El ocio nocturno es una de las diversiones que se han reducido mucho para evitar el contagio durante la pandemia de coronavirus. Salir por la noche de copas, a discotecas o a bailar, son actividades que los jóvenes ya no pueden contemplar en su agenda de ocio.
El ocio juvenil es cada vez más tecnológico y menos nocturno. Según el estudio Cinco tipos de jóvenes y cinco estilos de vida desde el uso del tiempo libre y las tecnologías, encontramos un 20% de jóvenes integrados/as y normativos/as, un minoritario 13% que busca «diversión a toda costa de lo que sea», un 23% que se declara «casero», un 26% «habituales de la fiesta» y un 18% «desconectado del ocio».
Esta clasificación se enmarca en la investigación «Ocio y modelos de vida. La inevitable consolidación de las tecnologías en el tiempo libre de la juventud«, realizada por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad, gracias a la financiación de Telefónica y Banco Santander. El estudio ha sido realizado a partir de un cuestionario online y 6 grupos participativos, aplicados en una muestra de 2000 jóvenes de ambos sexos con edades comprendidas entre los 15 y 29 años.
¿Cómo se divierten ahora los jóvenes?
La aparición de las nuevas tecnologías como forma de ocio y la adaptación a las nuevas restricciones que marca la pandemia de coronavirus ha cambiado la forma de divertirse de los jóvenes, que se agrupan en 5 grupos.
El primer grupo, denominado integrados/as y normativos/as (20%) en el que encontramos una juventud que se acoge a un modelo de ocio «políticamente correcto», es uno de los tipos que más importancia ofrece al uso de redes sociales e internet y enfatiza por encima de la media el uso de videojuegos y consolas. Además, incorporan actividades culturales y educativas (lectura, asistencia a museos, exposiciones o espectáculos, etc.) como alternativa al ocio vinculado a las salidas nocturnas y a los juegos de azar y/o apuestas. Este conjunto presenta un optimismo vital desde ideologías del centro izquierda. Encontramos en él más mujeres que hombres. Muchos de ellos y ellas son menores de edad, estudiantes y pertenecen a clases medias.
El tipo 2, llamado «Diversión a costa de lo que sea» (13%), representa el modelo estereotípico de «parque temático juvenil» en el que prevalece el disfrute del ocio con énfasis en la marcha nocturna. Las nuevas tecnologías son, para ellos y ellas, herramientas útiles para «ligar más», «conocer a gente», «compartir lo que se hace» y, por lo tanto, una prolongación del tipo de ocio que llevan a cabo. Muestran una gran satisfacción vital, a través de valores y comportamientos vinculados con el presentismo y cuentan con los recursos y el tiempo necesario para desarrollar su ocio. Además, manifiestan una tendencia más acusada hacia el riesgo que el resto del conjunto. En este agrupamiento encontramos más hombres que mujeres. Suelen vivir en las grandes ciudades y pertenecer a las clases media o alta. Viven en pareja y trabajan.
El tipo 3 Caseros (23%) es uno de los más frecuentes y representa a los y las jóvenes con un tipo de ocio más casero y menos variado. Destaca su valoración negativa de la práctica de todo tipo de actividades que se desarrollan fuera del espacio del hogar, tanto las que se refieren a las salidas nocturnas como las que tienen que ver con el ámbito cultural. Es el grupo que dispone de menos recursos económicos y, por tanto, invierte menos dinero que otros en su tiempo libre. Las nuevas tecnologías se perfilan como aliadas de este ocio indoor en el que predominan prácticas como jugar a videojuegos, chatear o navegar por internet. Al igual que otros, también contemplan las redes sociales como un posible escenario para relacionarse. Es uno de los grupos con una visión más pesimista del futuro, y uno de los que considera que le resultará más difícil conseguir un trabajo acorde con sus expectativas. Pertenecen a la clase baja o media, y conviven en núcleos pequeños con la familia de origen. En muchos casos, están en paro y únicamente han cursado estudios básicos.
Al tipo 4, definido como «Habituales de la fiesta», se adscribe un 26% de la juventud española siendo, por ello, el más numeroso. Ofrece un modelo de ocio centrado en la marcha y las salidas nocturnas que presenta ciertas similitudes con el segundo grupo pero se diferencia claramente de él porque en sus prioridades no se encuentra la apuesta por el riesgo. Además, compaginan la «fiesta» con otras actividades como hacer deporte y le otorgan una especial importancia a estar con amigos y amigas. Son proclives al consumismo por lo que incorporan entre sus actividades de ocio hacer compras online. Aunque, al igual que otros tipos, emplea las redes sociales como herramienta para relacionarse con sus iguales. Socialmente, es un tipo más frecuente entre las mujeres, y entre quienes superan los 20 años. También tiene más presencia entre quienes no se ubican en las clases bajas, y en las grandes ciudades.
El último grupo, los llamados «Desconectados/as del ocio» (18%), es uno de los grupos minoritarios y se presenta más distanciado del ocio como referente vital que los demás. Sienten menos satisfacción con la vida en general y con el uso que realizan de su tiempo libre en particular. Les resulta más ajeno que a los demás todo lo que se vincula con la tecnología y las redes sociales. También puntúan por debajo en jugar a videojuegos, chatear o navegar y ver películas o series online o en streaming. Destaca entre jóvenes de 25 a 29 años, y también entre las mujeres. Hay mayor representación de este tipo en la clase baja y media-baja, en los núcleos de población pequeños y entre quienes viven solos o solas. También destacan entre quienes están en paro, y entre quienes se ubican en el centro o la izquierda política.
Las nuevas tecnologías, eje del tiempo libre
La mayoría de los jóvenes han incorporado las nuevas tecnologías como eje vertebrador de las actividades que realizan en su tiempo libre. De hecho, un 74,6% declara que la actividad que más realiza en su tiempo libre es chatear o navegar por internet. Las actividades de ocio digital son más frecuentes entre los 15 y los 19 años y entre las mujeres. A esto se añade que sólo el 22,7% de jóvenes declara realizar salidas nocturnas con frecuencias altas.
Las TIC y el uso intensivo de las redes sociales se muestran, así, como mediadoras en las actividades de ocio pero también como una forma de ocio en sí misma que optimiza las posibilidades y el tiempo disponible.
Marisol Nuevo Espín
Te puede interesar:
– Discotecas, un tipo de ocio con riesgo
– Nuevas maneras de celebrar fiestas en un escenario post Covid-19
– Cómo proteger a los hijos de los peligros de internet
– Casi un millón de jóvenes en riesgo de adicción a internet