La Navidad significa el reencuentro de muchas familias. Visita a los abuelos, hermanos que se reencuentran, o simplemente padres cenando con sus hijos. Lo que a priori es una noticia excelente, en muchas familias termina convirtiéndose en un conflicto que termina por dar al traste una fecha señalada en el calendario. ¿Cómo enfrentar estas discusiones y evitar que estas pequeñas crisis vayan a más?
La psicóloga Esther Diego Barquín explica que hay que tener en cuenta que detrás de estas discusiones en Navidad está el estrés de estas fiestas, o conflictos anteriores que terminan germinando en el momento en el que la familia se reúne y pasa más tiempo junto. Sin embargo, tener en cuenta las nociones necesarias, estas fechas se terminarán convirtiendo en fechas de amor.
El origen de los conflictos en Navidad
Hay que tener en cuenta que la Navidad es sinónimo de estrés por muchos motivos: las prisas, las compras, la preparación de las comidas… Durante estos días, algunos miembros de la familia pueden sentir que están asumiendo demasiadas tareas, mientras que los otros están disfrutando del ocio. Esto puede generar un clima de tensión que termina apareciendo durante estas fechas.
Por ello, el primer paso, debe llevarse a cabo en casa y dejar claro aspectos como quién se encarga de la comida, quién prepara las comidas, las personas que se encargarán del adorno, y todas las tareas relativas a los preparativos de estas fechas. También hay que especificar algunos asuntos como las fechas en que se visitarán a unos familiares, o a los otros. De esta forma, se evitarán también resentimientos.
También es necesario prevenir los gastos extras que genera la Navidad y son motivos de discusiones, es importante no salirte del presupuesto. Anticipar con tiempo las compras, los regalos, no dejarlo para última hora porque genera mucho agobio. De esta forma, también se evitará el estrés que puede provocar el efecto que estas fechas tienen en la economía del hogar.
¿Y si surge un conflicto en Navidad?
El primer punto que hay que tener en cuenta de cara a enfrentar una discusión en Navidad es que no estamos en una película o cuento típico de estas fechas. No todo se resuelve solo o por el mero hecho de dejarse contagiar por el espíritu de esta época del año. Lo que sí ayuda es una comunicación abierta y saber escuchar lo que está pasando y los reclamos de la persona con la que se mantiene el conflicto.
También será necesaria una alta dosis de empatía para ponernos en el lugar de los demás y en respetar su forma de pensar, sentir y actuar. No hay que tener razón a toca costa, sino a comprender la percepción de la realidad que está teniendo la otra persona y aceptar que nadie está en posesión de la verdad absoluta. Nadie es perfecto y una misma realidad puede tener distintas formas de verse.
Damián Montero
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