La familia es el primer ente en el que se desarrolla toda persona. Es allí en donde empieza a interiorizar lazos afectivos, aprender valores y establecer relaciones de empatía con los otros miembros del hogar. A los padres les toca volcarse en la crianza de sus hijos para acompañarlos durante estos años tan importantes en el desarrollo del ser humano.
En las últimas décadas se ha visto cómo los padres han pasado a formar parte de la crianza activa de sus hijos, igualándose los roles entre ambos progenitores. Algo que se ha traducido en una mayor felicidad en los más pequeños, garantizando una infancia mejor para los niños. Son muchas las funciones que realizan en el hogar y que pueden aportar mucho a los menores.
Dedicación de los padres
La presencia del padre en el desarrollo de sus hijos no es algo que comience cuando han llegado al mundo. Desde el momento el que se recibe la noticia del embarazo, pueden comenzar a desempeñar roles muy importantes a través del cuidado prenatal temprano. Tal y como indican desde la Asociación Americana de Pediatría, AAP, cuando se produce esta cercanía, la probabilidad de parto prematuro se reduce.
También se ha observado que cuando el padre participa en los cuidados prenatales tempranos, los bebés tienen menos riesgo de padecer enfermedades graves. Tras el parto, los hombres pueden apoyar la lactancia con el método canguro, facilitando la calma de los recién nacidos y, al mismo tiempo, ayudándolos a dormir bien.
Ya, durante la niñez, la participación de los padres contribuye al desarrollo del lenguaje, y forman otro lazo de protección contra los problemas de comportamiento. A medida que avanzan los años, ya durante la adolescencia, se encuentran otros beneficios como una menor posibilidad de conducta de riesgo y una menor tasa de depresión, así como un mejor desarrollo cognitivo.
Padres involucrados
Otra publicación en la revista Pediatrics señala que en aquellas familias donde los padres se involucraron en la infancia de sus hijos (a través del cariño, el juego y la comunicación), se apreció una mejor salud mental cuando estos alcanzaron la edad de nueve años. Incluso, se apunta a que esta presencia ayuda a reducir los efectos de la depresión postparto, tanto en las madres como en los hijos.
En este sentido también hay que recordar la importancia de la salud del padre durante estos años. En los últimos tiempos han aparecido nuevos datos que señalan la presencia de depresión postparto en hombres, lo cual puede influir de manera negativa en el desarrollo de sus hijos. De esta forma se hace necesaria la presencia de evaluaciones para poder detectarla a tiempo.
Damián Montero
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