Aunque los padres sean la figura más importante en la educación de sus hijos, tampoco se puede negar la influencia de otros familiares cercanos en este proceso. Una figura muy clara en este sentido son los tíos, cuyo papel dentro del desarrollo de sus sobrinos es fundamental y difícil.
Por un lado los tíos no cuentan con la misma autoridad que los padres, sin embargo tampoco pueden convertirse en los amigos de sus sobrinos. Tampoco pueden ser la fuente que concede todos los caprichos de los más pequeños tal y como habitualmente se entiende la figura de este familiar. Sin embargo, estas personas pueden ayudar en gran medida en el desarrollo de sus sobrinos.
Funciones de los tíos
Los tíos pueden ser la solución perfecta al cuidado de los más pequeños de la casa. Al igual que ocurre con los abuelos, estos familiares son una mejor opción para quedarse al cargo de los niños para ayudar a los padres en la conciliación.
Además los tíos también deben ser una figura responsable de cara a sus sobrinos. Aunque con un poco más de flexibilidad que los padres, estos familiares siempre deben mostrarse delante de sus sobrinos como alguien responsable que sigue las normas establecidas. Nunca se debe contradecir a los progenitores delante de sus hijos y poner en duda su forma de educar.
Apoyo emocional
Al no representar una autoridad tan férrea como los padres, pueden favorecer que los más pequeños se abran a ellos con más facilidad y les cuenten sus problemas, inquietudes y sentimientos. Un buen aliado para que los progenitores puedan conocer más a fondo a sus hijos.
Sin embargo, pese a que un tío puede convertirse en una figura tan cercana al niño, nunca deben entrometerse en la educación que un padre ha decidido dar a su hijo. Siempre podrá aconsejar, pero nunca saltarse las normas que este ha decidido en su hogar. Tampoco se debe consentir demasiado a los sobrinos y concederles todo aquello que pidan por el simple hecho de ser «el tío guay».
Damián Montero
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