«Mamá, ¿podemos tener un perro?» Si tu hijo sabe hablar, es raro que no te haya hecho ya esta temida pregunta. Puedes probar a usar cualquier maniobra de distracción, desde un helado hasta llevarle a Disneyland. Pero cuando tu ingeniosa táctica acabe, tendrás que enfrentarte a tu hijo porque si hay algo que no vaya a olvidar nunca es esta pregunta. No te precipites y pondera bien las ventajas y los inconvenientes.
Perro sí, perro no: una difícil decisión para las familias
Actualmente, el 39% de las familias tienen un perro. Hay mucho que considerar cuando nos enfrentamos a la decisión de tener perro. Mucho se ha hablado de la larga lista de beneficios para los niños pequeños (y para los bebés) de convivir con un perro; desde los socioeducativos (les aumenta su autoestima y acelera el desarrollo psicomotor) a los beneficios para la salud (se ha probado que los bebés que viven con perro sufren menos infecciones respiratorias y de oído, y tienen menos probabilidades de desarrollar alergias cuando crezcan).
Sin embargo, cada familia es un mundo. Y es importante no olvidar que ¡los perros no son juguetes! Por muy evidente que suene, las saturadas perreras abalan la teoría de que muchas personas que deciden tener perro no tienen en cuenta que es una responsabilidad que les va a quitar mucho tiempo durante los próximos diez años de su vida. No es una mascota que solo requiera que la alimentes y que le cambies el agua de la pecera con frecuencia. Los perros exigen dedicación y paciencia.
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10 consejos para tener un perro bien educado
Lo más recomendable es hacer una lista de pros y contras. Si los múltiples beneficios para tu hijo desequilibran la balanza a su favor, ¡enhorabuena!: te has hecho el mejor amigo que el hombre pueda tener. Ahora toca aprender a adiestrarlo correctamente para que se adapte a tu familia. Aquí tienes 10 consejos para tener un perro bien educado:
1. Elige bien la raza del perro
Antes de decidir entre criadero o adoptar tienes que saber qué raza de perro se ajusta más a tus necesidades. Hay 5 factores fundamentales a la hora de elegir la raza de tu perro cuando tienes niños pequeños:
– temperamento de la raza: no todas las razas de perro son buenas con niños pequeños. Elige una que sea cariñosa, tranquila y dócil.
– tamaño: no tanto del perro como de tu casa. Hay perros que necesitan su espacio, ya sea por su tamaño o por lo nerviosos que son. Por lo general, si vives en un piso evita los perros pastores o de caza, (a menos que sea una raza que se adapte a todo tipo de ambientes).
– gastos: aunque no todo el mundo lo tiene en cuenta, la mayoría del dinero que te dejarás en tu perro será en el veterinario. Si no puedes permitirte muchos gastos, evita razas que suelan tener problemas de salud. Y también las que necesiten comer mucho.
– pelo del perro: es muy importante cuidar el pelo del perro así que si no tienes tiempo o paciencia, evita los de pelo largo.
– tu estilo de vida: tener perro no es para todo el mundo. Es una responsabilidad importante y, como ocurre con los niños, el cansancio o la pereza no son excusas para no cubrir sus necesidades. Hay perros que necesitan salir más, que les cepilles más el pelo o que cuides sus hábitos alimenticios. Analiza tu estilo de vida para ver qué raza es perfecta para tu familia.
2. Educación bidireccional entre perro y niños
Tan importante es adiestrar al perro como enseñar al niño qué puede y qué no puede hacer con su peludo amigo. Hay reglas básicas que ambos deben conocer: ni el perro puede morder, desobedecer o gruñir, ni el niño debe molestarle cuando come, pegarle en el hocico sin motivo o montarle como si fuera un caballo, por muy tentador que sea cuando tienes un perro grande.
3. Socialización del cachorro
Los 3 primeros meses del cachorro son claves para enseñarles a relacionarse con niños pequeños y con otros perros. Es importante, sobre todo en el caso de algunas razas que por tamaño o temperamento puedan suponer un mayor riesgo, que le expongas a niños y a otros perros desde el primer momento.
4. Cubre las necesidades básicas de tu perro
Siempre que se tiene un perro hay que asegurarse de que se le va a poder dedicar el cuidado que necesita, así que infórmate bien de las características de la raza. Estate atento al tamaño de casa que necesita, al ejercicio que debe hacer, al pelo, la comida, y los cuidados médicos que pueda necesitar. Un perro bien cuidado es un perro feliz, y si le mantienes así será más cariñoso y dócil.
5. Ojo a las señales de tu perro
Lo último que hace un perro es morder, pero si no respondemos al resto de señales usará su último recurso. Hay que estar atentos a los gruñidos, ladridos y el nerviosismo del perro e identificar la causa. Puede que te esté avisando de que su espacio está siendo invadido, que necesita salir a correr, o que cree que hay un intruso en casa; escúchale y responde a tiempo a sus avisos. Ten en cuenta que algunos perros (como el Beagle) son ladradores por naturaleza y no será raro que ladren aunque estén relajados y contentos.
6. Entender los instintos del perro
Los instintos caninos fundamentales son el de presa, de territorialidad y de dominancia. La mayoría de los perros tienen los tres pero dependiendo de la raza tendrán más desarrollados unos u otros. Los perros de caza, los perros dominantes y los que tienen un fuerte sentido de la territorialidad necesitarán una atención y un adiestramiento especiales.
7. La familia es la manada del perro
Nuestro concepto de familia es el equivalente a su concepto de manada. En ella la jerarquía está muy bien definida. Es importante no solo que él entienda su posición en la manada, sino que la entiendas tú. Cuando creemos que un perro está celoso solo significa que ha bajado puestos en la jerarquía y no está respondiendo bien al cambio. Es importante que él sepa cuál es su sitio y que tú y tus hijos conozcáis el vuestro.
8. Enseña a tu perro quién es el macho alfa
Aunque siempre habrá en casa una sola persona a la que tu perro identifique como el macho alfa de la manada (sabrás quién es observando a quién obedece el perro más fácilmente), absolutamente todos los miembros de la familia están por encima de él. Tus hijos de forma involuntaria (y eficaz) le harán entender su dominancia con sus tirones de cola, caricias poco delicadas y golpes. Por eso es importante que expongas a tu perro a estas «delicias» a tiempo. En tu caso, mantente firme cuando adiestres a tu perro y distingue los momentos para jugar y los de aprendizaje.
9. Nunca les dejes solos
Si no dejarías a un bebé solo o con un niño pequeño (por cariñoso que pueda ser), tampoco debes dejarle a solas con tu perro. Si eres fan de Peter Pan, tener un perro niñera te parecerá una idea fantástica, pero todo tiene sus límites. Hasta que los niños crezcan lo suficiente como para poder tener el control de la situación, es necesario que siempre haya un adulto presente.
10. Cuidado con las incorporaciones a la «manada»
La jerarquía de la familia es algo fundamental para tu perro. Para evitar esos celos que se producen cuando hay una nueva incorporación en la manada, evita (en la medida de lo posible) introducir muchos cambios en su vida, como menos paseos, más prohibiciones, etc. Los que sean indispensables enséñaselos antes de la llegada del bebé, para que no los asocie a este. Desde el momento en el que la tengas montada, no le dejes acercarse a la cuna o entrar en la habitación del bebé, ve adaptándole a los nuevos ritmos y horarios.
Si sigues este decálogo con constancia y paciencia, tu perro será la alegría de la casa y la mejor compañía para los más pequeños.
Marga Wesolowski
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