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Por las tardes, primero la obligación, después, todo lo demás

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Si los acostumbramos desde pequeños a que, nada más merendar, hay que hacer las tareas encomendadas, no les costará nada seguir el ritmo en la adolescencia.

Ayudar a nuestros hijos a organizar su tiempo después del colegio es fundamental para su desarrollo, rendimiento académico y bienestar general. Una buena organización les permite gestionar mejor sus tareas, disfrutar de tiempo libre y reducir el estrés. Estas son algunas estrategias para lograrlo:

  • Merienda: Al llegar del colegio, necesitan un tiempo para relajarse y reponer energías porque no han comido desde hace varias horas y su cerebro necesita una nueva aportación de nutrientes. Evitamos la bollería industrial, que produce subidas bruscas de azúcar pero que da poca energía a largo plazo. La merienda es un momento único para charlar con ellos y enterarnos de cómo ha ido el día.

  • Deberes y estudio: Establecemos un horario regular para las tareas escolares ayuda a crear un hábito. Desde Hacer Familia no somos partidarios de estar con ellos mientras llevan a cabo sus tareas para que así puedan ganar en autonomía. Sin embargo, es muy bueno que les echemos una mano para organizar su tiempo y decidir cómo abordar lo que tienen que terminar. Además, les ayudará a ver a más largo plazo, porque los niños tienden a pensar sólo en lo que tienen encomendado para mañana.

  • Actividades extracurriculares: Si participan en deportes, música u otras actividades, tenemos que incluirlas en la rutina desde el principio de curso. Es muy bueno para que aprendan a organizarse, porque tienen que contar con que hay días en los que tienen menos tiempo disponible para las tareas escolares y eso significa que tienen que adelantar los días que tienen más tiempo. Debemos evitar dejar que se salten actividades presas del agobio. A veces se organizan mejor cuando tienen menos tiempo. 

  • Tiempo libre y juego, siempre sin pantallas: Cuando son pequeños, tenemos que intentar que todos los días tengan un momento para el juego libre, por su cuenta, mejor al aire libre y en contacto con otros niños si es posible. En la adolescencia es más complicado que consigan estos ratos, pero debemos evitar que lo empleen en pantallas. Si les dejamos consultar el móvil, es importante que sea con hora de inicio y de final, para que no se queden atrapados en las redes sociales. 

  • Hora de la cena y de ir a dormir: Una rutina nocturna ayuda a conciliar el sueño y a que duerman las horas suficientes. El ideal sería que mediara al menos una hora entre la cena y el momento de marcharse a la cama, aunque en nuestro país resulta complicado. En ese caso, cuidemos al menos que las cenas no sean copiosas. Y después de ese momento, no deben ver pantallas. Aprovechan para preparar la ropa del día siguiente, la mochila, y para leer antes de irse a la cama.

Alicia Gadea

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