Crecer significa enfrentarse a nuevos escenarios que generan dudas en los hijos. Un ejemplo es la etapa de la adolescencia, en donde los que antes eran niños, ahora enfrentan cambios como el desarrollo de su sexualidad. ¿Cómo satisfacen esta curiosidad los jóvenes? La respuesta la ofrece el estudio Menores y contenidos sexuales en internet.
Este trabajo realizado por la Universidad Rey Juan Carlos, URJC, y The Family Watch. Dentro de este informe se recoge la actitud educativa de los docentes y las familias ante la producción y consumo (prosumo) de contenidos sexuales por parte de los menores. Un método de conocer la visión que tienen muchos jóvenes del sexo y que les llega a través del mundo online.
Información que altera la realidad
668 personas participaron en este estudio. Encuestados que se dividían entre familias, docentes y estudiantes de Ciencias de la Educación. Todos ellos fueron encuestados sobre su percepción de la educación sexual de los jóvenes, de entre todas las respuestas destaca que 9 de cada 10 alumnos en formación universitaria afirman que los jóvenes se informan sobre sexo a través de internet.
Un dato que preocupa a muchos padres ya que el 62,82% de los encuestados consideran que la presencia de contenidos sexuales explícitos en internet podría favorecer conductas como las agresiones sexuales o las violaciones. Por este motivo, 8 de cada 10 estudiantes consideran que no es conveniente utilizar contenidos pornográficos en clase para que los alumnos aprendan a verlos de forma crítica.
Para el 33,34% de los futuros docentes, el 48,17% de las familias y el 50,63% de los docentes, se afirma que, el consumo de contenidos sexuales explícitos, perjudica las relaciones de pareja y la vida familiar. Por este motivo se aconseja «el establecimiento de vías de comunicación en las familias, y de las familias con los profesores, para prevenir y detectar los problemas para poder evitarlos».
Alternativas positivas
Tanto docentes, 67,82%, como familias, 68,62%, coinciden en que la mejor estrategia para evitar el consumo de este material sexual en internet, es evitar su acceso en la medida de lo posible y proponer alternativas más positivas para acercarse a esta temática. En cuanto a los futuros educadores, un 56,44% manifiestan que la clave está en el consumo crítico de este material.
Familias, 79,59%, docentes actuales, 69,2%, y docentes en formación, 52,26%, no están de acuerdo con la afirmación de que la pornografía supone una vía de escape que favorezca el bienestar social. Hay que aclarar que los estudiantes de Ciencias de la Educación tienen una mayor tolerancia a que este material pueda servir como un sustituto parcial de la vida sexual, 40,4%, que las familias, 23,28%, y profesores actuales, 23,73%.
Damián Montero
Te puede interesar:
– Cómo hablar de educación sexual en casa
– Ideas para educar el pudor de los niños
– El peligro de la pornografía: atraídos por un mundo de imágenes en la adolescencia