Es lógico que nuestros hijos mayores vayan haciendo cada vez más planes por separado con sus amigos. Sin embargo, como la familia sigue existiendo, también tendrán que participar en algunos planes de ocio en familia. Con esfuerzo e imaginación para que el mayor también venga, algunas actividades realizadas en familia pueden ser tan atractivas y sugerentes como cualquiera de las que podría llevar a cabo con los amigos de su edad.
Evidentemente, a la mayoría de los jóvenes lo que realmente les apetece es disfrutar de la compañía de sus amigos. Al tener la misma edad, las mismas aficiones, los mismos intereses… no les cuesta prácticamente nada encontrar actividades divertidas que realizar o, simplemente, temas de los que charlar: música, estrenos de cine, coches, fútbol… todo un mundo lleno de entretenimiento y diversión se presenta ante ellos, hasta tal punto que, llega un momento en que les faltan horas los fines de semana.
En la misma onda: padres e hijos divirtiéndose
La otra cara de la moneda se presenta en casa, precisamente cuando nosotros les proponemos alguna actividad para hacer todos juntos: «¿es que no estamos en la misma onda?». Son muchos los padres que se hacen esta pregunta cada vez que deciden realizar una escapada a la sierra, visitar a un familiar o, simplemente, organizar una sesión de cine en casa un viernes por la tarde.
En cada caso, la mirada de sus hijos suele ser todo un poema al igual que lo suelen ser sus excusas: es que… hoy no puedo; tengo que hacer un trabajo; Antonio quiere que vaya a su casa…
Ponerse en su lugar: ocio con los hijos mayores
Para conseguir que el «mayor también se apunte» a nuestros planes de fin de semana un buen truco es ponerse en su lugar. ¿Qué nos apetecería hacer a nosotros si tuviésemos 20 ó 25 años y un largo fin de semana por delante? Está claro que no es nada fácil pues lo más seguro es que hayan pasado muchos años desde que nosotros teníamos esa edad e, incluso, la oferta de ocio dista mucho de la que teníamos a nuestra disposición en aquella época. Una pauta a seguir es intentar escuchar atentamente a nuestros hijos. Sus conversaciones, esas que mantienen entre ellos sobre conciertos y películas, pueden darnos grandes pistas para actuar.
Planes a su medida: para que el mayor también venga
No podemos hacer planes a nuestra medida y pretender que nuestros hijos jóvenes disfruten increíblemente. Muy al contrario, llegado el momento, tendremos que ser nosotros los que nos adaptemos a ellos y a sus gustos. De todos modos, no se trata tanto de que nos vayamos todos a un concierto de rock sino que planifiquemos en común algo divertido, asequible y en lo que no desentonemos, ni unos ni otros.
Hay muchos chicos y chicas de estas edades, por ejemplo, a los que les encanta practicar un deporte. Si nuestro hijo es uno de ellos, ¿por qué no organizar una salida especialmente sugerente? Existen muchos rincones en nuestras ciudades que nos proporcionarán el marco ideal no sólo para correr, montar en bici, en moto, esquiar… sino que, además, nos permitirán pasar un agradable día todos juntos. Además, después de una intensa mañana de ejercicio seguro que nuestros hijos mayores no renunciarán a una agradable comilona en el campo.
Ocio en familia. ¿Y si les preguntásemos a ellos?
Está claro que, mientras que a los pequeños se les puede contentar con poco, los mayores, en cambio, necesitan algo más, necesitan un tiempo exclusivamente para ellos y de calidad. Precisamente por ello, es bueno preguntarles antes de tomar una decisión. Si pensamos pasar un fin de semana fuera, sin ir más lejos, consultémosle para que él también participe en la elección del lugar.
De lo que no cabe duda es de que no existe mejor forma de captar la atención de los hijos jóvenes que a través de la cultura y los viajes. Aunque esto nos suponga tener que dejar en casa de la abuela a los pequeños de la casa un fin de semana, puede que sea una gran idea salir con los mayores a conocer una ciudad nueva para acudir a esa exposición que tanto les atraía. Además, podemos encargarle que prepare él la visita anotando por adelantado aquellos lugares a los iremos.
Aficiones comunes para toda la familia
En cualquier caso, lo cierto es que los mejores planes familiares suelen surgir de las aficiones compartidas. Esta es una buena tabla de salvación a la que agarrarse en esta etapa de la vida de los hijos para mantener una mayor unión familiar. Por ejemplo: Si nuestro hijo es socio de un club de fútbol, no desaprovechemos la oportunidad.
Sorprendámosle invitándole a acudir al partido que jugará su club fuera de casa, aunque eso implique tener que conducir durante toda una mañana o hacer el viaje en el mismo día para no gastar demasiado en un hotel.
Este es un buen modo de crear situaciones o, lo que es aún mejor, de aprovechar las que ya existen para convivir de modo personal con los hijos mayores y favorecer así los sentimientos positivos entre ambos.
Auténticos motivos para el ocio en familia
Todo ello, eso sí, ofreciéndoles motivos nobles y claros, de peso. Tendremos que pedirles casi ayuda, colaboración, agarrándonos a su responsabilidad para que decida dedicar su «tiempo libre» a algo que suele «apetecer menos» (visitar a una tía o llevar a sus hermanos al cine, por ejemplo). No se trata de que se «pasee» con la familia sino que contribuya y aporte: A todos nos puede apetecer salir con los amigos por ahí, completamente despreocupados, pero la familia exige cumplir con ciertos compromisos.
Es decir, como siempre, en la formación de chicos mayores, todo debe estar aderezado de formación en los motivos y no de camuflaje en los planes. De acuerdo con facilitárselo con una excursión más atractiva para él, pero no sobra exponer el plan con sinceridad: «Familia» significa afecto, y afecto requiere trato, ocasión de roce, en lo bueno y en lo malo, y también en la diversión.
Consejos para organizar planes de ocio en familia con hijos mayores
1. Cuando organicemos un plan familiar animemos a nuestro hijo a que invite a algún amigo o primo. Así, cuando llegue el momento, siempre podrán dar una vuelta los dos solos u organizar unas cuantas actividades por su cuenta.
2. Si nuestra familia es extensa y tenemos hijos con diferentes edades puede que, en ocasiones, tengamos que sacrificar los gustos de los más pequeños. Es más, quizá tengan quedarse algún fin de semana con los abuelos cuando el plan no sea acorde a sus edades: Un viaje, una excursión demasiado pesada…
3. Una buena forma de captar a los hijos mayores es implicarles en la organización y preparación de los planes familiares. Si pensamos realizar un viaje, que sean ellos los que se estudien las guías correspondientes, las rutas, los lugares a los que quieren acudir, etc.
4. Cuando deseemos hacer una actividad en familia debemos procurar, es difícil, que las fechas se adecuen a la agenda de nuestros hijos. Si proponemos un plan y están de exámenes o, simplemente, llevaban mucho tiempo esperando una determinada fiesta no cabe duda de que pondrán incontables pegas a la hora de participar.
5. No dudemos en apoyarnos en las tradiciones familiares, que no deben ser muchas pero sí estables. Si son muchas, no irán pero si son pocas seguro que no renuncian a ellas. Además, entorno a eso podemos organizar un plan atractivo todos los años.
6. Es bueno que, de vez en cuando, sea nuestro hijo mayor el que lleve al resto de los hijos al cine, al Parque de Atracciones o a remar.
Si organizamos una excursión quizá sea una buena ida que conduzca nuestro hijo mayor que ya tiene carnet y casi barba. Además, procuraremos pedirle opinión, tener detalles con él a lo largo de la excursión que denoten un trato «de mayor»: quizá él no nos los exija, pero lo que sí es seguro es que lo merece.
María Viejo
Asesoramiento: Santiago Herráiz. Licenciado en Derecho, ha dedicado su actividad a iniciativas pedagógicas y de asesoramiento familiar.
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