Ya llegó noviembre, un mes que invita a disfrutar de un buen libro con nuestros hijos junto a una taza de chocolate caliente para ellos y una de té, café o chocolate para nosotros. Los libros siempre son una buena manera de pasar el tiempo, y mejor aún si es en familia. Fomentar el hábito de la lectura desde el hogar es algo que no solo ayuda al desarrollo cognitivo de los niños, sino que también fomenta la creación de lazos familiares más fuertes. Si aún no tienes lectura para este mes de noviembre aquí os dejamos una selección de títulos.

Para todos los más pequeños de la casa:

El Ratoncito Pérez. Sorpresa bajo la almohada (Palabra) de Ana Cemborain Pérez. 

Una historia que da un giro moderno al clásico relato del famoso ratón que visita a los niños que han perdido un diente de leche. Cada noche el Ratoncito Perez se pone su traje y visita las casa de los niños, donde conocerá sus deseos y compartirá con ellos ilusiones. Con unas ilustraciones que les encantarán a los más pequeños, mantiene vivo al personaje que lleva acompañándonos tantas generaciones. 

Los reyes magos (Palabra) de Tina walls

Una edición preciosa del tradicional relato de los Reyes Magos que visitan al Niño Jesús, contada de una manera sencilla y llena de magia, perfecta para los más pequeños. Con ilustraciones vibrantes y llenas de detalles el libro cuenta la historia de Melchor, Gaspar y Baltasar, quienes vienen desde Oriente siguiendo la estrella fugaz. A lo largo de sus páginas encontrarán la historia de estos personajes evangélicos  que le traen al niño Jesús color, riqueza y generosidad mientras reflexionan sobre el verdadero espíritu de la navidad, el amor, la esperanza y la bondad. 

Para los mayores de 7 años:

Misterio en el barrio residencial (Palabra) de Francisco Marical Sistiaga

Esta novela policíaca llena de intrigas y emoción está pensada para los jóvenes lectores. La historia comienza una mañana en la que el perro de uno de los vecinos desaparece, y lo que parece ser una investigación rápida acaba por involucrar a todo el vecindario, tanto humanos como caninos. 

Esta desaparición aparentemente simple se convierte en una red de pistas, sospechas y descubrimientos donde la colaboración y el trabajo en equipo serán claves para desvelar el culpable. 

El jardín secreto Novela gráfica (Maeva) de Mariah Marsden, Hanna Luechtefel

Esta novela escrita en 1911 es considerada un clásico de la literatura infantil inglesa. La protagonista es una niña llamada Mary Lennox que nació en la India y que al quedar huérfana por el cólera es enviada a vivir a Inglaterra con su solitario y excéntrico tío. 

Afligido por la pérdida de su esposa, el tío le dedica poco tiempo a Mary, que, además, tiene la personalidad de una niña malcriada: se muestra taciturna, monta berrinches y es muy despectiva; por lo que acaba llevándose mal hasta con el personal de la mansión. Lo único que le queda es vagar por los pasillos intentando descubrir qué secretos esconde su nuevo hogar. Allí descubre un jardín que conserva una historia muy especial que acabará por transformar el mal carácter de Mary en curiosidad infantil y compasión.

Para los mayores de 10 años: 

Lola torbellino (Palabra) de María Vallejo-Nágera

Una divertida y emocionante novela juvenil que sigue las peripecias de Lola, una chica de ocho años energética, extrovertida y algo traviesa, cuyo carácter “torbellino” le lleva a vivir situaciones inesperadas y a menudo cómicas. Con esta personalidad arrolladora Lola se enfrenta a los desafíos, siempre con su peculiar estilo. 

Una historia llena de acción, emociones y lecciones valiosas en la que Lola cuenta todas esas trastadas llenas de momentos divertidos, personajes entrañables y situaciones que harán reír a los lectores, mientras desarrolla su identidad personal, la confianza en sí misma y la aceptación de los demás. 

Betsy (Palabra) de Dorothy Canfield Fisher

Esta novela narra la historia de una niña llamada Betsy, que vive en un pequeño pueblo que no le gusta nada, de modo que se enfrenta al día a día con algunas dificultades. A través de sus ojos, el lector vive las experiencias de esta niña que está empezando a descubrir el mundo que le rodea, comienza a forjar su propio carácter y aprende lecciones importantes sobre la vida. 

La historia de Betsy está llena de momentos cotidianos, como las relaciones con su familia, amigos o los desafíos de la vida escolar.  A lo largo de la novela, la protagonista madura poco a poco, aprende sobre la amistad, la empatía y la importancia de ser honesta consigo misma.

Para los mayores de 12 años: 

Erik, hijo de Árkhelan (Palabra) de Miguel Ángel Jordán

Esta trilogía sigue las aventuras de Erick, hijo de Árkhelan, un ser de gran poder y sabiduría, que descubre que tiene un destino mucho mayor de lo que podría haber imaginado. Criado en un mundo en el que la magia y los secretos antiguos se entrelazan con la vida cotidiana. 

A medida que Erik crece, se va desvelando poco a poco el enigma de su identidad y su conexión con un pasado lleno de criaturas mágicas y peligros. Se enfrentará a numerosos adversarios y desafíos que pondrán a prueba su valentía, su lealtad o su capacidad de tomar decisiones. 

Esta historia es ideal para lectores de 12 años en adelante que disfrutan con las aventuras épicas, la magia, el misterio y el heroísmo. Una trama que les envolverá y les hará reflexionar sobre temas como la identidad,el destino o el coraje necesario para enfrentar los retos de la vida. 

Invisible (Nube de Tinta) de Eloy Moreno

Esta historia sigue a un protagonista del cuál no sabemos el nombre hasta bien avanzada la trama. La novela sigue la vida de este personaje, que a pesar de estar físicamente presente, siente que nadie lo ve o no le entienden. A través de sus ojos, esta obra nos habla sobre los problemas que encuentran muchos alumnos de instituto que se sienten ignorados por sus compañeros. Y sobre situaciones que muchas personas no tienen en cuenta o miran hacia otro lado como es el caso del acoso escolar. La importancia de pensar en los demás, creer en uno mismo, defender la amistad y tener empatía con el resto, son algunos de los valores que este libro enseña. 

Juveniles: 

Los tres terribles inventos de Walter Swizwit (Blackie Books) de Ben Brooks

Esta novela juvenil de aventuras sobre la amistad y la valentía con un toque de magia está ambientada en un reino lejano, en un tiempo indeterminado. El protagonista de esta historia es Víctor que vive una vida tranquila en un pequeño pueblo en un valle hasta que llega Walter Swizwit, un vendedor ambulante. Víctor ante una venganza del ambulante por no haber tenido éxito tendrá que emprender un viaje en busca del antídoto. 

En este viaje, en el que pasa de pueblo en pueblo, la trama está llena  de aventuras. Los personajes a lo largo de la historia se van enfrentando a diferentes peligros y conociendo realidades que les harán madurar y comprender mejor el mundo. Un viaje en el que es muy importante el compañerismo o la generosidad, además de presentar una crítica a la sociedad moderna. 

El gran rompecabezas (Palabra) de Cristian Sahli Lecaros 

Esta intrigante novela juvenil mezcla misterio, aventura y reflexión en una trama que mantendrá a los lectores cautivados de principio a fin. La historia sigue a Miguel un joven chileno que se enfrenta a una serie de situaciones y desafíos que lo llevan a cuestionar su existencia, sus relaciones y su futuro. A medida que avanza la historia, se enfrenta a decisiones difíciles que lo obligan a mirar más allá de lo superficial y a profundizar en lo que realmente importa para él, cada uno se enfrenta a los desafíos y las decisiones que nos definen de forma diferente. 

La vida misma es como un rompecabezas que debe encajar de manera coherente. A través de estas piezas dispersas, que componen su vida, el protagonista intenta armar una imagen completa de sí mismo y de su propósito en el mundo, mientras lidia con los retos personales y sociales que enfrenta.

La novela es una invitación a explorar el proceso de autoconocimiento, la importancia de las elecciones y la manera en que cada uno de nosotros busca, a veces sin darnos cuenta, encajar las piezas de nuestro propio «gran rompecabezas» personal.