El Foro Económico Mundial celebró en la décima edición del Informe Global de la Desigualdad de Género que por primera vez las mujeres ganan lo mismo que los hombres… ganaban hace una década. A pesar de los 250 millones de mujeres que se han incorporado al mercado laboral desde 2006, la proyección mundial de igualdad que se extrapola del informe marca el 2133 como el año en el que se alcanzará la igualdad en el ámbito económico entre hombres y mujeres.
Un avance muy lento en materia de igualdad entre hombres y mujeres
Según el informe del Foro Económico Mundial, la brecha de género en salud, educación, política y en oportunidades económicas se ha cerrado apenas un 4% y la brecha en economía solo un 3%. Si el avance se mantiene estable, tardaríamos 115 años en alcanzar la igualdad, y eso solo en el campo económico. En educación. la desigualdad ha aumentado en un 22%, a pesar de que en 97 países el número de mujeres matriculadas en la universidad es mayor que el de los hombres.
Desde el 2009, el avance hacia la igualdad en el mercado de trabajo y la igualdad salarial se ha estancado notablemente aunque, en principio, la igualdad en oportunidades económicas ha mejorado en un 4%. Según el informe, la salud y la supervivencia constituyen el pilar más cercano a la igualdad (o por lo menos es el que refleja datos más favorables para las mujeres). Además, aunque sea el ámbito en el que existe una mayor disparidad, en política se ha registrado el mayor avance hacia la igualdad.
Sin embargo, aunque la presencia de las mujeres en la política haya aumentado, solo 18 de los 193 países reconocidos por la ONU son gobernados por mujeres (países como Alemania, Brasil, Chile o Liberia). En general, de los 109 países que el Foro Económico Mundial lleva analizando desde 2006, 104 han mostrado una mejoría en igualdad entre hombres y mujeres mientras que los cinco restantes han empeorado. Solo Estados Unidos ha bajado ocho puestos desde 2014.
España se sitúa entre los países que han mostrado un mayor crecimiento en la categoría de participación económica, ocupando la posición vigésimo quinta en el ranking de igualdad global (por encima de Estados Unidos, Canadá o Luxemburgo). Nadie ha obtenido mejores datos que nosotros en el acceso a la educación primaria, secundaria y superior: en los tres sectores se han incorporado más mujeres que hombres. Sorprendentemente, esta desigualdad negativa para los hombres se registra con un punto, es decir, con la nota más alta que un país puede sacar en términos de igualdad.
¿Es realmente fiable el informe del Foro Económico Mundial?
Si hay algo que no sorprende de los resultados del informe es que, según este, los países nórdicos siguen siendo las sociedades más igualitarias del mundo. Islandia encabeza el ranking seguida por Noruega, Finlandia y Suecia. Lo que sí llama la atención es que Ruanda ocupa el sexto puesto, un país que combina el parlamento con más presencia femenina del mundo, con un régimen poco democrático que ha sido denunciado por la ONU por su participación en la «guerra sucia» por el coltán del Congo.
Además, otros países que suspenden en informes sobre respeto a los derechos humanos de sus ciudadanos, como Burundi (que ocupa el puesto 23) o Cuba (el 29), se posicionan por delante de países como Canadá, Luxemburgo o Australia y el primero de hecho supera a España y a Estados Unidos (28). ¿Pueden Estados en los que la democracia brilla por su ausencia ser realmente algunos de los más igualitarios del mundo?
Si se estudia con detenimiento este informe que analiza la igualdad de género, lo primero que llama la atención es que no estudia la desigualdad entre hombres y mujeres. Si en un país se recogen datos con profundas diferencias entre la población femenina y la masculina, todavía puede encabezar la lista de los más igualitarios del mundo, siempre y cuando los datos desfavorables sean los de los hombres. Es decir, el objeto de estudio del informe es exclusivamente la situación desfavorable de las mujeres en el mundo.
Entre los factores que determinan el ranking se encuentran algunos que están fuera del control de los Estados, como el porcentaje de nacimientos de niñas frente al de niños; en muchos, la población masculina suspende de forma sistemática sin que afecte a la posición del país en la lista (como la esperanza de vida); y otros son relativos y sus cifras engañan, como el porcentaje femenino de la población incorporada al mercado laboral.
Paridad en los números de este informe no es sinónimo de justicia, verdadera igualdad o bienestar. En los países ricos más mujeres pueden permitirse dejar de trabajar cuando se quedan embarazadas; realidad contrastada con la situación de la gran mayoría de mujeres en países como Burundi que se ven obligadas a trabajar en condiciones infrahumanas para alimentar a su familia. Indicadores que harían saltar las alarmas en la mayoría de informes pueden favorecer en este al país del que provengan.
Dictaduras a la cabeza del ranking
Si se cogen los datos de Islandia, España, Ruanda, Estados Unidos, Cuba, Canadá y Rusia se puede apreciar con facilidad las carencias del informe. Rusia ocupa el puesto 42 en salud, frente al puesto 109 de Canadá o el 105 del líder, Islandia. En Rusia las mujeres sobreviven a los hombres una media de 10 años, y la esperanza de vida de estos es de 55. Esto implica que la media en salud se hará con un punto (la nota más alta, refleja igualdad) más unas décimas extra por salirse de la media.
En Estados Unidos el salario medio es de 40.000 dólares al año, tanto en hombres como en mujeres (las mejores cifras del estudio en igualdad salarial). Sin embargo, esto se refleja en el informe con un punto, la misma nota que obtiene un país en el que la población masculina asista considerablemente menos que las mujeres al colegio o la universidad. Es decir, datos desfavorables para los hombres se premiaría numéricamente de la misma forma que la igualdad.
Ruanda ocupa el puesto 14 en igualdad en la economía, frente al 28 de Canadá o el 67 de España, probablemente debido al elevado porcentaje de mujeres que trabajan en este país, en el que el salario mínimo en la industria del té es de unos 33€ al mes. Y en el caso de Cuba (aunque no supere las cifras del parlamento ruandés), sus 49 parlamentarias le han ayudado a asegurarse una posición que supera a la de Canadá, aun cuando este tiene unas cifras insuperables en educación.
A pesar de todo, este informe del Foro Económico Mundial tiene un efecto muy positivo: llama la atención sobre las injusticias que se cometen contra las mujeres en muchos países del mundo y sobre la desigualdad de oportunidades a las que se enfrentan en la mayor parte del planeta. Sin embargo, hay que tener cuidado si el sistema de calificación que se utiliza premia Estados como Ruanda, Cuba o Burundi.
Marga Wesolowski
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