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15 claves del saber estar de la madre 10

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Ser mamá no es fácil, y, pese a nuestro empeño de hacerlo cada día mejor y conseguir ‘Sobresaliente’ en el saber estar de la madre 10, es un reto cada día en el que debemos esforzarnos y poner todo nuestro empeño. Ser madre es un oficio para no el que no se necesita curriculum ni experiencia, simplemente hay que darlo todo.

Hay veces en que las madres no podemos evitarlo y tenemos que reconocerlo: metemos la pata. Menos mal que después se saca…

15 claves del saber estar de una madre 10

1.- No gritaré a los hijos en caso de enfado. Todo lo que tenga que decir, aunque sea en estado de desesperación, lo diré en tono de voz firme pero calmada. Si he de insistir en una orden por falta de caso, lo haré de manera profesional, o sea, con el «por favor» por delante.

2.- Si veo que pierdo el dominio sobre mi voz y el grito aflora sin control a mi garganta, trataré al menos de que no sea gutural.

3.-Iré en el coche calmada; aunque los demás conduzcan pésimamente, nunca lanzaré improperios al resto de conductores sobre todo cuando vayan los niños en el coche.

4.- Nunca diré tacos: ni aun cuando el estado de desesperación sea extremo. Así evitaré que los niños los repitan y pasar el bochorno de que me digan en la tutoría del colegio: «Si el niño dice palabrotas es porque las oye en casa».

5.- No me echaré en el sofá repantingada cuando haya amiguitos de los niños en casa.

6.- No regañaré a los hijos de los demás aunque lo hayan hecho muy mal, eso lo hace la madre de cada uno, que para algo la tienen. Tampoco abogaré a favor de mi niño ante la de los demás niños, la mejor opción es que se apañen entre iguales.

7.- En los cumpleaños ajenos, no me lanzaré como posesa a la piñata cuando mi niño no muestre interés; y menos acapararé a dos manos. Tampoco iré más tarde mendigando a los otros niños para que aprendan a compartir.

8.- No iré nunca de súper mamá, charlando y dando consejos en voz audible al niño en sitios cerrados, como por ejemplo, en la consulta del pediatra. Destierra el «Lo que tienes que hacer es…».

9.- No hablaré de lo que le pasa al niño en plural, en plan, «Tenemos piojos», «Estamos cansados» o «Nos hemos hecho caca». Es cursi.

10.- No me viciaré con el Smartphone delante de los niños, jamás en público. Si ya estoy enganchada, intentaré mantener al menos un hilo de conexión con la realidad para que el niño no tenga que preguntar lo mismo 15 veces seguidas.

12.- No hablaré a las demás madres de las maravillas de mi niño, como si ellas no tuvieran uno de la misma edad. En general, trataré de que las proezas de mis pequeñines no sean nunca tema de conversación.

13.- Tendré el detalle de no enganchar al bebé, que ya empieza a chapurrear, con la primera víctima que me llame, menos si llama desde un móvil.

13.- (Intentaré) no criticar a las demás mamás. Y menos diré a los niños, para criticar a gusto: «Vete a dar un paseo que tenemos que hablar de cosas de mayores».

14.- Trataré con respeto al profesor/a en las reuniones de clase, no le llevaré la contraria ni cuestionaré sus propuestas; si algo no me gustara, lo diré en privado y no montaré un pollo. Si tengo dudas concretas sobre mi chiquitín, las plantearé igualmente en privado sin mortificar al resto de los padres.

15.- Haré un esfuerzo por conocer a los compañeros de mis hijos y a poner cara a sus mamás. Sobre todo para no meter la pata y preguntar en qué curso está tu hija, cuando lleva 6 años siendo compañera de la mía. Si me aprendo el nombre, mejor que mejor; si ando mal de memoria, recurriré a técnicas de asociación de ideas, pensando siempre que mi reputación de madre encantadora está en juego.

Marina Echánove. Estilista y escritora
Autora del libro Tu estilo. Las claves de la elegancia, la feminidad y la distinción, de Editorial Palabra

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