Se va afianzando la tendencia de las familias a optar por coches amplios y versátiles. ¿Qué elementos tenemos que analizar antes de elegir el que más nos conviene? En España los turismos más vendidos son los de carrocería ‘tres volúmenes’, aquellos que cuentan con un espacio para el capó con el motor, otro para el habitáculo y un tercero para el compartimento de carga.
Esto es algo que no ocurre en la mayoría de países europeos, que prefieren los coches de tipo familiar, lo que se interpreta como una mayor madurez del mercado.
Quiere esto decir que los consumidores españoles aún compramos movidos más por la estética que por la funcionalidad del vehículo o, lo que sería lo mismo, que las razones subjetivas están por encima de las objetivas.
La principal diferencia de un coche familiar es la disponibilidad del espacio interior, pero en este aspecto hay que superar el concepto del simple maletero, que en una berlina sería -en la mayoría de los casos- la única manera de llevar un equipaje u otros bultos que por su tamaño no se pueden guardar en el habitáculo.
El espacio disponible en un coche familiar permite un uso mayor porque posibilita utilizar todo el habitáculo de forma conjunta entre pasajeros y bultos. Y esta circunstancia es la que debe tenerse en cuenta la hora de decidirnos por un modelo en particular, en función de nuestras necesidades más habituales al viajar.
Checklist del coche ideal
– Lo más importante es la modularidad del espacio, es decir, la posibilidad de combinar el volumen. Por ejemplo, que los asientos se puedan desplazar de forma asimétrica e independiente, en dos tramos iguales por mitades, de un tercio y dos tercios o en tres tercios.
– Comprobar cómo queda el suelo con los asientos abatidos. Lo mejor es que quede totalmente plano, para facilitar la carga y descarga, así como el mejor equilibrio de los bultos grandes.
– Fijarse si dentro del habitáculo hay arandelas o fijaciones para poder amarrar los bultos. Un punto que se debe tener en cuenta si se viaja con mascotas es comprobar la posibilidad de montar una barrera para separar a las personas de los animales, tal como obliga la Ley de Seguridad Vial.
– Necesudad de transportar artículos deportivos como tablas de surf o bicicletas. En este caso, busca un coche que lleve en el suelo raíles sobre los que anclar estos artículos, no todos los tienen y resultan muy prácticos.
– Apertura y acceso de pasajeros. Algunos ofrecen la posibilidad de tener una tercera fila de asientos, generalmente dos, que se escamotean. La publicidad siempre dice que son utilizables para tallas grandes, pero no siempre es cierto, como tampoco que su apertura y el acceso de los pasajeros sean realmente sencillos. Es necesario comprobarlo, aunque solo los utilicemos ocasionalmente.
– De serie o en ‘paquete’. También es importante saber si estos asientos forman parte del equipamiento de serie o forman parte de un paquete que quizá incluya otros accesorios que no necesitamos. Esta misma precaución hay que extenderla a otras opciones que nos venden en forma de pack, que se disfraza como oferta y que obliga a adquirir cosas que no interesan.
– El tipo de neumáticos. Los neumáticos más anchos no siempre tienen mejor agarre que otros más estrechos, con los que además se puede obtener un menor consumo de combustible. Sin embargo, nos los venderán como una ventaja. Así mismo, si haces habitualmente viajes por rutas húmedas, con frío y nieve, existen neumáticos de uso mixto, con un rendimiento óptimo en esas circunstancias.
– Garantías. Las que ofrece la marca dentro del pago ordinario y las opcionales. Es fundamental conocer a fondo su funcionamiento, qué servicios contemplan, las limitaciones en el tiempo o por kilometraje. Si es posible acudir a talleres independientes, dónde pasar las revisiones, relaciones entre los talleres y tu compañía de seguros.
Francisco del BRÍO. Newsmotor
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