El perfil del jugador compulsivo ha cambiado con la irrupción de las nuevas tecnologías. Las apuestas a través de Internet y los juegos en red abren las puertas a los jóvenes a un mundo al alcance de su mano y muchas veces fuera del control de los padres. Te ofrecemos algunas claves para saber cuáles son las señales de alarma.
Jaime, con 17 años, tiene un smartphone que le acompaña en el autobús camino del instituto. En el trayecto, tras conectarse a sus perfiles en las redes sociales, gana vidas en Candy Crush y realiza movimientos estratégicos en Crash of Clans. Paloma, sentada a su lado, hace lo mismo. No entablan conversación más allá del saludo, aunque van a la misma clase. Por la tarde, Jaime, en los descansos planificados de su estudio, aprovecha para hacer alguna apuesta en BET365. También sigue ganando vidas y haciendo jugadas estratégicas en los juegos anteriormente citados.
Las nuevas tecnologías poseen un enorme potencial comunicativo y educativo, y también conllevan algunos riesgos. Un objetivo cada vez más habitual en el ámbito familiar es analizar estos riesgos y consecuencias con el objetivo de manejarlas lo antes posible. Sin miedo a lo nuevo, con la ilusión de sacar beneficios para cada uno y para nuestra familia de todo lo que nos afecte.
El boom de las apuestas online
La libertad de acceso a Internet nos ofrece gran cantidad de contenidos y servicios, entre los que figuran las redes sociales, los juegos y un «nuevo boom tecnológico»: las apuestas online. Para nuestros jóvenes, un mundo cada vez más atractivo.
El término «apuestas online» ha comenzado a sonar mucho a nuestro alrededor. Vemos carteles en las paradas de autobús, en las camisetas de equipos deportivos, y nos llegan numerosos mensajes publicitarios al conectarnos a Internet. Se refiere a todas las formas de juegos de azar que implican la apuesta de dinero en algún tipo de suceso fortuito y que se hace a través de Internet, ya sea desde el ordenador, el teléfono móvil o cualquier otro dispositivo con acceso a la Red.
Desde que en el año 1977 fue legalizado el juego en España, han aparecido en el mercado numerosas modalidades. Con la entrada en vigor de la Ley de Ordenación de Juego (Ley 13/2011), en tan solo unos años han proliferado rápidamente los operadores en la Red. Actualmente existen diferentes modalidades como el póquer, bingo, juegos de casino, apuestas y concursos. Consecuentemente, se ha disparado el número de jugadores online y, con ello, se ha dado un aumento de personas con problemas de juego relacionado a las apuestas en Internet.
En los últimos años ha aumentado el número de usuarios registrados, pues es trámite obligatorio con la nueva ley. Se ha pasado de los 195.000 estimados del año 2011 a más de 1.500.000 jugadores online registrados a finales de 2014. Así se puede observar en el Informe de la Dirección General de Ordenación del Juego.
El cambio de la modalidad de juego ha traído consigo, también, una modificación en el perfil del jugador. Hace un tiempo, predominaba el perfil de un hombre de entre 30 y 40 años, cuyo objetivo era ganar dinero o recuperar lo perdido. Actualmente, el perfil se encuentra en jóvenes de 15 a 35 años, muchos de ellos estudiantes o titulados universitarios. Cada vez juegan más horas dejando de lado su realidad cotidiana, familia, estudios y amigos. En el caso de los adolescentes se suma el factor añadido de, en muchos casos, no estar controlados por los padres.
En un estudio realizado en el año 2013 en la Universidad de Valencia, con una muestra de 4.000 jóvenes entre 12 y 20 años, se obtuvo que un 18% de los adolescentes había realizado apuestas online.
El potencial adictivo de los juegos online
La modalidad de juego online, reúne además, una serie de características que le confieren un potencial adictivo mucho mayor que el que tiene el juego presencial. Para empezar, destaca la estimulación visual que consigue llamar la atención. Actualmente hay numerosas claves que permiten generar ilusión de control en el jugador como la posibilidad de jugar en solitario o de jugar una apuesta de baja cuantía.
También lo favorece la brevedad del tiempo transcurrido entre la apuesta y el resultado, porque constituye un refuerzo inmediato para el jugador. Esta última variable es de especial relevancia en el período de la adolescencia.
Hay que destacar la facilidad para poder jugar a través de cualquier dispositivo conectado a la Red, que junto a su disponibilidad las 24 horas, hacen del juego online mucho más accesible que el presencial. En este mismo sentido, se puede jugar frente al ordenador de casa, o con la discreción que proporcionan las aplicaciones descargadas en el móvil, sin la preocupación de qué pensarán las personas que están alrededor, al contrario de lo que ocurre en un bar o en un casino.
María Martín Vivar y Daniel Rama Víctor. Psicólogos. Consulta Dr. Carlos Chiclana
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