Qué importante es el descanso, pero qué difícil se vuelve en algunas ocasiones. Vivir en una calle ruidosa o cenar copiosamente puede hacer que el sueño sea difícil de conciliar. La repetición de estas situaciones puede dar lugar al insomnio. Ahora bien, las causas como las ya mencionadas son conocidas y se pueden prevenir. Sin embargo, otras han sido menos tratadas por los investigadores.
Por ejemplo la soledad, la cual es capaz de hacer que los jóvenes se queden sin dormir y hacerles padecer insomnio. Así lo indica un estudio realizado por el King’s College de Londres y que ha centrado su investigación en los universitarios y otras personas en torno a los 18 años recién independizadas y que pasan sus noches sin la compañía de estas personas.
Sensación de soledad
En concreto este estudio contó con 2.200 participantes de entre 18 y 19 años que aportaron información sobre su calidad de sueño y el sentimiento de soledad que experimentaban. De todos estos jóvenes, entre un 25 y un 30% afirmaron sentirse solos varias veces y un 5% afirmaba que este estado era algo que los abrumaba regularmente.
Aquellos jóvenes que habían experimentado una mayor soledad, tenían un 24% más de posibilidades de reducir sus horas de sueño y experimentar un estado de cansancio a lo largo del día, presentando graves problemas para concentrarse. Los investigadores apuntan a que esto puede deberse a la sensación de inseguridad que tiene una persona por la noche y que se incrementa ante la falta de compañía.
«Muchos de los jóvenes de nuestro estudio están en la universidad y viven lejos de casa por primera vez, lo que puede empeorar el sentimiento de soledad. Por tanto es importante que reciban un respaldo adecuado para abordar esos sentimientos antes de que se conviertan en problemas graves de salud mental», explica Louise Arseneault, autora de este estudio.
Ayudar al independizado
Para evitar esta sensación de soledad, los padres pueden ayudar s sus hijos recién independizados con actividades muy simples y que hagan más fácil la experiencia a sus hijos. De esta forma no solo se evitará el sentimiento de falta de compañía, también se reforzará el vínculo paterno- filial con los hijos:
– Llamadas habituales. Si hay kilómetros de por medio, no pasa nada. Las nuevas tecnologías acortan distancias. Una llamada habitual para que los hijos sientan cerca a sus padres nunca está de más.
– Visitas. Llega el fin de semana y el hijo está fuera, ¿por qué no aprovechar el tiempo libre para hacer una escapada y visitarlo? La cara de un familiar siempre es grata de ver y si el piso está solo, nunca está de más llenarlo con nuestra presencia.
– Educarlos antes de la marcha. Antes de la marcha del hijo se puede comenzar a hablar de esta situación y darles mayor autonomía. Hacer que sean ellos quienes cocinen y otras labores que les beneficiarán en su independencia. Nunca hay que cortarles las alas y decirles que en casa estarán mejor, esto incrementará su sensación de inseguridad en la marcha.
– No desanimarlos. Muchos hijos pueden sentirse culpables al ver cómo sus padres les revelan que se sienten solos. Este sentimiento es perjudicial, los progenitores deben explicarles que ya se verán de vez en cuando y hacer entender que aunque se marchen, no se ha terminado la relación.
Damián Montero
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