Gracias a la universidad los jóvenes reciben una valiosa formación que los prepara de cara al mundo laboral. Unos conocimientos que los hace candidatos a los distintos puestos de trabajo que se ofertan. Pero, ¿terminan estos universitarios adscribiéndose a un puesto que se ajusta a su curriculum académico?
Desde la Fundación Conocimiento y Desarrollo se advierte de que hay un alto porcentaje que no lo hace. Una tendencia que ha aumentado en el último año y que coloca a España como un país que supera el porcentaje medio de universitarios en puestos para los que están sobrecualificados.
Aumento de la tendencia
El nuevo informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo cifra en un 36,8% el número de universitarios que en 2016 desempeñaron un puesto para el que estaban sobrecualificados. Unos datos que significan un aumento respecto al 34,4% del año 2015. Más lejos todavía queda la media de la Unión Europea, que queda cifrada en un 23%.
Este informe también señala una tendencia que se ha acrecentado en los últimos años: la excesiva sobrecualificación. En torno a un 8,8% de los universitarios en España durante el 2016 trabajaron en un empleo para el que no se requería ningún tipo de preparación. Trabajos elementales que distan mucho de los estudios superiores que realizaron en facultades y escuelas.
Dividiendo por sexos, la sobrecualificación está más presente hombres. Las cifras en los varones universitarios en puestos este tipo de puestos se sitúan en el 35,1%, mientras que en caso de las mujeres el dato desciende al 33,9%. Atendiendo a aquellos empleos que no requieren ningún tipo de estudio la diferencia es todavía mayor 12,1% en chicos frente al 8,8% en chicas.
Los jóvenes son conscientes
Este no es el único estudio que se ha centrado en la sobrecualificación en los más jóvenes. Otro trabajo presentado en el curso «La respuesta de las universidades a las necesidades de un mercado laboral en profunda transformación» cifra en un 41,7% la cantidad de universitarios que se consideran con una excesiva preparación para el puesto de trabajo en el que se desenvuelven en la actualidad.
En el otro lado del tablero, el de los empleadores, la sensación es de agrado respecto a la cualificación de los nuevos trabajadores. Las empresas señalan como muy positiva el aprendizaje que reciben los universitarios que contratan. Eso sí, esta satisfacción no es total y apuntan a los idiomas, la capacidad de resolución de conflictos y una mejor aplicación en la práctica de contenidos teóricos como los puntos que deberían mejorarse en los currículum.
En cuanto a la formación de los estudiantes, el 70% de los españoles señala que la misión de las universidades ha de ser la de formar a los estudiantes y convertirlos en «buenos profesionales». Por ello, desde esta fundación se llama a los centros de educación superior para que aumenten los contenidos prácticos para que los alumnos se integren en un ámbito más real durante su formación.
Damián Montero
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