Para luchar contra un problema, el primer paso es reconocerlo. En caso contrario, es posible estar frente a él y no ser consciente del riesgo que se está corriendo, o que cuando se perciba sea demasiado tarde. En esta situación es en la que se encuentran muchos jóvenes a la hora de navegar por internet ya que la mayoría de ellos no percibe las amenazas que acechan en la red.
Así lo indicó la asociación Proyecto Hombre durante sus jornadas «Sumergidos en el mundo digital. Un nuevo reto», en donde se ha tratado cómo la adicción a internet se ha convertido en algo muy común entre los jóvenes de 14 a 18 años. Un riesgo que se incrementa cuando se comprueba que la mayoría de ellos no sabe reconocer cuándo está en una situación peligrosa dentro de la red.
Sensación de impunidad
Proyecto Hombre destaca el crecimiento que ha tenido el uso de las nuevas tecnologías en nuestro país desde hace años, el 74% de los jóvenes entrevistados por esta organización afirmó haber reconocido su primer móvil entre los 10 y los 14 años. Además, antes de los 15, el 90% afirmó que ya contaba con un smartphone con conexión a internet.
Entre los usos más habituales de estos terminales está la comunicación por chat, algo que realizan el 87% de los adolescentes con smartphone. Algo menos del 30% dedica un mayor tiempo a redes sociales. Aunque de todas estas utilizaciones lo que más destaca es la sensación de impunidad con la que navegan los jóvenes por internet.
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El 75% de los jóvenes creen que no se encontrarán con ningún problema en su navegación por internet y no saben reconocer posibles peligros en la web. Algo que se relaciona con el conocimiento de las normas de seguridad ya que el 80% sabe la teoría sobre ciberseguridad, aunque dentro de este porcentaje la mayoría afirma que no siempre pone en práctica estos mecanismos.
Aumento de los ciberadictos
Uno de los problemas que entraña el uso de smartphones en los adolescentes es su adicción a las mismas. El empleo abusivo de estos terminales es un problema real y que sucede con demasiada asiduidad. Sin embargo, tal y como demuestran los datos de Proyecto Hombre, un escaso porcentaje de jóvenes es consciente de ello. Sólo el 18,6% de este grupo social lo admite.
Unos datos que chocan con los que registra esta organización a la hora de atender a jóvenes con problemas de adicción a las nuevas tecnologías. En 2013, sólo un 0,42% de la población adolescente recurrió a la ayuda de este organismo para atender esta situación, sin embargo, en 2016 este número aumentó al 2,8%. Una tendencia al alza que demuestra cómo ha crecido la dependencia a estos terminales entre las nuevas generaciones.
Sin embargo, no son los jóvenes quienes toman la iniciativa a la hora de tratar este problema. En el 80% de los casos que acuden a pedir ayuda, es un familiar (normalmente los padres) quienes inician este procedimiento. Una situación que se suma a la sensación de desbordamiento que tienen muchos progenitores a la hora de seguir el uso que hacen sus hijos de sus smartphones, ya que el conocimiento que estos tienen es mucho mayor que el de los adultos.
Damián Montero
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