Muchos padres se preguntan si sus hijos son adictos a la tecnología, una nueva actividad que se ha integrado a fondo en nuestra vida diaria, hasta el punto de que muchos no podrían vivir sin ellas. Estar enganchado al móvil, a la televisión, al ordenador o a cualquier otra máquina de nueva generación supone un trastorno.
Es innegable que las tecnologías tienen tal presencia que nos resultaría muy difícil vivir sin ellas. Mientras que unas simplemente nos facilitan la vida y hasta la mejoran (coches más seguros, cocinas más modernas, etc.), otras nos pueden provocar tal adicción por su mal uso que en caso de vernos privados de éstas, se generan nervios, ansiedad o aburrimiento. Son los adictos a la tecnología de la comunicación.
Sin duda, los aparatos tecnológicos que más han calado en la juventud son el móvil y el ordenador. Los jóvenes han crecido con ellos y las tecnologías han cambiado intensamente las costumbres y modos de vida de la sociedad, modificando el modo de relacionarnos unos con otros.
Los adolescentes y el sentido crítico
Ante el aura mágica que tienen Internet y las nuevas tecnologías, urge más que nunca tener un sentido crítico ya que es importante saber usarlas bien, y eso es algo que no se está enseñando en los colegios ni en los institutos o universidades.
Pero ¿qué tienen estas tecnologías de la comunicación para enganchar tanto? Precisamente eso: el enorme poder de comunicación que ofrecen. Estas tecnologías, especialmente Internet, suponen una ruptura de barreras y la posibilidad de comunicarse con cualquier persona allá donde se encuentre. Para los jóvenes, consultar las redes sociales y comunicarse mediante chats, foros y mensajes con todos sus amigos de manera rápida y casi simultánea es un entretenimiento que les puede llevar muchas horas. Sin embargo, esta forma virtual de comunicarse menoscaba las habilidades sociales de los chicos y chicas que invierten buena parte de su tiempo en el uso de estos aparatos.
Ventajas e inconvenientes de la tecnología
Las nuevas tecnologías ofrecen muchas ventajas, pero también inconvenientes. El peligro radica en acostumbrarse a esconder siempre la cara detrás del ordenador, no hablar frente a frente, perder la mejor forma de relacionarse, que es el tú a tú, mirando a los ojos, observando las expresiones sin recurrir siempre a las redes sociales.
– Busca alternativas. No hay que basarse únicamente en Internet para acceder a la información. Un ejemplo: ahora es factible descargarse cualquier película de la red, pero eso no sustituye al disfrute de una buena sesión cinematográfica, en un ambiente adecuado y con la compañía perfecta. Muy probablemente, aprenderemos más de la vida, sacaremos mucho más jugo viendo así una buena película.
– Intenta comunicarte cara a cara. Refugiarse siempre en Internet para trasmitir a un amigo o novio lo que es incapaz de decir cara a cara, es engañarse así mismo. Con esta práctica, se convertirá en una persona que le cueste dar la cara para ciertas cosas, sobre todo para expresar su amor al chico/a que a uno le gusta.
– No te fíes de la gente que conoces por los chats y foros y a los que no has tenido oportunidad de ver. Es fácil que te engañen y se hagan pasar por otras personas o digan tener una apariencia y vida que no se corresponden con la realidad.
– Apuesta por actividades que te obliguen a moverte para que no te quedes en casa y se te ocurra acudir a Internet o a los videojuegos para pasar el tiempo. Puedes dar un paseo a pie o en bicicleta, visitar barrios interesantes, apuntarte a un gimnasio o quedar con tus amigos simplemente para charlar. Podrás comprobar que tras estas actividades, tendrás una sana sensación de haber aprovechado bien el tiempo.
Teresa Pereda
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