Si el ejemplo es clave en la educación de nuestros hijos, se va a convertir en la mejor baza para conseguir que interioricen hábitos y rutinas relacionados con la higiene, la alimentación y la vida saludable que después trasladarán sin problemas a su etapa adulta.
Todo padre sabe que su ejemplo es muy importante a la hora de transmitir valores. Virtudes como la fortaleza, la prudencia, la justicia, la templanza, la capacidad de esfuerzo y sacrificio y la generosidad, marcarán nuestra forma de actuar para que podamos transmitirlas.
Pero el ejemplo también nos ayuda a educar en las acciones cotidianas que queremos que nuestros hijos hagan suyas. Así lo ha demostrado una investigación llevada a cabo en el Public Health Institute, de Ontario, en Estados Unidos. Este organismo ha comprobado, a través de un estudio, que el comportamiento de los progenitores es clave en la enseñanza de hábitos saludables. En este trabajo constata que no basta con decir «hazlo», sino que los más pequeños tienen que ver que en casa todos practican este estilo de vida.
No basta con animar, hay que predicar con el ejemplo
La doctora Heather Manson, jefa de promoción de la salud y prevención de enfermedades crónicas y lesiones de Public Health Ontario, es clara: «no basta con animar a los niños a mantener hábitos saludables como comer sano y equilibrado, salir a hacer ejercicio, etc. Los padres deben ser un ejemplo en este sentido y mantener este estilo de vida para que los niños tengan un buen referente dentro de casa».
Por ejemplo, que los adultos decidan pasar la tarde en un parque en lugar de quedarse en casa viendo la televisión es una opción. Otro método es evitar que los niños vinculen diversión con dispositivos electrónicos como tabletas o teléfonos inteligentes, siempre es mejor que los más pequeños se muevan antes que se queden sentados.
El ambiente familiar es la clave para enseñar hábitos saludables
Para comprobar esta teoría, el Public Health Ontario realizó una encuesta telefónica a más de 3.200 hogares en donde hubiera al menos un hijo menor de 18 años. A los padres se les preguntó por su actitud en lo referente a actividad física, alimentación saludable y el tiempo que consideran adecuado para que los niños pasen delante de las pantallas.
Tras esta encuesta, los investigadores comprobaron que aquellos padres que llevaban a sus hijos a lugares en donde podían llevar a cabo una actividad física, como parques infantiles e instalaciones deportivas, tenían más probabilidades de afirmar que sus hijos realizaban ejercicio a diario. Más aún, si los progenitores participaban en estas actividades, era más habitual sus hijos practicasen algún tipo de deporte habitualmente.
La televisión, enemiga en las comidas
Esta encuesta también quiso averiguar en qué medida el ambiente familiar influye en otros hábitos saludables como una alimentación. Para ello los investigadores preguntaron a los padres por el entorno donde se realizaban las comidas en casa, si en él había televisor, si este estaba encendido cuando se sentaban la mesa y la cantidad de verduras que sus hijos comían.
Aquellos padres que se habían preocupado por generar un buen ambiente durante las comidas, tenían más probabilidad de asegurar que sus hijos comieran alimentos más saludables. De este modo, cuanto más lejos estuviera el televisor de la mesa donde se sienta la familia, más posibilidades había de que los niños de este hogar tomasen verduras habitualmente.
Esfuerzo de los padres por inculcar hábitos saludables
La doctora Manson insisten que no basta con decir al niño «hazlo», los padres también tienen que llevar estas prácticas a cabo. Para ello se requiere un esfuerzo por parte de los progenitores. Cuando los hijos ven que los mayores actúan de un modo, copian esta forma de proceder porque los adultos son un referente para los más pequeños de la casa.
Para ello, los padres tienen que aplicarse las normas que quieran que sus hijos mantengan para llevar una vida saludable. Por ejemplo, si queremos fomentar la actividad física y evitar el uso excesivo de los dispositivos electrónicos, nosotros tendremos que controlarnos en su uso y no fomentarlo para que los niños estén tranquilos.. En la mesa, el ejemplo de los padres será la clave para que los niños compartan con ellos una dieta equilibrada.
Damián Montero
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