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La separación de los padres y su impacto en los hijos según su edad

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Cuando el tema de la separación de los padres es un hecho, es esencial tener en cuenta el sufrimiento que puede llegar a ocasionar a los hijos. Son los propios padres los que deben hacer todo lo posible por manejar de forma adecuada y responsable su separación para no lastimar a los hijos.

Un testimonio de una madre de dos niños, uno de 7 y el otro de 9 publicado en «El País» el 4 de mayo de 2011, nos invita a reflexionar a cómo puede afectar a los menores una situación de separación si no se gestiona adecuadamente:

«Como madre, la idea más importante, el mantra de este nuevo periodo ha sido: los hijos no se divorcian. No hay que mezclar los hijos en los problemas de la pareja. Ni estando casados ni, menos aún, separados. Los que se divorcian -o se separan, en mi caso- son los padres. Y con la mayor cordialidad posible -si es posible, valga la redundancia-, porque cualquier conflicto aireado delante de los niños, les acaba salpicando. Aunque no queramos, lo harán suyo e, inevitablemente, se culpabilizarán. La pareja se puede romper, pero lo que hay que transmitirles a los hijos es que la familia se ha transformado en otra cosa, pero su papá y su mamá seguirán siendo los mismos. A la pérdida de la estabilidad familiar no se puede sumar la pérdida de un padre o una madre. Para los niños es tan marcado el miedo a la pérdida que lo equiparan a la muerte. A la idea de que papá y mamá corren peligro de morirse».

Existen dos componentes a destacar en el anterior testimonio:
1. La responsabilidad de los padres ante una situación de ruptura.
2. La culpabilidad y el miedo que sentirán los menores ante un proceso de ruptura de sus padres.

¿Cuáles son los errores más comunes en un proceso de separación?

En diversas ocasiones y de manera inconsciente los progenitores podemos cometer una serie de errores que perjudican a los hijos. Entre los más comunes:

1. Transmitir al menor la idea de que deber elegir entre un padre u otro.

De esta manera, el menor se verá presionado produciendo distancia emocional. Al final se sentirá más cercano del que le muestre cariño y amor.

2. Expresar comentarios que dañen la figura del padre ausente.

En ocasiones, se pueden inculcar sentimientos en el niño fundados en la mentira. De esta manera, se generará una desconfianza desarrollando diferentes carencias emocionales respecto al padre ausente.

3. Presentar diferentes parejas de manera continua y frecuente y establecer una temprana convivencia.

Los niños necesitan conocer la nueva pareja de una manera progresiva respetando su tiempo y generando espacios en común donde se puedan compartir actividades para generar un vínculo. De esta manera, se puede obtener un equilibrio entre el desarrollo óptimo de los menores y la consolidación de la nueva pareja.

¿Cuáles son las consecuencias psicológicas de la separación de los padres en los niños?

El tipo de impacto y su grado dependerá del estilo de afrontamiento de los padres, de la edad del menor y de su grado de madurez.

1. Cuando el divorcio se desarrolla durante el embarazo. El estado de ánimo de la madre influirá en el bebé y puede que nazca con bajo peso o retraso en su desarrollo cognitivo.

2. En niños entre 1 y 3 años. Es frecuente que los niños puedan tener conductas de timidez, aislamiento, distanciamiento emocional o fobias que se traduzcan en pesadillas nocturnas.

3. En el caso de los niños de 3 a 6 años. Normalmente pueden generar sentimientos de culpabilidad ya que todavía carecen de capacidad de entendimiento de las causas de la separación. Pueden adoptar estilos de respuesta muy diferentes:pasivo- agresivo.

4. Los niños entre los 6 y los 9 años. Es posible que vivan sentimientos de rechazo, sensación de pérdida y tristeza, además del temor a ser abandonados, ya que todavía tienen la esperanza de que sus padres se puedan reconciliar.

5. Entre los 9 años y 12 años. Es muy común que puedan experimentar vergüenzade sus padres y sentimientos de rabia hacia al progenitor que tomó la decisión de separarse.

6. Los hijos adolescentes, entre los 13 y 18 años. Pueden tener conflictos entre aceptar o negar la situación de separación. De esta manera, se pueden generar diferentes consecuencias: desde una hipermaduración por parte del menor hasta problemas de conducta, como conductas antisociales, desafiantes o consumo de sustancias.

En otras ocasiones, la separación de los padres ha generado liberalización de un ambiente tóxico y violento generando adultos más maduros y resilientes. Por este motivo, son los adultos los que deben asumir su responsabilidad como padres sin olvidarse de satisfacer las necesidades de los hijos. Como se expresa en el testimonio inicial: «los hijos no se divorcian. No hay que mezclar los hijos en los problemas de la pareja».

Ángel Bernal Caravaca. Psicólogo y mediador. Cofundador de Lomber Soluciones Cyberbullying

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