Uno de cada tres alumnos universitarios no finaliza los estudios en los que se ha matriculado. Este abandono responde a varios factores, entre los que destaca la falta de un trabajo reflexivo previo por parte del alumno para conocer sus habilidades, intereses y valores.
«Explorar tus talentos, es decir, aquellas habilidades personales y académicas en las que destacas; tus pasiones, las actividades que te entusiasman y te llenan de energía; y tus valores, o lo que es lo mismo, aquellos principios que guían tu vida, son tarea fundamental para descubrir la vocación antes de elegir los estudios«, expone Yolanda Palomino, orientadora juvenil y fundadora de los talleres Encuentra tu vocación.
«Es muy habitual encontrarse con trabajadores dedicados a una profesión que no les satisface, ni siquiera les interesa. Esto genera frustración y una gran desmotivación en la persona. En cambio, cuando estudias algo con verdadero significado para ti y te dedicas a ello, consigues aportar tu mayor valor al mundo», explica la orientadora.
Trabajar el autoconocimiento y la reflexión antes de embarcarse en una carrera universitaria permite al alumno conocer mejor sus intereses más profundos y encontrar su propio camino. «La era en la que el trabajo se consideraba un sacrificio, casi una esclavitud, ha terminado. Ahora es posible -y muy saludable- disfrutar realizando una actividad que nos apasione y ganar dinero con ello. Para lograrlo hay que empezar por hacer un trabajo de introspección para descubrir nuestra vocación y así tomar las riendas de nuestra vida», sostiene Yolanda Palomino.
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Las cifras del abandono universitario
Las cifras demuestran esta realidad. Según el estudio U-Ranking 2019, que analiza la incidencia de la tasa de abandono universitario en España, un 33% de los alumnos no finaliza el grado que inició.
La tasa de abandono en las universidades públicas es más elevada que en las privadas. Y dentro de las públicas, en las universidades a distancia es donde se registran las mayores tasas de abandono (más del 62% de los alumnos que se matriculan a distancia, dejan sus estudios).
El abandono universitario genera una sensación de fracaso en el alumno y habitualmente un malestar en la familia. A esto se añade el coste económico para las familias y para el Estado. Según el estudio U-Ranking 2019, los abandonos desaprovechan cerca de 1.000 millones de euros anuales.
Paso a paso para encontrar tu vocación
En la elección de los estudios universitarios, el alumno debería ser el único protagonista. Realizar ejercicios de autoconocimiento le permite tener un criterio propio y maduro para tomar «la gran decisión» y no verse condicionado por lo que el entorno, la sociedad e, incluso las modas, dicten en lo que a estudios se refiere.
Yolanda Palomino defiende la importancia de dedicarse a una profesión alineada con la esencia de la persona: «Para alcanzar la plenitud en el trabajo es fundamental lograr una coherencia entre lo que somos y lo que hacemos. Ser conscientes de nuestras cualidades nos permite buscar un trabajo que encaje con ellas. De nada sirve ganar mucho dinero si existe una incoherencia entre nosotros y nuestro trabajo».
La orientadora apunta las siguientes ideas como las 5 claves más poderosas para encontrar la vocación:
1) Explorar nuestros talentos. Preguntarse qué actividades hago especialmente bien y sin esfuerzo, qué conocimientos y habilidades tengo con los que puedo mejorar el mundo, qué cualidades personales me caracterizan (en este punto, si no se tiene claro, lo mejor es preguntar a quienes nos conocen qué fortalezas ven en nosotros).
2) Identificar nuestras pasiones. Las actividades que nos entusiasman y nos llenan de energía cuando las realizamos son claras candidatas a convertirse en nuestra vocación. La pasión es un elemento imprescindible para poder brillar como profesional, por tanto, no debe subestimarse.
3) Reflexionar sobre nuestro papel en el mundo. Analizar qué podemos aportar a la sociedad e imaginar a qué nos dedicaríamos si no nos importase lo que pensaran los demás, si no existiera el dinero o si el trabajo solo se ejerciese para lograr la realización personal.
4) Repasar los valores que nos guían. Los valores son los principios que nos importan, aquello en lo que creemos y nos impulsa a actuar. Para reconocerlos debes preguntarte qué es importante para ti y qué es lo que más valoras de un trabajo. Por ejemplo, libertad, cooperación, creatividad, flexibilidad, respeto al medio ambiente, planificación, relaciones humanas*
5) Preguntarse «para qué». Es muy habitual ir con el piloto automático, sin pararse a pensar en la razón última por la que hacemos las cosas. Por eso, antes de tomar cualquier decisión académica, debemos preguntarnos «para qué». ¿Para qué quiero estudiar esa carrera? ¿Qué motivos me impulsan a ello? ¿Para qué quiero dedicarme a esa profesión? ¿Qué me va a aportar? Introducir el «para qué» en nuestra vida nos ayudará a tomar decisiones.
Una vez realizados estos ejercicios de autoconocimiento e identificada el área qué más motiva al alumno, llega el momento de investigar todo el abanico de posibilidades. «Existen numerosas titulaciones, por eso es preciso sumergirse en las páginas web de las universidades para recopilar toda la información posible de los grados que nos interesan: asignaturas, conocimientos que se adquieren, salidas profesionales, etc.».
Siguiendo este método, los alumnos tienen más opciones de encontrar su vocación y matricularse en unos estudios afines a su perfil, una vez aprobada la Evaluación para el Acceso a la Universidad (EvAU). La temida nota de corte no debe ser un impedimento. «Si un estudiante tiene claro lo que quiere hacer, pero no le llega la nota, siempre existen alternativas para alcanzar la meta. La orientación vocacional también ayuda a trazar una estrategia para conseguir la carrera soñada», concluye Yolanda Palomino.
Yolanda Palomino. Máster en Desarrollo Personal y Liderazgo y fundadora de los talleres Encuentra tu vocación.
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