La crisis económica ha tenido consecuencias para todos. Estos años atrás muchas familias vieron cómo los puestos de trabajo que aseguraban un sustento al hogar peligraban y no solo eso, sino que además aquellos que mantenían su empleo veían cómo los sueldos se volvían más precarios. Ni tan siquiera un nivel superior de estudios aseguraba una estabilidad laboral.
Con el paso del tiempo la situación se ha recuperado y parece que con ella, la ilusión de las generaciones más jóvenes. Si hace unos años los estudiantes que estaban a poco de iniciarse en el mercado laboral eran más temerosos respecto a su futuro, ahora parece que el optimismo surge de nuevo en sus mentes. Así lo indican desde la encuesta Goalkeepers elaborada por la Fundación Bill y Melinda Gates.
Optimismo general
El aumento del optimismo no es algo que competa a un solo país. Así lo indica esta encuesta que ha recogido la opinión de 40.000 jóvenes de más de 12 años habitantes de naciones tan distintas como Australia, Francia, Alemania, Reino Unido, Suecia, Estados Unidos y Arabia Saudí. Los resultados fueron claros, a población de entre 12 y 24 años de zonas de renta media-baja imaginaban su futuro de mejor manera que el resto.
Un optimismo que no solo se refería a su futuro sino que se extendía a otros campos como por ejemplo el devenir de su país. ¿A qué se deben estas sensaciones? Los datos de la encuesta indicaron que las nuevas generaciones pensaban que serán capaces de influir en las políticas que marquen su porvenir.
Otro dato relacionado con esto último es que el 64% de los encuestados en países con rentas medias y bajas creen que tendrán un futuro mejor que el de sus padres. En los países conde el nivel económico es mayor este porcentaje queda en un 39%.
Trabajarse un buen futuro
Si bien el optimismo ayuda a conseguir un buen futuro, no hay que olvidarse de que también hay que esforzarse y trabajar por este porvenir. Desde IMF Business School han querido analizar cuáles son los 3 aspectos principales para mejorar la empleabilidad:
– Iniciativa y confianza. Empezar a desempeñar una nueva tarea supone tomar decisiones y hacerse responsable de los propios actos. Saber anticiparse a las consecuencias aliviará la cantidad de errores.
– Capacidad de análisis. ¿Qué capacidades se poseen? ¿Cómo se pueden mejorar los puntos flacos? Conocer bien una oferta de empleo ayudará a responder esta pregunta tras un buen análisis.
– Buena gestión del tiempo Hay que establecer prioridades, muchos son los pasos que hay que dar. Establecer un buen calendario para distribuir las labores es un gran paso.
Damián Montero
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