Los adolescentes se enfrentan a numerosos peligrosos en su juventud. Una fiesta entre amigos puede ser el primer contacto con distintos riesgos que pueden perjudicarlo seriamente como por ejemplo el alcohol y el tabaco. Un peligroso tándem que habitualmente se entiende como inseparable por las nuevas generaciones.
Esta es una advertencia que se realiza desde el Centro de Estudios sobre Políticas de Salud de la Universidad de California en San Francisco. Cada vez más jóvenes vinculan el consumo de alcohol al del tabaco, especialmente en las fiestas, lo que está dando lugar a un aumento del riesgo entre las nuevas generaciones.
Creen que es más placentero
Los especialistas de este centro encuestaron a más de 500 fumadores jóvenes y se les preguntó por los inicios del consumo de este producto. Más del 40% de estos entrevistados reconocieron que este principio tuvo relación con la ingesta de alcohol en alguna fiesta durante su adolescencia. La mayoría de ellos reconocieron que entendieron más placentera la experiencia de tomar una copa si tenían un cigarro cerca.
Otro alto porcentaje de los encuestados también afirmaron que durante su adolescencia a través del consumo de alcohol, también probaron la marihuana al entender que la toma de bebidas etílicas era mejor si fumaban este producto. El inicio de estas adicciones, tabaco y cannabis, por tanto, guardan relación con la ingesta de bebidas alcohólicas.
Prevenir el alcohol en jóvenes
Este estudio muestra cómo el alcohol puede ser la puerta hacia otras adicciones más peligrosas como el tabaco o la marihuana. Por tanto se hace evidente la necesidad de prevención en el consumo de estas bebidas para evitar estos problemas. Estos son algunos consejos para conseguirlo:
– Mantener un buen diálogo con los hijos y aprovechar toda oportunidad para en hablar
– Apostar por actividades de ocio y aficiones comunes, encontrando la forma de divertirse con ellos
– Saber adoptar cada proyecto educativo a las necesidades de cada hijo
– Transmitir buenos valores.
– Conocer a los amigos y a su grupo.
– Ofrecer, en la medida de lo posible, la propia casa para reuniones de amigos.
– Imponer unos horarios razonables y firmes para cuando los adolescentes salgan.
– Reforzar positivamente las conductas que lo merezcan y negativamente las que requieran corrección, señalando estas últimas y explicando la actuación correcta, pero sin descalificar a las personas.
Damián Montero
Te puede interesar:
– Alcohol y adolescentes: consejos de la AEP para preveniir su consumo
– El alcohol y sus efectos en los adolescentes