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Cómo decir «no» a los hijos

Cómo decir no a los hijos

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Cada vez encontramos más niños frustrados por no estar acostumbrados al no. Les cuesta aceptar que no pueden hacer lo que les gustaría. Es más fácil permitirles lo que quieren y no tener que pelear. Pero ¿esto realmente les educa? ¿Qué conseguimos cuando les educamos en el “NO”?

La importancia de usar el «no» de manera constructiva

Desde las aulas suele resultar más fácil trabajar el “no” puesto que las normas que se quieren transmitir y los objetivos a trabajar están muy especificados y toda nuestra atención está puesta en conseguirlos, sin existir excesivas interferencias. En casa, en cambio, los padres tienen que centrar su atención en muchas cosas a la vez lo que impide que en ocasiones sean persistentes a la hora de conseguir una norma, además del gran componente emocional que dificulta, en ocasiones, el nivel de exigencia. Pero, a pesar de esa dificultad, compensa hacer el esfuerzo y educarlos en el no, porque educamos su voluntad.

Los niños tienen que saber que no pueden conseguir todo lo que quieren. Es un aprendizaje que han de tener claro para que realmente lo interioricen y lo trasladen a todos los ámbitos de la vida.

Algunos consejos:

Es recomendable, y su funcionamiento lleva a situaciones de éxito, que haya una unión entre las normas que se están trabajando y exigiendo en casa y lo que se está potenciando en el centro educativo. El seguir toda una misma línea educativa dará estabilidad a los niños, consistencia y seguridad, sobre todo en la etapa de infantil. De ahí que sea tan importante el hecho de que exista muy buena comunicación familia y escuela.

También es importante que haya unión entre los cónyuges. Ambos deben tener clara la norma e ir al unísono. No solo basta con saber la norma, sino que necesitarán ser fuertes y tener herramientas para luchar contra la debilidad emocional, los chantajes del niño, posibles rabietas…

Por otro lado, el saber decir “no”, no consiste solo en que nosotros seamos capaces de enviar este mensaje a los niños, sino enseñarles para que ellos sean también capaces de decirlo. Puede parecer que estamos en una etapa muy temprana para trabajar este tipo de actitudes con los hijos, pero es un buen momento para trabajar este hábito. 

Los niños han de aprender a tener su propio criterio y valorar qué es lo que quieren o lo que les conviene en la vida. Es cierto que, por encontrarnos en una etapa temprana, pueden carecer de la madurez necesaria para que su criterio sea fiable pero este aspecto, sin obviarlo, no tiene porqué ser el inconveniente para enseñar a decir “no”. 

Algunos ejemplos:

Se puede comenzar con situaciones muy concretas que se puedan encontrar. Debemos guiarlos en esos momentos y darles recursos para ello y mostrarles el ejemplo positivo de lo que pueden hacer. Estos ejemplos deben estar relacionados con actitudes y aspectos personales y de relación social. 

Por ejemplo, si un niño decide no acoger a otro para jugar a fútbol, hay que ver cómo pueden reaccionar ante la decisión de este alumno el resto de compañeros de clase. ¿Deben seguir todos esa decisión o pueden decir que no están de acuerdo con la decisión? Si comenzamos a trabajar ejemplos de este tipo, poco a poco les haremos pensar en ello y, cuando se presenten situaciones en su vida de este tipo, serán capaces de pararse a analizar cuál es la mejor decisión que tienen que tomar y serán conscientes de que, dentro de esas decisiones, entra la posibilidad del “no” por respuesta. 

Para que lo entiendan mejor no solo hay que exponer el ejemplo, sino mostrarles posibles consecuencias que puede conllevar la decisión tomada, bien sea un sí o un no, y, además, si somos capaces de ponerles en situación y experimentar en cierta forma esas consecuencias, entenderán mejor la importancia de las mismas y será lo que haga que lo mediten con más detenimiento en futuras ocasiones.

Es un trabajo que, en principio, no supone mucho tiempo, sino que puede brotar de conversaciones con ellos o en momentos de juego e interacción.

Los padres no debemos solo decir no o corregir sino ayudarles y darles pautas de cómo deben actuar y comportarse para lograr seguir un buen camino y un buen desarrollo personal.

María Campo

Asesora Pedagógica

Eduka&Nature

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