismo: «Hoy en día se trata de un cuerpo que es amado, adorado y apreciado por la única persona cuya opinión sí importa, la mía. Esta es la primera vez en años en que no me he propuesto cambiar el aspecto de mi cuerpo. Es una especie de libertar que jamás pensé experimentar y que sienta realmente de maravilla».
Ángela R. Bonachera
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