Estrella fue el segundo bebé-medicamento nacido en España con el fin de curar a su hermano, Antonio, afectado por una enfermedad llamada «aplasia medular severa».
Los médicos y los padres se felicitan por haber conseguido, después de recorrer un largo camino, un tratamiento eficaz para la enfermedad de Antonio, condenado a una vida diferente a la de cualquier niño de su edad, con visitas recurrentes al hospital. Al mismo tiempo, algunos se preguntan si son éticos los medios utilizados para curarle: ¿es aceptable «crear» una persona para curar a otra?, ¿y la selección de embriones para conseguir el que nos pueda ser más útil?, ¿es que no existen otras alternativas de curación que no planteen estos conflictos éticos?
Antonio y Melania son padres de Antonio, un niño que sufre una enfermedad llamada aplasia medular severa que consiste en que la medula ósea es incapaz de fabricar algunas células de la sangre, por lo que aparecen anemias, infecciones recurrentes y hemorragias sanguíneas. El tratamiento depende de la edad del paciente y del grado en el que la medula ósea se haya visto afectada: transfusiones sanguíneas, antibióticos, trasplante de medula de un donante compatible o terapia con células madre de cordón umbilical. En el caso de Antonio, la evolución de la enfermedad hizo que el equipo médico se plantease un trasplante de medula ósea, pero como no encontraron un donante compatible, se recurrió a la creación de un bebé medicamento. Tras dos ciclos de fecundación in vitro y una serie de diagnósticos genéticos sobre los embriones obtenidos, se transfirieron a la madre aquellos que estaban libres de esa enfermedad. Fruto de todo este proceso, nació Estrella en el Hospital sevillano Virgen del Rocío.
La noticia provoco una gran alegría en la comunidad científica, ya que este bebé suponía una esperanza de curación de la enfermedad de Antonio. ¿Entonces? ¿Por qué hay algunos sectores de la sociedad que ven con desagrado el nacimiento de Estrella, un bebe-medicamento? Si Estrella supone la curación de su hermano, ¿dónde está lo malo?
El conflicto surge cuando se analiza el proceso del nacimiento de un bebé-medicamento: por qué y para qué fue creado, el proceso de selección de los embriones que más nos convienen y el destino de los sobrantes.
Es aquí donde hay que preguntarse si para curar este tipo de enfermedades no existen más que estas dos opciones: el trasplante de médula o la creación de un bebé-medicamento.
En algunas ocasiones, ante la dificultad de encontrar un donante de medula ósea compatible, se recurre a terapias con células madre del cordón umbilical obtenidas en el momento del parto. La realidad es que lo que estamos buscando son las células madre de un donante compatible, pero no necesariamente tendríamos que acudir a la creación del bebé-medicamento para encontrarlas, podríamos recurrir a un banco de sangre de cordón umbilical.
Bancos de sangre de cordón umbilical.
Los bancos de sangre de cordón umbilical son entidades públicas o privadas, diseñadas para conservar unidades de cordón umbilical obtenidas en el momento del parto, con la finalidad de servir como posible terapia para algunas enfermedades.
En la actualidad, el cordón umbilical es una fuente de células madre muy útil para el tratamiento de enfermedades -en niños y adultos- que necesiten un trasplante de células de médula ósea (leucemias, linfomas, enfermedades sanguíneas y otras malignas); y según los últimos estudios, los resultados obtenidos con este tipo de células son más favorables que los conseguidos con las procedentes de médula ósea. También existen numerosos tratamientos de otras enfermedades en fase de ensayos clínicos y en estudios experimentales.
Quizás, si la recogida de sangre de cordón umbilical en el momento del parto fuera una práctica más habitual en nuestro país, habría un mayor número de células madre de este origen entre las que escoger el donante más idóneo y no se haría necesaria la creación de un bebé-medicamento, con los conflictos éticos que esta práctica conlleva.
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