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Natalia de Santiago: «Para llegar a fin de mes el mejor aliado es el presupuesto»

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Este año toca apretarnos el cinturón en medio de esta crisis económica marcada por la pandemia en la que para muchas familias será imposible ahorrar o comprar una casa. Para no ahogarnos en números, Natalia de Santiago, ingeniera de formación y financiera por vocación, acaba de publicar Invierte en tí (Planeta), una guía práctica para ayudarnos a gestionar nuestra economía de una manera tan eficaz como entretenida.

Con un genuíno sentido del humor y un lenguaje llano y sencillo para todos los que no tienen ningún conocimiento previo ni son genios de las matemáticas, este libro nos muestra lo que debemos hacer para que el dinero no nos quite el sueño. Desde la elección del banco que más nos conviene hasta cuándo deberíamos empezar a ahorrar para la jubilación, Natalia de Santiago desgrana la economía familiar que tan bien conoce como madre de 5 hijas.

Cómo ahorrar, planificar y gestionar tu dinero

La cuesta de enero de 2021 nos ha puesto las cosas aún más difíciles a las familias. Además de la pandemia, llegó la nieve de Filomena* ¿qué podemos hacer para organizar nuestra economía y llegar a fin de mes?
Para llegar a fin de mes nuestro mejor aliado es el presupuesto. Suena poco emocionante, pero, realmente, tener un presupuesto mensual a un año vista es lo que mejor nos va a ayudar a cuadrar las cuentas, sobre todo cuando van justas, y a ver qué decisiones tenemos que tomar y de dónde podemos cortar llegado el caso.

Entre ERTES, cierres de negocios, menos días de trabajo por no poder salir de casa… ¿cómo conseguir que el dinero no nos quite el sueño?
Para poder afrontar las crisis con más tranquilidad lo que tenemos que trabajar es nuestra resiliencia financiera. Las buenas noticias son que la resiliencia financiera se puede mejorar, pero las malas son que esto hay que hacerlo cuando las cosas van bien para estar preparado cuando la cosa se pone fea. Para no ser tan vulnerable en tiempos de crisis hay que tener cinco cosas en mente:
1. Que la suma de las cuotas de todos tus préstamos no sea más de un 40% de tus ingresos netos
2. Que tu capacidad de reacción, los gastos que puedes cortar de un día para otro, esté entre un 25 y un 50% de tu sueldo, incluido el ahorro.
3. Tener un colchón de emergencia de por lo menos tres meses de sueldo o, mejor todavía, seis.
4. Si la cosa de alarga, ya nos podemos plantear tirar de otras inversiones que podamos tener.
5. Por último, es fundamental tener un plan, para que el día que nos vengan mal dadas podamos actuar lo más rápido posible para evitar daños mayores.

La lectura del libro es realmente motivadora y entretenida, está salpicada de dosis de humor y llamadas al lector tipo «que no te la den con queso, el truco del almendruco», ¿qué es necesario para ser original en temas económicos y llegar a los que no entienden de números?
Yo creo que lo fundamental es querer que te entiendan y utilizar todos los recursos a tu alcance para hacerlo más digestible, aunque signifique simplificar un poco utilizando un lenguaje llano y accesible. Y, como siempre, reírse, sobre todo de uno mismo, nunca falla.

¿Cuáles son las bases de un buen presupuesto familiar para llegar a fin de mes?
Las claves de un buen presupuesto son: que sea realista y nos represente -de nada sirve vivir en el mundo de los unicornios-; que sume cero, es decir, que los gastos más nuestro ahorro sea igual a los ingresos; que clasifiquemos bien todos los gastos en categorías que tengan sentido sin caer en la tentación de barrer debajo de alfombras tipo «varios» u «otros», e incluir gastos como el IBI o las revisiones del dentista que solemos olvidar. Al final, lo importante es ponerse y ya iremos mejorando poco a poco. Cuanto más detallado sea nuestro presupuesto, menos nos va a costar ahorrar.

En España tenemos obsesión por comprarnos una casa, ¿debemos empezar a cambiar de mentalidad y optar por el alquiler, sobre todo, con los minisueldos de los jóvenes en sus primeros empleos?
Hay que quitarse ese estigma de que alquilar es tirar el dinero simple y llanamente porque no es cierto. Y para eso conviene también desterrar esa otra creencia habitual de que las casas son siempre una buenísima inversión, porque nos puede llevar a correr riesgos innecesarios y a endeudarnos por encima de nuestras posibilidades. La realidad es que hay veces que compensa alquilar, sobre todo cuando no pensamos vivir muchos años en esa casa, y otras que compensa comprar.

Algunos trucos como la cláusula suelo han disparado las alertas a la hora de pedir un préstamo hipotecario. ¿En qué debemos fijarnos hoy para que «no nos la den con queso con la hipoteca»?
Lo importante es comprar una casa que te puedas permitir y, para ello, hay que cumplir cuatro criterios de prudencia financiera:
1. El precio total no debe ser más que cinco veces tu salario bruto anual.
2. La cuota de la hipoteca no debe superar el 30% de tus ingresos netos mensuales.
3. Tienes que poder pagar, como mínimo, un 20% a tocateja y tener otro 10% ahorrado para cubrir los gastos de la compraventa.
4. Tienes que acabar de pagar la casa de antes de jubilarte.

Por si las cosas van mal, tener algo de dinero ahorrado es fundamental. ¿De cuánto y para cuánto tiempo debería ser ese colchón de ahorro?
De cara a hacer frente a imprevistos, nuestro colchón de emergencia debería cubrir, por lo menos, entre tres y seis meses de nuestros ingresos netos, y si nuestro trabajo es muy precario o inestable igual sería conveniente tener algo más. Lo que es importante es saber que estos ahorros tienen que ser muy líquidos, como efectivo, dinero en cuenta o depósitos a la vista, para que podamos tirar de ellos en cualquier momento.

Ahorrar para la jubilación tal y como está cambiando el sistema de pensiones parece hoy indispensable. ¿A partir de qué edad deberíamos plantearnos este ahorro y cómo hacerlo para que el dinero crezca a lo largo de los años?
Siempre digo que lo ideal sería haber empezado ayer a ahorrar para la jubilación. Nunca es demasiado pronto, pero como tarde a los 35 hay que empezar a tomárselo en serio.

¿Reciben los niños una buena educación financiera? ¿Qué podríamos hacer para enseñarles economía doméstica?
Por desgracia no la suficiente, por eso, hasta que los colegios se pongan las pilas, esta responsabilidad recae sobre los padres y he incluido algunas ideas en el libro. Tampoco hace falta ponerse muy técnico con los niños, dos herramientas tan de toda la vida como la hucha y la paga nos pueden servir para introducir conceptos tan importantes como el ahorro, la planificación y la diferencia entre los gastos necesarios y los caprichos.

¿Cuál es la regla de oro para no endeudarse y sobrevivir económicamente a este encadenamiento de crisis económicas y precariedad laboral?
Lo fundamental es ser conscientes de que para poder capear mejor las crisis hay que hacer los deberes cuando las cosas van bien para asegurarnos de que somos los suficientemente resilientes.

Marisol Nuevo Espín

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