El uso abusivo y continuado de la manicura permanente puede provocar infecciones por hongos o bacterias en las uñas. Además, puede ocasionar pérdida del grosor y brillo de la uña, reacciones alérgicas a los esmaltes, infecciiones y granulomas de queratina si no se usa con moderación. Así que si eres muy fan de la manicura permanente, tómate un descanso.
La moda de lucir una estética elegante de las uñas de manos y pies ha propiciado que la manicura permanente sea una de las más solicitadas en los centros de estética, pero lucir unas uñas de manos y pies siempre perfectas tiene su peligro.
Evita un uso continuado de la manicura permanente
Existen varios motivos por los que es necesario incluir periodos de descanso necesarios para conservar la salud de las uñas. La doctora Lidia Tomas, dermatóloga del Hospital VithasNisa Virgen del Consuelo, advierte que «el daño que puede ocasionar en la uña el uso continuado de estos productos deriva en primer lugar, de la utilización de la lima que llega a pulir la lámina ungueal de la uña para dejarla porosa y facilitar la adhesión de las capas de gel hasta conseguir la forma que se quiere, y pasadas unas semanas hay que retirar el gel y el esmalte usado por lo que hay que volver a limar».
En consecuencia, tal como afirma la doctora Tomás, «como la uña ha perdido dureza y está blanda, al limarla de nuevo muchas veces se llega a perder no solo la primera capa, sino que se llega a perder por completo la capa ungüeal de la uña, que es la encargada de proteger esta parte del cuerpo». Por esta razón, la uña pierde su grosor y se debilita, se fractura frecuentemente y pierde su brillo natural.
Manicura permanente: belleza que tapa
La composición química de los esmaltes y los geles de uñas que se utilizan para la manicura permanente pueden ocasionar un problema añadido en la coloración de la uña. La doctora Lidia Tomas advierte que «pueden aumentar la aparición de manchas amarillas y granulomas de queratina que son las manchas blancas, y además la uña, como no recibe directamente la luz solar que aporta la Vitamina D, precisamente por tener una capa de esmalte, se debilita. Por eso, recomiendo usar las llamadas uñas de gel de manera ocasional y moderada, y dejar que las naturales vuelvan a crecer, descansen y se reparen».
Por otra parte, para poder endurecer el material acrílico que se coloca sobre la uña se suelen usar pequeñas lámparas de rayos ultravioleta que, con el calor, fortalecen el sellado de la manicura, «pero a la larga su uso abusivo puede provocan también daños en la dermis que, aunque aún es un poco pronto para saberlo. a la larga podrían provocar incluso cáncer de piel», asegura la doctora Tomas.
Un punto importante a tener en cuenta es que, en ocasiones, las uñas si están continuamente tapadas pueden enmascarar enfermedades o signos de patologías, «como problemas renales, hepáticos, endocrinos y cutáneos y además, -comenta la doctora Tomas-, otro de los peligros de la manicura permamente es que también pueden provocar infecciones por hongos o bacterias en las uñas e, incluso, reacciones alérgicas a los químicos que componen los geles y esmaltes».
La solución está usar estos geles y esmaltes con moderación, «intentar hacer periodos de descanso para permitir a la uña recuperarse y al hacer la manicura no eliminar totalmente la cutícula para evitar infecciones o inflamaciones de la piel ya que la cutícula sirve de barrera protectora», concluye la doctora Lidia Tomas.
Marisol Nuevo Espin
Asesoramiento: doctora Lidia Tomas, dermatóloga del Hospital Vithas Nisa Virgen del Consuelo
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