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Carmen Sanz Chacón: «Se detectan tres niños por cada niña de altas capacidades»

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¿Por qué las chicas más inteligentes ocultan su alta capacidad durante la adolescencia? ¿Cuál es el motivo de que abandonen sus aspiraciones profesionales para ocuparse de su familia e hijos? ¿Por qué se decantan por educación y salud para su desarrollo profesional y siguen representando una mínima parte del personal directivo en el ámbito empresarial?

Carmen Sanz Chacón, Física y Psicóloga Clínica especializada en Superdotación y Altas capacidades, fundó en 2003 El mundo del Superdotado, un centro para el diagnóstico, qué pretende dar respuesta a estas preguntas y proporcionar tratamiento para los problemas que puede causar el exceso de inteligencia. Es autora de La maldición de la inteligencia y acaba de publicar Destacar o callar, donde habla de la desventaja social de las mujeres más inteligentes, no solo en la actualidad sino a lo largo de la historia.

Como dice Pilar Gómez Acebo, ¿es cierto que «hay que ser muy lista para hacerse la tonta»?
La verdad es que las mujeres muchas veces hemos tenido que hacernos las tontas para poder sobrevivir. De hecho, destacar o callar, es una decisión que hemos tenido que tomar muchas veces. Hemos tenido que no destacar, no decir aquello que pensamos para poder sobrevivir y conseguir lo que queremos, quizás, por otros medios. En cualquier caso, yo prefiero destacar y que las mujeres podamos hablar y expresar lo que sentimos, lo que opinamos con tranquilidad y con claridad, en igualdad, no que nos tengamos que callar como hemos tenido que hacer durante toda la historia.

¿Por qué consideras que la adolescencia es la etapa crítica para las niñas con altas capacidades?
En la adolescencia, las niñas con altas capacidades tienen bastante más problemas que los adolescentes normales e incluso que los niños con altas capacidades. Los adolescentes normales lo pasan mal, generalmente, porque están construyendo su personalidad, tienen que adivinar quiénes son, qué tipo de persona van a ser, qué tipo de profesión van a tener y se ven sometidos a un montón de presiones sociales, familiares, etc. En el caso de los niños con altas capacidades en general, también se ven sometidos a un problema añadido y es que destacar en la clase no está bien visto y sufren acoso escolar y las burlas de sus compañeros. Esto les provoca también bastantes problemas y muchas veces dejan de estudiar o de sacar buenas notas para no destacar. Esto es común en niños y niñas. A esto se une, en el caso de las niñas, que ser mujer e inteligente no está bien visto. Además, en la adolescencia, lo que empieza a preocupar más a las niñas es el hecho del atractivo físico, ser atractiva para los chicos. Y una mujer muy inteligente suele tener más problemas, porque no les gusta a los hombres en general, que las mujeres destaquemos en inteligencia. Por eso, estas adolescentes tienden todavía a ocultarse más, a meterse debajo de la alfombra, intentan no destacar y relacionarse con sus compañeras como si no pasara nada, y se hacen «las tontas» muchas veces para sobrevivir.

¿Cómo crees que ha afectado que la sociedad haya subestimado la inteligencia de las mujeres en el acceso a las oportunidades educativas y profesionales?
Bueno, hasta hace prácticamente 100 años las mujeres no teníamos acceso a la educación básica. Prácticamente a mediados del siglo XX es cuando empezamos a asistir con normalidad a la universidad, en todas partes. Entonces, durante todo el tiempo anterior, las mujeres hemos estado privadas de esa educación que nos podía haber permitido llegar a tener excelencia profesional o ser eminentes. Además, una mujer que tiene que realizar las tareas del hogar sin ayuda, que tiene que cuidar de sus hijos y que tiene además un montón de trabajo doméstico que hacer, es más difícil, lógicamente, que tenga ese tiempo y esa capacidad para poder educarse adecuadamente para competir en el mercado laboral. Todo esto nos ha limitado a nivel laboral, y no hablamos de una época que haya pasado todavía. Ahora mismo muchas mujeres tienen que escoger entre su desarrollo profesional o atender a su familia, porque no tienen tiempo, capacidad o fuerza para hacer ambas cosas a la vez, porque ser capaz de destacar en el ámbito profesional, requiere dedicar muchísimo tiempo y esfuerzo.

Si no tienes el apoyo adecuado de una pareja que te comprende y que está ahí a tu lado, pues es francamente difícil.

Realmente, estamos hablando de las superwoman, las que lo consiguen, porque es muy complicado que una mujer sin apoyo lo pueda conseguir.

En la sociedad actual, ¿qué recomiendas, Carmen, para compaginar familia y matrimonio con el éxito profesional?
Lo que recomiendo es escoger bien la pareja, eso es lo primero. Y desde luego, desde el principio, las mujeres que queremos tener un desarrollo profesional debemos dejarlo claro, porque eso va a implicar, de alguna manera, que ambas personas, ambos miembros de la familia, se van a tener que implicar a fondo en la crianza de los hijos y en todo lo que tenga que ver con el mantenimiento del hogar. Eso tiene que quedar claro. Si no queda claro, pues luego, lógicamente, va a haber problemas y es cuando nos vamos a encontrar con disgustos o soluciones drásticas que van a afectar a la nuestra vida emocional y la de nuestros los hijos. Para ello, es importante escoger personas con las que nos podamos comunicar, personas como nosotros, por eso las mujeres con altas capacidades tenemos menos opciones.

¿Por qué ocurre esto?
Lamentablemente, porque además hay otro tema que está demostrado a lo largo de la historia y es que a los hombres generalmente no les gusta casarse o tener una relación sería con una mujer que sea más inteligente que ellos. Esto es algo que todavía, aunque racionalmente lo acepten, en el fondo, en el lenguaje masculino, todavía es difícil de llevar que una mujer tenga más éxito profesional, que gane más dinero, que tenga más reconocimiento. Los hombres lo llevan mal, lo puedo decir, porque lo veo todos los días. Con lo cual, esto hay que dejarlo claro desde el principio. Y la persona con la que, de alguna manera, decidas formar una familia tiene que tener muy claro que no eres una mujer promedio, sino que eres una mujer que va a destacar. A lo mejor no destacas porque no tienes suerte y no te va bien la vida, pero tienes capacidad y ganas de ello y vas a ir a por todas igual que él. Igual que las mujeres siempre hemos apoyado a los hombres incondicionalmente en el desarrollo de sus carreras, lo que hay que exigir es que ellos también nos apoyen incondicionalmente en el desarrollo de nuestras carreras profesionales. Si no es así, no va a funcionar, vamos a tener que renunciar. Y a la larga, cuando la vida pasa, vas a echar de menos no haber podido hacer todo aquello que te hubiera gustado hacer, aunque la familia es maravillosa y yo nunca diría que haya que renunciar a ella. Personalmente tengo dos hijos, una familia maravillosa y para mí son la prioridad número uno. Pero bien es cierto que necesito también tiempo para hacer todo aquello que a mí me gusta.

También existen barreras para lograr el éxito profesional, ¿cómo luchar contra el techo de cristal, sobre todo, si eres una mujer con altas capacidades?
Para luchar contra el techo de cristal, lo que tienes que hacer generalmente es trabajar mucho, esforzarse y estar demostrando continuamente que eres tan válida como los hombres. Esto, la verdad, es un reto importante, porque se te exige bastante más que a tus compañeros varones, pero no hay más remedio. Cada vez impera más la diversidad de género en las cúpulas de las empresas, pero lo que siempre ha afectado a que las mujeres podamos desarrollarnos profesionalmente es que eran los actos directivos los que elegían a los actos directivos del siguiente nivel, y siempre eran hombres. Entonces, para una mujer, ¡yo lo he vivido personalmente!, he tenido un puesto de alta dirección en una gran empresa, una multinacional, y era bastante complicado, porque cuando llegaba el momento de elegir, casi siempre se decantaban por un compañero, porque entre los hombres había «colegueo», salían a tomar copas, en fin, tenían un nivel de relación y de confianza que no podían tener con una señora que se iba a las siete a su casa porque tenía a sus hijos y no se podía ir de copas, por ejemplo. Entonces, yo creo que esto se ha superado un poco, y que ahora, sobre todo, queremos conciliar, y me imagino que hay más oportunidades para las mujeres. Pero lo cierto es que tenemos que seguir demostrando muchísimo para poder romper el techo de cristal.

¿El éxito profesional es incompatible con la vida familiar?
Muchas veces se nos exige hacer cosas que no son compatibles con tener una vida familiar. Porque, claro, si para poder acceder a un puesto de alta dirección tienes que pasarte todo el año viajando, o tienes que llegar todos los días a tu casa a las 10 de la noche, o tienes que, en fin, llevar un tipo de actividades que no son compatibles, pues las mujeres al final tenemos que elegir: no todo vale, todo esto no me compensa porque me estoy perdiendo la infancia de mis hijos. O sea, yo tuve que poner una barrera y decirle al que entonces era mi jefe que yo a partir de las 7 de la tarde no asistía a ninguna reunión porque es que si no, no veía a mis hijos. Estaba de 9 a 7 y a las 7 de la tarde nos ponían reuniones, lo cual ahora mismo parece inconcebible, pero hace 20 años era habitual estar hasta las 10 de la noche en la oficina. Entonces, lo que hay que hacer es trabajar mucho y desde luego fijar las condiciones en la empresa. Yo aquí me voy a dejar la piel, lo que haga falta y me voy a rendir como cualquier otro. Pero tú tienes que respetar también mis condiciones, que son mis horarios, mi familia y lo que yo necesito. Hay que exigir también que haya conciliación y oportunidades, porque las mujeres podemos rendir tanto como los hombres, pero a lo mejor nos tenemos que ir un día al médico. Ahora mismo el tema del teletrabajo está ayudando bastante a que las mujeres podamos desarrollar una carrera profesional. Pero esto es muy nuevo. La idea es seguir por ahí, que se mida por objetivos, por productividad y no por presencialidad, por estar en la oficina calentando la silla, que es lo que se ha hecho durante mucho tiempo.

No existe una diferencia por géneros en el caso de las altas capacidades. ¿Por qué siempre se ha pensado lo contrario?
Siempre se ha pensado que las mujeres somos menos inteligentes que los hombres y de hecho en la Edad Media, hubo una votación entre monjes donde se tuvo que decidir si las mujeres éramos seres humanos o no. Las mujeres recibimos el calificativo de seres humanos solamente por un punto, porque si no estaríamos a la altura de los monos o de los animales. Tampoco hace tanto tiempo que un diputado en el Parlamento Europeo hablaba de que las mujeres no somos inteligentes porque nunca habíamos conseguido excelencia ni premios Nobel ni nada por el estilo.

Lo cierto es que la ciencia ha demostrado, y hay muchísimos experimentos que lo demuestran, que no hay diferencia sustancial en la inteligencia entre hombres y mujeres.

Si hay una diferencia, y eso sí que está comprobado, en la inteligencia emocional y en algunas cualidades de la inteligencia. En inteligencia emocional, las mujeres tenemos más facilidad para percibir las emociones de los demás y, de alguna manera, para controlar mejor el entorno emocional que nos rodea. En cambio, los hombres quizás tienen una mayor autoestima, un mayor autocontrol, una mayor ambición. 

¿Qué es el efecto Matilda?
Elegir una carrera de ciencias, por lo menos hasta hace unos años era un poco raro. Que una mujer diga que se quiere dedicar a investigar, o a ser ingeniera y a construir pozos petrolíferos, o a viajar por todo el mundo, o a ser astronauta, es algo que estaba siempre más asociado a los estereotipos masculinos. Esto es algo cultural, es algo que siempre ha imperado. ¿Qué observamos en la historia? Hay algunas mujeres que han destacado porque han tenido la oportunidad por su familia, porque sus padres realmente les han dado acceso a esa educación, o porque han sido muy insistentes, como muy cabezonas, y a pesar de no poder incluso acceder a las aulas de investigación de la universidad. Pero lo más lamentable es que muchas mujeres con altas capacidades han conseguido descubrimientos fantásticos, como por ejemplo el de la forma del ADN, y no han sido reconocidas porque estaban en un equipo y cuando se publicaba el trabajo aparecían los nombres de sus compañeros o el de ellas aparecía al final, aunque hubieran sido las auténticas descubridoras del tema. A esto se llama el efecto Matilda, y de eso tenemos muchísimos ejemplos.

¿Cómo animar a las niñas con altas capacidades a estudiar carreras de ciencias?
Ahora mismo es fundamental para nuestra sociedad que las mujeres y las niñas con altas capacidades puedan dedicarse al ámbito de la ciencia y la tecnología porque cada vez necesitamos más profesionales en el mundo de las STEM. Y ahí es donde las mujeres casi siempre se ven, de alguna manera sometidas, o les cuesta más que se les anime a seguir estudiando, cuando la inteligencia de las mujeres es igual que la de los hombres. Son capaces de ser ingenieras, informáticas o cualquier otra profesión de alta tecnología igual que los hombres. Entonces hay que animarlas porque estas niñas de hoy con altas capacidades, si las descubrimos, si las animamos, si las ayudamos, pues tendremos en breve grandes profesionales que pueden aportar su capacidad a nuestras empresas, porque realmente nos hace falta.

De cara a los padres, ¿cómo pueden darse cuenta de que tienen una niña con altas capacidades?
Las niñas con altas capacidades suelen destacar pronto. Normalmente, a partir de los 3, 4 o 5 años, pero no siempre es así. Hay niñas que a lo mejor hasta los 6 años no empiezan a destacar. No siempre tienen que aprender a leer a los 6 años. Yo misma soy superdotada, como supongo que sabéis, y yo aprendí a leer a los 5, a los 6, como los demás niños, no antes. También es un tema de oportunidades. ¿Cómo destacamos? Normalmente son más maduras que las niñas de su edad, eso es muy importante. Tienen una capacidad de razonamiento, unas preguntas que de alguna manera a los padres les llaman la atención. Como además esto es un tema familiar, si en la familia hay algún tipo de antecedentes, o si tienen hermanos con altas capacidades, yo siempre digo no descartes que la niña también lo sea, aunque la niña no incordie. Porque a nosotros nos vienen muchos niños con problemas de… que son muy movidos, no hiperactivos, sino muy movidos, o que tienen problemas de conducta, o que tienen fracaso escolar, o que están muy aislados en el colegio, o que terminan todos los días a peleas, porque los chicos se meten con ellos. Pero nos vienen menos niñas porque las niñas disimulan más. Entonces, una niña que es muy madura, que aprende rápido, que tiene un vocabulario muy desarrollado, que los padres en el parque la ven o la comparan con las hijas de sus amigos o los propios del colegio y ven que es una niña que destaca… pues yo diría que es un tema para mirarlo, porque no se trata solamente de si la niña tiene un CI de 130 y es superdotada y va a recibir una educación especial porque la necesita por ley, sino porque hay muchas niñas que a partir del 120 tienen ya problemas de adaptación.

Entonces, ¿cómo descubrir a estas niiñas?
De hecho, se detectan tres niños por cada niña en las clínicas de psicología e incluso en los colegios. Lo que sucede con las niñas es que se integran mejor, disimulan mejor, se adaptan mejor, socializan mejor y cuando llega la Primaria son niñas que suelen obtener muy buenas notas. Son niñas estupendas, todo el mundo las quiere, qué buena niñas, qué callada, qué bien. En la Secundaria, como no les gusta destacar, no quieren destacar, las notas pueden bajar, pero suelen tener buenas notas. Y normalmente no van a contar cómo se sienten en casa, ¿vale? Pero sí que es probable que el hecho de tener que ocultarse o el hecho de sentirse diferentes, o el hecho de que les cueste hacer amigas, o incluso el hecho de que las compañeras de clase se metan con ellas, que también es muy frecuente, de alguna manera es sutil, porque las mujeres somos más sutiles, simplemente te dejan de lado.

Hay muchísimas mujeres adultas superdotadas con baja autoestima que la arrastran desde la infancia.

Nosotros aquí, en El mundo del superdotado, trabajamos mucho con mujeres que realmente arrastran esa baja autoestima desde la infancia por no haber tenido quizás ese apoyo, esa identificación que necesitaban. Es muy importante que los padres se preocupen por este tema, porque también es esencial de cara a orientar profesionalmente.

Cuando los padres se dan cuenta de que tienen una niña con altas capacidades, ¿cuál es el camino para que llegue a alcanzar el éxito, para que pueda estar bien integrada en la sociedad y pueda ser feliz?
Bueno, lo primero es la detección. Siempre digo a los padres que, si tienen sospechas, lo primero es intentar que en el colegio la valoren. Suele ser un intento infructuoso, porque hay muy poquito tiempo por parte de los orientadores y además, como dicen los profesores… «todos los padres creen que sus hijos son muy listos». Entonces ahí, en el mismo saco, entran todos y no es fácil, a menos que la niña destaque muchísimo en clase o en notas, que en el colegio les hagan caso. Aun así yo recomiendo a los padres que soliciten una valoración en centros como el nuestro. La valoración se hace en una mañana o en una tarde. El coste es perfectamente asumible también para cualquier familia y con eso de alguna manera ya empiezan a tenerlo claro. También es muy importante que conozcan cómo es su hija emocionalmente. No basta solamente con saber que tiene altas capacidades. Hay que conocer también muy bien la personalidad del niño, cómo está emocionalmente, si tiene algún tipo de problemas, para acompañarle en esa etapa. Las personas con altas capacidades suelen ser altamente sensibles y sufren más. Es muy bueno el control de su desarrollo emocional y si en algún momento observamos que hay alguna desviación porque vemos que la autoestima es baja o que tiene algún problema de ansiedad, hay que apoyarles con especialistas.

De todas las mujeres con altas capacidades poco conocidas a lo largo de la historia, ¿cuál es la que más te ha llegado más al corazón o destacarías?
Uno de mis ídolos desde muy pequeña, que todo el mundo conoce, es Marie Curie. Aparte de tener una vida familiar, que la tuvo, con una pareja con la que pudo trabajar en los nuevos proyectos, fue una de las primeras mujeres en obtener un premio Nobel en Física. Siempre la he admirado también como persona. Me he permitido conocer su vida un poco más a fondo y para mí siempre ha sido una mujer a seguir. De hecho, yo antes de ser psicóloga, era licenciada en Física y creo que también por ahí, por esa parte, me ha cautivado.

Marisol Nuevo Espín

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