El perfil del joven con riesgo de sufrir un accidente de tráfico se asocia a una persona con necesidad de «autoafirmación que le hace más competitivo», que «opta por conductas exhibicionistas en grupo» y que «sobrevalora su capacidad de conducción». Éstas son las principales conclusiones que aparecen en un informe emitido por el Ministerio de Educación y Ciencia sobre jóvenes y accidentes de tráfico.
El estudio señala que «las sociedades y los individuos conducen como viven». Otra característica de los jóvenes que responden al perfil de riesgo es que presenta «actitudes frente al tráfico no ajustadas, lo que hace que no vea la conducción como algo peligroso para él, aunque sí pueda serlo para los demás». «El joven cree que ejercerá pleno control del vehículo, incluso en las situaciones más extremas, en las que encuentra más excitación», subraya el informe.
Coche sí, pero… con responsabilidad
En toda familia, la conducción de un automóvil ha de ser un tema que debe preocupar tanto a los padres como a los hijos jóvenes. A lo largo de diferentes conversaciones, de un modo informal, pero a la vez claro y rotundo, es necesario establecer una serie de reglas de juego, que les ayuden a asumir la responsabilidad que se deriva de tener un coche.
Algunos puntos de ese diálogo podrían ser:
1. No es necesario llevar el coche para ir de fiesta con los amigos, aunque resulte de lo más pintón y una de las mejores herramientas para ligar. Las posibilidades de accidentes aumentan considerablemente durante los fines de semana y los días de fiesta. Que utilicen los transportes públicos.
2. Deben comprometerse a no beber ni una gota de alcohol cuando salga con el coche.
3. Está comprobado que las mayores idioteces se cometen cuando se va en grupo, pues pueden cometerse imprudencias para impresionar o poner a prueba su habilidad con los amigos.
4. No es prudente salir en carretera hasta que se cumpla un determinado tiempo de experiencia en la conducción.
5. Siempre han de avisar cuando cojan el coche y decir dónde van.
6. El coche no puede usarse de noche o en días de malas condiciones atmosféricas.
Jóvenes y accidentes de tráfico: mejor prevenir
1. Hay horas de la noche-madrugada donde se incrementa notablemente el peligro, aunque nosotros seamos prudentes, no hayamos bebido, tengamos experiencia, etc. pues el culpable puede ser otro conductor distinto con unas copas de más que haga que nos involucremos en un accidente.
2. Puede resultar una buena idea optar por un coche de segunda mano de poca potencia al principio, para ir adquiriendo experiencia. Con uno de ese tipo es más difícil tener accidentes graves y resultan más manejables para aprender bien a conducir.
3. Existen varias iniciativas para evitar binomio coche-alcohol, como la de designar cada noche uno del grupo como conductor y todos se responsabilizan de que no beba; cualquier idea es buena, porque este es uno de los mayores peligros de los jóvenes.
Mitos que caen por su propio peso
Cuando hablamos de los efectos del alcohol al volante, todos los mitos caen por su propio peso. Créetelo.
1. A partir del primer trago, aunque no lo creas, tus reflejos disminuyen. Lo de «Yo controlo» está pasadito de moda y no impresionas a nadie. Además, no hay diferencias entre un tipo de bebida u otro. Nada de «por una cerveza o un chupito más no pasa nada». Pues va a ser que no, porque sí pasa.
2. No existen los trucos. Es absurdo que te arriesgues porque nunca funcionan:
– Beber café. No evita que des positivo ni te baja el efecto del alcohol.
– Tomar aceite, menos.
– Hiperventilar, va a ser que tampoco.
– Fumar antes de coger el coche para dar negativo, es más, provoca mayor resaca.
– Tomar menta para ocultar el aliento no engaña al alcoholímetro, que lo sepas, este cacharro mide el aire de los pulmones no el de la boca.
– Tampoco tomar caramelos, chicles o cualquier otro producto con azúcar.
– No existen los fármacos milagrosos.
– Beber agua antes de soplar en un control solo sirve para quitarte la sed.
– Tampoco vale para nada soplar despacio por el alcoholímetro…
– Hacer ejercicio para sudar sólo te hará sentir más cansado.
– ¿Dormir 10 minutos antes de coger el coche? ¡Por favor!
– Masticar un grano de café, pues tampoco, además es asqueroso.
– Los resultados de los alcoholímetros de bolsillo son meramente orientativos, no te bases en ellos para decidir si conduces o no. Usa la cabeza.
Intenta buscar alternativas al coche
El Metro en las grandes ciudades, suele estar abierto hasta las primeras horas de la madrugada, para los que os acostáis pronto; y vuelve a abrir un poco antes del amanecer, para los más noctámbulos. También se pueden coger los trenes de Cercanías, autobuses nocturnos y, por supuesto, taxis. En ciudades no tan grandes, lo mejor es darse un paseo hasta casa. Es muy saludable y nos vale para charlar un poco más.
Ricardo Regidor
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