¿Es el cigarrillo electrónico una fórmula para dejar de fumar? ¿O todo lo contrario? Lo primero no está demostrado, y lo segundo parece que empieza a ser real: según un estudio publicado recientemente, los jóvenes son los que más usan cigarrillos electrónicos, y muchos de ellos lo hacen sin haber probado antes el ‘tabaco de verdad’.
Pese a que este producto nació como una ‘imitación‘ con o sin nicotina del tabaco, lo cierto es que los expertos siempre han alertado de lo mismo: no se trata de algo inocuo y lo mejor es no tomar nada: ni cigarrillo electrónico, ni de ningún tipo. Los datos demuestran que, pese a que el ‘boom’ de estos objetos ya ha pasado, aún son muy comunes.
El cigarrillo electrónico en España
El estudio, elaborado durante 2014 y publicado en 2016, señala que el cigarrillo electrónico no está muy presente en España, pero su incidencia es especialmente notoria entre los jóvenes. Además, aporta un dato preocupante: uno de cada cuatro usuarios actuales de este producto no había fumado antes, por lo que llaman a la regularización de estos dispositivos «para evitar una posible puerta de entrada al uso de productos con nicotina».
El trabajo, elaborado con una muestra de 1016 personas de entre 16 y 76 años, ha encontrado que uno de cada diez ciudadanos ha usado alguna vez en su vida este producto, De entre los consumidores habituales, destaca que más de la mitad (el 57,6%) lo combina con cigarros de tabaco convencional, el 28% por nunca había fumado y menos del 15 por ciento eran exfumadores.
Los peligros de los cigarrillos electrónicos
La moda de los vapeadores se ha apagado, pero siguen siendo unos productos con cierto grado de peligrosidad que no deben ser normalizados en la sociedad española, y mucho menos entre nuestros jóvenes. «En nuestro estudio observamos que la prevalencia de personas nunca fumadoras era mayor entre usuarios actuales (28%) de cigarrillo electrónico y entre los experimentadores (25,6%) en comparación con los que lo utilizaron en el pasado, y además estas personas nunca fumadoras pertenecían al grupo de menor edad (18-45 años)», explican los autores.
Estas cifras dejan lugar a pocas dudas: los cigarrillos electrónicos, lejos de ayudar a dejar de fumar, están ayudando a que los jóvenes se enganchen a estas sustancias nocivas. Por ellos, forma parte de la responsabilidad de todos enseñar a los niños y adolescentes que se trata de unos productos tan perjudiciales como los cigarrillos convencionales, por lo que su uso no debe pasarse ni por la cabeza.
Cómo prevenir el tabaquismo en los menores
En este artículo ya hablamos sobre la importancia que tienen los padres a la hora de enseñar a sus hijos que no deben fumar. Estas son algunas claves:
1. El ejemplo de los padres es esencial.
2. Los progenitores deben enseñar a los menores a decir ‘no’.
3. Si fumas, jamás lo hagas delante de tus hijos.
4. Explica las negativas consecuencias del tabaco: tanto a nivel interno (cáncer) como externo (uñas, dientes, olor).
5. Habla a tus hijos de los males del tabaco desde siempre.
Damián Montero
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