Verano y tiempo libre son sinónimos. Después de muchas jornadas de estudio, trabajos escolares y dedicación a las labores académicas, los alumnos encaran el periodo estival con una gran oferta de ocio con la que ocupar estas horas. Entre todo este catálogo se encuentran los videojuegos, una opción que puede desencadenar en una dependencia a los mismos y que incluso es considerada como enfermedad mental por la Organización Mundial de la Salud, OMS.
Ante tantas horas libres, los jóvenes pueden terminar generando dicha dependencia hacia los videojuegos. Horas y horas frente a la pantalla puede hacer que los estudiantes descuiden otras áreas de su vida. Con el fin de evitar esta adicción, la Asociación Catalana de Adicciones Sociales, ACENCAS, da varios consejos a los padres para que sus hijos puedan disfrutar del verano sin estos problemas.
Evitar el uso excesivo
Si bien ACENCAS reconoce que los videojuegos pueden convertirse en una forma de entrenamiento para la mente, «su excesivo uso, puede generar graves problemas de salud«. Esta oferta de ocio digital contiene elementos con capacidad para generar una dependencia en los más pequeños, haciendo que los jóvenes pierdan la noción del tiempo y dediquen demasiadas horas.
Entre los motivos que hacen que se genere esta dependencia, ACENCAS destaca la búsqueda de evasión de problemas en los jóvenes, ya sean de índole familiar o de carácter social. El intento de conseguir emociones positivas a través del ocio digital hace que muchas sean las horas destinadas a los videojuegos y menos las que se asocian a actividades como el deporte o las relaciones interpersonales.
«Están constantemente frente la pantalla, una comida rápida y sin diálogo con el resto de la familia, es la solución que aplican, para no dejar de jugar», explica Francesc Perendreu, presidente de ACENCAS. Entre los riesgos asociados a esta dependencia se presentan las enfermedades del corazón, por hipertensión, altos niveles de colesterol y obesidad, asociados al sedentarismo, que podrán desembocar en infartos de miocardio en la edad adulta joven.
De igual manera, los casos de adicción pueden causar alteraciones del sueño y un estado de nerviosismo constante por el uso exagerado de las consolas. Al mismo tiempo, el exceso de uso de los videojuegos puede provocar que los niños se enfrenten a un mayor aislamiento social. Ansiedad, irritabilidad y la ira son otros de los síntomas que provocan la dependencia, así como un elevado porcentaje de fracaso escolar.
Consejos para padres
El aumento del tiempo libre en verano hace más posible que los niños desarrollen una adicción a los videojuegos al utilizar estos productos como una fórmula para remediar la sensación de aburrimiento. Por ello, desde ACENCAS, se ofrecen estos consejos para que los padres puedan prevenir esta situación sus hogares:
– Ayudar a que los hijos elijan juegos adecuados con los que también se puedan divertir. Conocer las características del producto y los posibles efectos en el niño.
– Hablar con ellos sobre el contenido de los juegos, para que puedan entender la diferencia entre la imaginación y la realidad. El mundo digital no es el verdadero y no es ahí en donde deben resolver sus problemas.
– Dejar de lado el juego solitario. Si se puede jugar en compañía de un amigo o familiar, mucho mejor, así se desarrollará una actividad social.
– Vigilar el juego obsesivo y marcar un límite de tiempo para usar videojuegos y de días a la semana. Si se observa un abuso de estas tecnologías, mejor cortar de raíz.
– Compartir los juegos con otras actividades físicas y sociales.
Damián Montero
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