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Los padres actuales juegan más con sus hijos que los de generaciones pasadas

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La paternidad es una etapa espectacular. Las vivencias que se tienen en estos momentos marcan para toda la vida. Mucho hay que hacer junto a un hijo: salir a pasear, enseñarle a hablar o a andar y especialmente jugar. Esta es una de las mejores formas de conectar con los más pequeños ya que se estimula su imaginación y se crea un vínculo entre padre e hijo.

Por suerte, en los últimos años los padres han incrementado la cantidad de tiempo que dedican al juego con sus hijos. Esto es lo que se desprende del estudio que ha realizado la compañía de pañales Dodot en donde se ha comprobado que los padres actuales destinan mucho más tiempo a esta actividad junto a sus vástagos.

Mucho tiempo jugando

Este estudio ha desvelado que el juego es la actividad que más tiempo ocupa a los padres en relación al cuidado de los hijos. Estos datos reflejan que el 83% de los encuestados afirman que lo que más hacen junto a los más pequeños de la casa es disfrutar de este tiempo de ocio. Esto significa un cambio en la visión de la crianza que tienen los padres.

En el pasado era la madre la que más tiempo dedicaba a estos asuntos junto a sus hijos. Por su parte el hombre antiguamente tenía la misión de asegurar el sustento familiar y mantenía un trato más alejado con los más pequeños de la casa. La introducción de la mujer en el mundo laboral que ha hecho que ambos sexos compartan las tareas relacionadas con el cuidado de un pequeño.

Este hecho también se ha recogido por este estudio ya que la segunda actividad que más realizan los padres relacionada con sus hijos, después del juego, es el cambiado de pañales. El 65% de los participantes en estudio confirmaron que este asunto es el que más contacto les asegura con sus vástagos. En tercera posición queda desvestirlos y llevarlos a la cama, 62%.

Pese a este incremento del tiempo que los padres pasan junto a sus hijos, gran parte de los encuestados le gustaría incrementar esta cantidad. Únicamente el 40% de los hombres con niños admite sentirse conforme a la conciliación que realiza en su día a día. En cuanto a la baja por paternidad, el 76% de los participantes en esta investigación reconoció haber solicitado este permiso en su trabajo para pasarlo junto a sus vástagos.

Beneficios del juego

Ya que aumenta el tiempo de juego entre los padres e hijos, hay que saber qué tipos de actividades son beneficiosas para los más pequeños y aprovechar para asegurar un buen aprendizaje entre los vástagos:

Juego físico. Con él se mejoran las habilidades físicas y contribuye de forma positiva en la salud y en el desarrollo muscular del niño, así como ayuda a mejorar el control motor y su coordinación entre la vista y el tacto.

– Cubos.

– Juguetes de transporte: patines, bicicleta, un coche, triciclo.

– Juguetes para jugar al aire libre: arenero con palas y cubos, y columpios.

– Juegos activos: la comba, la goma, el escondite, pilla-pilla, el pañuelo.

Juego exploratorio o de manipuleo. Este tipo de juego implica resolver problemas, manipular, explorar y ganar control sobre una actividad, entre otras cosas el niño aprende que él mismo puede controlar el proceso y el resultado de toda actividad. Hasta los juguetes más sencillos permiten al niño explorar las dimensiones del espacio, manipular, armar y desarmar figuras para crear nuevas formas y hacerse más sensible al color y a la textura de los materiales.

– Puzles.

– Juguetes de construcción: legos, Playmobil.

– Cubos que encajan, cajas graduadas.

– Pinturas, papel y tijeras, plastilina, arcilla.

Los juegos con normas o reglas. Destinados a los niños prescolares no son capaces todavía de seguirlos; es a partir de los 6-8 años de edad cuando los niños son capaces de interactuar de forma cooperativa y empezar a comprender las reglas.

– Dominó.

– Juegos de mesa.

– Juegos de cartas.

El juego simbólico o imaginativo. Estos juegos implican el uso de ideas o símbolos, en vez de personas u objetos. Los niños trabajan con representaciones de cosas en lugar de las cosas mismas; este tipo de juego empieza desde los 18 meses y está presente en todos los niños saludables a los 3 años. Es una oportunidad para que los pequeños piensen simbólicamente y les da una defensa útil para resolver cosas por sí mismos, ayudándoles a tener una mejor idea de lo que es real y lo que no lo es, les permite experimentar los sentimientos y las emociones de otros, y ser sensibles al impacto que sus acciones tienen en la gente que les rodea.

– Marionetas.

– Disfraces.

– Juguetes relacionados con la casa: muñecas, carricoches, cocinita, platos, comida de plástico, sartenes, etc.

– Teléfonos de juguete y dinero de juguete.

– Actividades imaginarias: poner una tienda, restaurante, hospital.

Damián Montero

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