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Situaciones cotidianas que dan ideas para mediar entre hermanos

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Estas son algunas situaciones cotidianas que se producen en familia cuando tenemos hijos adolescentes y se pelean entre ellos. ¿Cómo debemos reaccionar los padres? Aquí ponemos algunos ejemplos que nos pueden dar ideas.

Mediar entre hermanos: ¿qué hacer y cómo hacerlo?

Cuando nuestros se pelean nos asaltan muchas dudas sobre cómo reaccionar ante determinadas situaciones de celos o rivalidad que se puedan dar entre vuestros hijos. Queremos poner una dosis de sensatez, de calma o de serenidad… para evitar la discusión y, sobre todo, para que no se vuelva a repetir una situación así, pero no sabemos cómo reaccionar.

Aqui tienes una serie de ejemplos de situaciones cotidianas que pueden sugerirte alguna idea para vuestro caso en concreto y que te pueden ayudar a fomentar una buena relación entre hermanos

DOS HERMANAS (una de 17 años y otra de 15)

«Mi hermana pequeña es más guapa que yo, tiene mejor tipo, es más popular entre los chicos, es una chulita, no la aguanto» (o al revés, que la pequeña tenga envidia de la mayor).

«Hija, el valor de una persona no se mide solo por el físico, hay que fijarse en muchas otras cosas como la inteligencia, la amabilidad, la simpatía, la bondad. Te estás fijando solo en el aspecto físico y la persona es más que eso. Tu tienes un montón de cualidades, mira que sonrisa tan encantadora tienes, y esos ojos tan rasgados. Además, hay muchas guapas que no han encontrado al hombre de su vida y si crees que tu hermana se hace la «chulita», debemos decírselo con cariño, porque las «chulitas» a la larga, no gustan nada…»

DOS HERMANOS (del mismo sexo o contrario)

«Mi hermano no estudia nada y saca sobresalientes. En cambio, yo me paso la vida estudiando y me cuesta mucho llegar al notable. No le aguanto, yo tampoco voy a estudiar».

«Hijo, tienes que aprender a mirar mucho más lejos, aunque ahora te cueste. Ahora a lo mejor no te das cuenta del valor del esfuerzo, de la voluntad, de la constancia, pero si cultivas todas estar virtudes, llegarás muy lejos en tus estudios y en tu trabajo profesional. No te fijes solo en las notas más inmediatas. La experiencia nos demuestra que la inteligencia sola no basta. Se logran mejores resultados si se pone esfuerzo y tesón. Así que no te preocupes y sigue esforzándote».

DOS HERMANOS (del mismo sexo o contrario)

«Siempre cuentas con él para todo, y conmigo para nada. Yo ya no soy un niño, aunque mi hermano sea mayor que yo. Yo también soy capaz de hacer muchas cosas».

Probablemente, el hijo tenga razón y los padres no se han dado cuenta de que están tratando al hermano pequeño como si fuera «él pequeño». Suele ocurrir con bastante frecuencia, se carga demasiado sobre el mayor y se desconfía mucho del más pequeño, aunque realmente no lo sea tanto. «¿En qué cosas crees que no cuento contigo? ¿Crees que te estoy tratando como al pequeño? Pues a lo mejor, hijo, tienes razón y no me he dado cuenta».

HERMANA-HERMANO

«Claro papá (o mamá) como es tu hijito-hijita del alma, le pasas más por alto ciertas cosas que a mi me exiges el doble. Es tu preferido/a».

No hay (o no debería haber) hijos preferidos. Si los hay, la culpa es de los padres. Para poner un poco de objetividad en este asunto, podemos llevar un control por escrito de las situaciones, con el fin de comprobar si realmente se puede hablar de preferencias. «Hijo, en qué cosas crees que te exijo más que a tu hermano/a, y que paso más por alto ciertas cosas? Quizás no me he dado cuenta, o quizás tu también exageras, pero para comprobarlo vamos a escribir estas situaciones que tu detectas».

DOS HERMANOS O HERMANAS

«Ya sé que yo no soy como mi hermana/hermano, él/ella es perfecto/a y a mi me cuestan más las cosas. No me valoráis nada».

Cada hijo es diferente. En la familia se valora a cada miembro por lo que es, no por lo que tiene o hace. Cuidado con la autoestima de este/a hijo/a. Probablemente lo esté pasando mal. No sentirse valorado por sus propios padres puede ser muy duro. La solución pasa por reconsiderar nuestro trato, si le castigamos mucho, si no le pasamos por alto ni una, si siempre nos fijamos en lo que hace mal, si por el contrario no resaltamos sus acciones positivas etc.

Pilar Guembre. Pedagoga
Carlos Goñi. Profesor de filosofía

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