Este 2020 se ha convertido en todo un reto para las familias. La paciencia ha sido llevada al límite y, en muchos casos, los ánimos se han venido abajo. El año va acabando y, echando la vista atrás, pareciera mentira lo que se ha ido sucediendo a lo largo de estos meses. Por suerte, se ha llegado a la línea de meta, el 31 de diciembre marcará el cambio de curso.
Por ello, merece la pena reflexionar sobre distintos valores familiares que hemos aprendido a lo largo de 2020. Antes de que el reloj marque el último segundo de este año, no está de más sentarse y pensar en ellos. De esta forma se podrá comenzar un nuevo curso con estos pensamientos muy presentes y sabiendo estas lecciones que acompañarán todos durante los meses que están por venir.
La importancia de la familia
La familia ha sido la piedra angular durante el confinamiento. Sin ellos los ánimos se hubieran apagado en muchos casos. Incluso cuando han estado lejos, las videollamadas o mensajes han insuflado esperanzas en nuestros corazones. Han jugado con los más pequeños cuando no se podía salir a la calle, han escuchado nuestras quejas cuando peor pintaba la cosa y han compartido nuestros miedos.
Siempre hemos escuchado que la familia estará para cuando se la necesite y este 2020, en especial los meses de confinamiento, ha servido para saber que es verdad. Un recordatorio de lo que de verdad importa y que merece la pena aprovechar al máximo el tiempo junto a ellos.
Lo que de verdad importa
El coronavirus nos ha dado una lección de humildad. Vivimos en unos tiempos en donde el consumismo se confunde con felicidad, pero el confinamiento nos demostró lo importante que es algo tan simple como salir a dar un paseo en familia con total tranquilidad o una visita a los abuelos sin el temor de contagiarlos o poder ir al colegio y jugar con los amigos.
Cuando todo esto pase los parques se llenarán y los patios de los colegios de juegos. Y para siempre, una lección sobre lo que de verdad importa.
El valor de la responsabilidad
El coronavirus nos ha enseñado a ser responsables, a tener en cuenta lo importante que es cuidarnos a nosotros para velar por nuestros seres queridos. Algo tan sencillo como limpiarse las manos o usar mascarilla ha servido para contener la expansión del virus. Una llamada de atención a pensar en los demás porque no vivimos ajenos a lo que sucede a nuestro alrededor.
Somos responsables de nuestro entorno y eso será una lección que junto al resto de valores de este 2020 nunca olvidaremos.
Paciencia
Han sido meses duros, meses en donde las noticias solo traían malas caras. Pero hemos aguantado con la mejor de las sonrisas. La paciencia, junto al amor en la familia, ha sido la clave para aguantar hasta el final en este confinamiento. A veces, aunque las cosas pinten mal, solo queda aguantar porque al todo termina por llegar. Esperar es una virtud que hemos ido aprendiendo a medida que pasaban los meses.
Honestidad
Los bulos han hecho mucho daño durante el confinamiento. La falta de honestidad ha hecho que nos confundamos y que temamos lo peor cuando la realidad era otra. Una invitación para reflexionar sobre la importancia de decir siempre la verdad para poder saber cómo está todo a nuestro alrededor.
Damián Montero
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