Hoy escribo este post con una mezcla de sensaciones, un poco extrañas. Carmen se ha ido a un campamento de inmersión lingüística con el cole, a un pueblo de Guadalajara, donde pasará tres días y, con cinco años que tiene, no ha pasado nunca una noche fuera de casa sin un adulto de la familia al lado, con lo que no sé qué tal irá el experimento -y con experimento, me refiero a la madre, porque sé que ella lo está pasando muy bien.
He de confesar que, al principio, cuando mandaron por correo electrónico la información de la salida, no presté atención porque dí por hecho que Carmen no iría. Pero semanas después, habló con compañeros de clase que sí que iban y la profe les explicó los juegos que iban a hacer, los animales que había allí y el entorno natural en el que iban a estar, así que ese mismo día, la niña me pidió que le apuntara. Y así lo hice.
El fin de semana estuvimos haciendo la maleta: clasificando todo en bolsas, por días, metiendo los productos de higiene en su neceser, la linterna, marcando todo con su nombre… para que ella supiera dónde llevaba todo.
Y llegó el gran día. Carmen esperaba feliz, con su trolley en la mano porque se iba a la excursión. Creí que me iba a resultar fácil despedirme de ella, pero cuando llegó el momento de la despedida y me dijo: «mamá dame tres besos porque voy a estar tres días sin verte», me contuve a duras penas y llegué al trabajo con una cara, que era un poema. Me sucedió una de estas cosas que nada más que entienden las mujeres cuando llegan a ese maravilloso momento en sus vidas que es la maternidad.
Ahora que estoy siguiendo las actividades que realizan en el campamento a través de un blog de la página del colegio y veo las fotos de mi hija con el resto de los compañeros y lo bien que se lo está pasando, pienso para mis adentros: «Qué tonta soy por estar triste*». Pero son sentimientos inevitables que te afloran sin querer.
Articulo escrito por María Cerrato. Periodista y mamá a tiempo completo. Autora del Blog Mamá tiene un plan
Y si os gustan los animales, te proponemos un plan: Actividades en familia con perros. El mejor amigo del hombre, también puede ayudarnos a educar, un artículo original de Diana Martín, del blog Mamá tiene un plan.
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