Actualizado 07/08/2020 13:19

La década decisiva: los trenes que no puedes perder a los 20 años

La década decisiva
Foto: ISTOCK Ampliar foto

Todo un entramado de factores sociales, culturales y económicos ha llevado a retrasar la etapa en la que se alcanza la madurez de la veintena a la treintena y los jóvenes corren el riesgo de perder trenes que no volverán a pasar. La veintena es la década decisiva. Meg Jay, autora del libro La época decisiva. Por qué son importantes de los veinte a los treinta años y cómo sacarles el máximo partido ahora, explica las importantes razones por las que hay trenes que no podemos perder cuando tenemos 20 años.

Lo cierto es que hay una serie de frases que se han colado como mantras entre la gente joven: "es pronto para comprometerse, ahora tengo derecho a disfrutar, ya tendré tiempo de atarme, después de tantos años de estudio quiero disfrutar de la vida..." y han hecho tanta mella en el imaginario colectivo que han alejado la hora de sentar la cabeza.

Pero lo cierto es que el efecto de esta idea de la juventud es pernicioso porque, cuando los felices veinteañeros quieren reordenar su vida, se dan cuenta de que llegan tarde, de que su capacidad de elección es prácticamente nula y de que solo pueden quedarse con los restos. De esto se dio cuenta Meg Jay, madre, psicóloga clínica y autora de La época decisiva. Por qué son importantes de los veinte a los treinta años y cómo sacarles el máximo partido ahora (Asertos, 2016) y plasmó en un libro que ahora se edita en España una batería de consejos para aprovechar esos años.

Una década decisiva: el engaño popular

La cultura popular nos invita a pensar que los veinteañeros son demasiado inexpertos, inmaduros, perezosos o pasotas como para tomarse la vida en serio, pero no es cierto. Nos han vendido la teoría de la banalidad, la irresponsabilidad y la inmadurez de los veinte años como algo divertido y normal, y aceptado por los padres. Los medios nos hablan de una adolescencia tardía y hasta algunos periodistas se han inventado términos como el adultescente, un adulto que conserva comportamientos de adolescente. En resumen, la cultura se ha encargado de trivializar esa etapa de la vida.

Pero es un engaño y si los jóvenes no aprovechan al máximo la década de los 20 años se van a llevar una decepción. A partir de los 30, las experiencias relevantes en la vida empiezan a disminuir. El motivo es que en ese momento nuestra vida está más cerrada y es más difícil introducir cambios. Ya hemos terminado la carrera, probablemente tengamos una relación estable, incluso hayamos decidido formar una familia. Puede que tengamos una hipoteca o alguna responsabilidad que nos impida cambiar el rumbo.

Como el 80 por ciento de los momentos decisivos tienen lugar antes de los 30, nos vemos obligados a enmendar las decisiones que tomamos cuando teníamos 20 o bien a aceptarlas. Lo malo es que no solemos pensar que los 20 sean tan importantes. Creemos que las experiencias más significativas de la vida se producen cuando nos lo estamos pasando bien, o cuando hemos conocido a alguien divertido, pero no es así. Pretenden convencernos de que esta década no importa.

El miedo a tomar decisiones a los 20 años

La crisis económica actual ha provocado que muchos veinteañeros se sientan engañados. Están sobradamente preparados, pero muy pocos encuentran trabajo cuando terminan la universidad y si lo tienen, no cumple las expectativas con las que habían soñado tanto ellos como sus padres.

Muchos creen que todo se solucionará cuando lleguen a los 30, y en algunos casos es así. Pero no siempre sucede como ellos esperan. Creen que aunque ahora estén perdiendo el tiempo, cuando cumplan treinta podrán recuperarlo. Piensan que, al negarse ahora a tomar decisiones, más tarde tendrán muchas más opciones porque ven la toma de decisiones como una forma de cerrarse puertas. Sin embargo, no tomar decisiones es una decisión como otra cualquiera que va cerrando puertas a las demás.

El riesgo de no tomar las riendas de la vida antes de los 30 años

Como padres, el reto que se nos plantea es convencer a nuestros hijos de la importancia de que se tomen en serio la veintena. De hecho, Meg Jay estaba tan preocupada por lo difícil que resulta que los jóvenes tomen conciencia que escribió La década decisiva para ellos. No pensando en ellos ni en sus padres, sino hablándoles a ellos, con experiencias de los cientos de personas que han pasado por su clínica y con trucos muy claros sobre cómo ir labrándose su propia vida.

Victoria Molina

La década decisiva, de Meg Jay. AsertosMás información en este libro

La época decisiva. Por qué son importantes de los veinte a los treinta años y cómo sacarles el máximo partido ahora (Asertos, 2016). Autora Meg Jay.

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