El trabajo como becario es la primera toma de contacto con el mundo laboral, por lo que no suele estar bien remunerado y además, en ocasiones hay que realizar tareas con poco reto profesional. De cualquier modo, es esencial para el aprendizaje en muchas profesiones, como primera experiencia laboral y para conocer las empresas desde dentro.
Ser becario es tener abiertas las puertas de entrada al mundo laboral. A partir de aquí comienza un largo periodo de prueba en el que puedes demostrar tu valía en el trabajo que debes realizar y tu capacidad de funcionar en la empresa, algo que siempre te vendrá bien en el currículum y te facilitará conseguir el primer contrato.
Experiencia previa en el mercado laboral
Cuando una persona está buscando trabajo, es frecuente que en las ofertas de empleo que consulta aparezca como requisito tener experiencia previa. En muchos de estos trabajos, ésta se adquiere realizando la labor de becario, que persigue un fin formativo y no lucrativo. Pero no lo es todo. Lucía de Ribera, responsable de Recursos Humanos de una empresa de comunicación, nos cuenta que «hoy en día, lo más valorado son las cualidades de la propia persona. Le sigue la experiencia profesional previa y la formación, que no deja de ser un requisito para acceder a un puesto de trabajo».
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El perfil del becario perfecto
A la hora de elegir a los becarios, las empresas buscan determinadas cualidades: «el perfil del candidato perfecto es aquella persona con ganas de trabajar, que quiera aprender, fácil de enseñar, que sabe relacionarse, muestra afán de superación, tiene capacidad de iniciativa y, sobre todo, crea buen ambiente de trabajo».
Las compañías saben muy bien que los becarios son «savia nueva», de ahí la importancia de su presencia en la empresa, ya que el personal nuevo y con ganas de trabajar mueve de forma más dinámica las organizaciones.
Periodo de aprendizaje para los becarios
Es cierto que algunos jóvenes que han estado como becarios han quedado desencantados. No es raro que, en ocasiones, se aproveche la figura del becario como mano de obra barata y se le exijan trabajos que no son de su competencia, sino más bien propios de un profesional de menor cualificación.
Y es que muchas becas concedidas esconden en realidad un vínculo laboral. La empresa se beneficia entonces de su productividad, contratando trabajadores a bajo coste, sin derechos laborales y que no cotizan en la seguridad social. Por eso, tómate el tiempo que estés de becario como lo que es: un período de aprendizaje, no de trabajo entendido como tal, puesto que no tienes las mismas condiciones laborales que un profesional y esto te puede desanimar.
Es importante señalar que el becario no está desamparado ante la empresa. El estudiante puede conseguir las prácticas ya sea por medio de la universidad o por iniciativa propia. En el primer caso, las prácticas conseguidas por la universidad están sujetas a convenios que gestionan su estancia en la empresa. En el segundo caso, sin embargo, el becario que trabaja en una empresa a la que se ha incorporado por su cuenta debe contar con un contrato que especifique su posición en dicha entidad.
Becarios: beneficios a corto y a medio plazo
Por eso, hay que prestar atención a las condiciones de la entidad con la que vayamos a trabajar y asegurarnos de que las tareas que debamos desarrollar nos encaminen a completar la formación académica. No olvides que ese tiempo de aprendizaje siempre va a dar sus frutos, ya sea a medio o a corto plazo.
– A medio plazo. Te dará experiencia y sabrás desenvolverte en tu futuro trabajo, le perderás miedo al mundo laboral, estarás más seguro y tendrás más iniciativa para tomar determinadas decisiones.
– A corto plazo. Lucía de Ribera nos señala que «recientemente algunas universidades ofrecen al alumno la posibilidad de convalidar por créditos de libre elección el tiempo de prácticas que realiza en la empresa». Pero ¿las empresas que contratan becarios están de verdad interesadas en la formación de éstos o sólo quieren cubrir vacantes? «Sinceramente yo diría que hay un poco de las dos cosas, pero nunca hay que olvidar que las empresas están formadas por personas, los bienes más valiosos y preciados, por lo que uno de los retos a los que se enfrenta es tener una buena «cantera» de candidatos. Mediante las prácticas, los responsables de los departamentos conocen las cualidades de los estudiantes y en el momento que haya una oportunidad para cubrir un puesto de trabajo acudirán a los que más hayan encajado en el perfil», afirma Lucía de Ribera.
Estas prácticas ofrecen así la posibilidad de quedarse luego en la empresa, dejándonos de esta manera las puertas de entrada abiertas.
Conchita Requero
Asesoramiento: Lucía de Ribera. Responsable de Recursos Humanos
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