Un padre es una influencia para sus hijos. Ya sea porque es el espejo en el que se miran los más pequeños o porque aconsejan y ayudan a la hora de tomar decisiones no se puede negar el influjo de los progenitores en pequeños, adolescentes y jóvenes adultos. Incluso su visión puede decidir el futuro vocacional de los niños desde edades muy tempranas.
Por mucho que se intente no influir en las decisiones de los hijos, un padre siempre va alterar de un modo u otro estas elecciones. ¿Se puede reducir el nivel de este influjo? ¿Puede usarse positivamente de algún modo? Sobre este tema se ha pronunciado la Sociedad Argentina de Terapia Familiar que explica de qué forma los progenitores están presentes en las decisiones que sus vástagos toman.
Siempre se influye: los padres pueden orientar
Aunque muchos padres ante la elección vocacional de sus hijos deciden no intervenir, para no influir sobre ellos, lo cierto es que es imposible. Desde que es pequeño, el niño ve en sus progenitores una figura en la que tomar ejemplo y de la que irá tomando elementos. Más adolescente, sabiendo la experiencia de estos adultos, acudirán a ellos a pedir ayuda.
En este punto, desde este organismo se explica la diferencia entre solucionar dudas y decidir por ellos. Los padres ante cualquier pregunta de los más pequeños deben aportar información real y permitir que sean ellos quienes decidan. Nunca se debe decir de antemano la elección, ya que esto anularía la capacidad crítica de los hijos al hacer que no sean capaces de sopesar todas las opciones.
Por otro lado, también se habla de otra influencia inevitable: el entorno donde se cría el niño. Por ejemplo, una familia donde exista costumbre de lectura favorecerá que el niño desarrolle el amor por los libros y a la larga termine devorando libros por su cuenta. Si bien el joven irá definiendo su propia personalidad, no se puede negar el influjo que tienen los gustos paternos en este asunto.
Igual ocurre en la decisión del futuro vocacional. Si el niño se ha criado en un ambiente donde las ciencias han estado muy presentes, este terreno le será más familiar y por tanto existirá una mayor posibilidad de decantarse por este campo en el ámbito laboral. Del mismo modo, si los hijos ven que sus padres están contentos con su puesto de trabajo, querrán uno igual para ellos al hacerse mayores.
Permitir que ellos elijan su profesión
Una vez sabida la influencia que tienen los padres sobe la vocación de sus hijos, es importante no abusar de ella y terminar eligiendo por ellos. Los padres nunca deben enfadarse si al final se toma un itinerario distinto al pensado inicialmente, sino todo lo contario, apoyar esta decisión. Pero eso sí, hay que ser realista y exponerle todos los riesgos a los que se enfrenta en este camino.
Estos son otros elementos que deben estar presentes a la hora de elegir futuro profesional:
– El autoconocimiento. Saber qué competencias y habilidades personales se dominan y determinar en qué futuro laboral pueden aplicarse es el primer paso a realizar, anterior a tener en cuenta la oferta de formación y de empleo futuro.
– La oferta académica. Las opciones son cada vez más amplias y diversas ya que existe una tendencia a la especialización. Es necesario conocer e informarnos de la oferta de estudios existentes, para encontrar la que mejor se adapte a nuestros objetivos y posibilidades.
– El mercado de trabajo. Hay que conocer a fondo si es posible, las características y tareas que realizan los profesionales para poder escoger la profesión que nos interesa. Es importante hablar con distintos profesionales para que nos comenten los pros y contras de su vida profesional.
Damián Montero
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