Un niño te cambia la vida, pero no solo porque las rutinas en el hogar cambien, sino porque literalmente la mujer cambia durante la gestación. Variaciones que no solo se aprecian en el espectro físico. La mastrencia se refiere a todo el proceso que hace que la futura madre evolucione, presentando conversiones en su cerebro haciendo que su mente funcione forma distinta.
Matrencia es un término creado por la psicóloga Aurelie Athan. Una palabra que se refiere a todos los cambios que experimenta la madre durante el embarazo y que prepara su cerebro para el cuidado de su bebé. Ahora, un estudio elaborado por la investigadora en neurociencia Susana Carmona ha permitido puntualizar de forma más acertada las variaciones que se producen en la mente de la mujer.
Poda neuronal
Muchos son los cambios físicos durante el embarazo y que son evidentes a cualquier persona que sea testigo del proceso de gestación. Pero, ¿es el único cambio en donde se producen estas variaciones? Desde luego que no, el cerebro de la madre también experimenta una evolución que hace que la mujer pueda perfeccionar los cuidados que ofrecerá a su hijo.
A este proceso se le conoce como poda cerebral y para analizarlo los investigadores utilizaron resonancias magnéticas para seguir de cerca el primer embarazo de un grupo de 25 mujeres. Al mismo tiempo, se realizó el mismo seguimiento en otro colectivo de idéntico número pero que no habían tenido un hijo y que no estaban gestándolo.
Los resultados demostraron que el embarazo provocaba en la mujer cambios idénticos a los que se atraviesa en la adolescencia. Un dato que confirma la teoría de estos investigadores: la gestación es una etapa de neuroplasticidad. ¿Cuál es la causa de ello? El aumento hormonal, un crecimiento de los niveles de estrógenos que se asemeja a los mismos que se registran en la etapa de la pubertad.
Estos resultados son la puerta de otras investigaciones que podrían enfocarse en los cambios que experimenta el cerebro de la madre durante el embarazo. Alternaciones en su red neuronal que podrían explicar también la aparición de otros trastornos en la mujer tras la gestación. De igual modo, también podría potenciarse el proceso de la poda cerebral, favoreciendo la adaptación al cuidado de los pequeños.
Qué cambios se registran
Una vez se ha comprobado que el cerebro de la madre cambia durante el embarazo, toca hacerse la pregunta del millón. ¿Qué cambios se registran en este proceso? ¿Qué conlleva la poda cerebral? El primero es el descenso de la materia gris en algunas áreas, provocando por ejemplo un descenso en la hostilidad hacia el resto, lo que favorece el desarrollo de una actitud empática.
Gracias a la actitud empática, hay mayor posibilidad de que el vínculo de apego entre madre e hijo se potencie. Un hecho que a la larga se traducirá en una relación más sana que no solo hay que observar en la etapa infantil, sino durante toda la vida del pequeño. Por otro lado, esta evolución el cerebro de la madre también le permite entender mejor las necesidades del niño, incluso cuando este es incapaz de transmitirlas con palabras.
Por otro lado, sentidos de la madre como el olfato se potencian. De nuevo, el vínculo entre la mujer y su hijo se beneficia ya que otros estudios han demostrado que el olor del recién nacido provoca en la madre una sensación agradable, favoreciendo que quiera tenerlo entre sus brazos y haciendo sentir al bebé más seguro.
Damián Montero
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