MADRID, 16 Abril
La buena iluminación es fundamental a la hora de leer con un ‘e-book’ para no tener problemas con la vista, como cansancio o sequedad ocular. Los expertos recomiendan su uso moderado y emplearlos siempre con buena luz y el mismo tipo de letra.
Con motivo de la celebración el próximo día 23 de abril del Día Internacional del Libro, la portavoz del Instituto Varilux, Noelia Suárez. recomienda adoptar una serie de hábitos relacionados con la higiene visual. Entre ellos, destaca «asegurarse de que leemos con una buena iluminación y de que la distancia al libro es de 30 o 40 centímetros, intentar parpadear a menudo para evitar la sequedad ocular o mirar de vez en cuando al infinito para relajar los músculos del ojo».
No obstante, la fatiga visual que se produce por realizar un esfuerzo acumulativo con el cristalino también se puede producir al leer mediante el ‘e-book’ «si no se elige un tamaño de letra único», mantiene Suárez. De cualquier forma, la especialista considera que este soporte «está hecho para que el cansancio de la vista no sea mayor que con un libro».
Para ello, este aparato utiliza tinta electrónica y permite calibrar la retroiluminación adecuada. Sin embargo, y a pesar de ello, advierte el problema de que «a veces se va leyendo en cualquier parte sin respetar la distancia y la iluminación correcta. Por eso a veces decimos que su abuso no es recomendable», matiza.
En cuanto a las otras aplicaciones electrónicas establecidas para la lectura, Suárez reconoce no ser muy amiga de ellas. «El Tablet, los teléfonos móviles y las PDA no siempre son dispositivos adecuados para la lectura de manera prolongada». Lo que sí deja claro es que, a pesar de que estas nuevas tecnología son utilizadas mayoritariamente por la población joven, ésta «tiene el mismo riesgo que los mayores de tener problemas visuales».
Al menos 9 de cada 10 españoles mayores de 45 años reconoce tener algún problema visual. Para la experta, todo este segmento de población tiene presbicia por ser «una circunstancia fisiológica», pero sólo «un 79 por ciento manifiesta padecerla».
Esta última afección «es la más común» y se produce porque «el cristalino va perdiendo elasticidad de manera que dificulta leer de cerca. Es lo que se conoce como vista cansada», subraya. Este problema visual «impide a la persona ver con la misma nitidez que cuando el cristalino funcionaba perfectamente», argumenta.
No obstante, ésta puede ir acompañada de otros problemas visuales como «la miopía, el astigmatismo y la hipermetropía». De hecho, Suárez ha explicado que todos ellos se pueden combinar reduciendo así la calidad de la vista de la persona.
No obstante, estas afecciones del ojo «se pueden solucionar con cirugía o con una corrección adecuada». Si se elige la segunda opción, se recomienda el uso de lentes o lentiyas, algo que considera obligatorio para la población cercana a los 50 años. «Si no llevan la gafa es porque la gente no se revisa, pero es necesario», indica.
En este sentido, considera que las personas que no utilizan corrección tienen problemas como «tener que alargar los brazos para leer el periódico o tener problemas para leer la carta en un restaurante». En su opinión, «es algo que se tiene que corregir».
No obstante, Suárez no ve relación directa entre realizar malos hábitos visuales y que se adelante la aparición de la presbicia, algo que si se agudiza en el astigmatismo o la miopía. «Se nota más y se producen problemas como el lagrimeo o el picor de ojos si se trabaja mucho con el ordenador o se lee de cerca mucho tiempo», señala.
Por último, la portavoz del Instituto Varilux ha confirmado que «es recomendable acudir al menos una vez al año al especialista», algo que «la gente en su mayoría no hace». La experta lamenta este hecho, ya que «es algo que tiene una solución fácil. Se está perdiendo calidad de vida», concluye.