En la actualidad debido a las excesivas responsabilidades laborales y cambios en la estructura familiar (entre otras), los abuelos sustituyen a los padres cumpliendo funciones que son exclusivamente de éstos. En muchas ocasiones, para los papás se ahorran dinero y ganan en confianza de saber que sus hijos están bien atendidos.
Esta confianza y la seguridad que proporcionan se constituye, a su vez, en un colchón emocional para los pequeños del hogar. En otras ocasiones, los abuelos asumen una gama de responsabilidades para poder ayudar a sus hijos, de tal manera que cualquier conducta de negación o límites cae en el olvido por la imperante idea de: «todo por mis hijos y todo por mis nietos».
Los abuelos se convierten así en una figura que transmite cariño, en orientadores indispensables mientras que son testigos de la evolución física, mental y emocional que experimentan sus nietos, sobre todo en los primeros años de la infancia.
¿Cómo es la figura de los abuelos en la actualidad?
En la actualidad y con la crisis económica, donde ha aumentado el desempleo y las dificultades financieras en las familias, los abuelos contribuyen, de manera directa e indirecta, en la economía de la familia, además del cuidado y crianza de los nietos.
En muchas ocasiones, al encargarse del cuidado de sus nietos, les ahorran a los padres una importante cantidad de dinero que de otra manera, deberían de invertir en una persona que cuidara de los menores mientras que los padres trabajan. En otras ocasiones, alguno de los papás se puede encontrar en una situación eventual de desempleo y los abuelos contribuyen o se ocupan, de manera transitoria o prolongada, de muchos de los gastos que se generan por parte de la casa y de los hijos. Este papel necesario de los abuelos en particular, ha significado un gran aporte a sus familias y a las esferas sociales y económicas de muchos países occidentales.
¿Cómo contribuyen los abuelos a nivel emocional en los menores?
La figura del/la abuelo/a son referentes emocionales en la vida de sus nietos, independientemente de la frecuencia y la duración del tiempo que pasen con ellos. Son personas sabias, maduras, generalmente dispuestas a dedicar tiempo, paciencia y compresión, además de transmitir aprendizaje a través de sus experiencias vividas.
Hay que decir que aunque los abuelos no tienen la función de la crianza y educación de los menores como sí la tienen los progenitores, si tienen una función de complementar y ampliar los referentes de aspectos como el respeto, la prudencia o saber escuchar. Por este motivo, los padres suelen ser más impacientes, menos comprensivos e incluso más exigentes con sus hijos que los abuelos.
La diferencia clave entre los padres y los abuelos es que éstos tienen la sabiduría adquirida de la experiencia con el transcurso de los años, han vivido y superado las etapas de la crianza de sus propios hijos, y ahora tienen la disposición necesaria para disfrutar del desarrollo y crecimiento de sus nietas y nietos.
Los abuelos se convierten en cuidadores y acompañantes generando un soporte emocional que influye positivamente en el vínculo afectivo con sus nietos, que se traducen en abrazos, besos y un sinfín de horas que pasan juntos aprendiendo unos de otros, proporcionando seguridad, calidez y seguridad. En muchas ocasiones, se convierten en los aliados y en guardianes de sus secretos ya que se limitan a escuchar, a enseñar sin reproches, juicios de valor o críticas.
¿Cuáles son las emociones que pueden surgir por parte de los padres?
Todos los padres que han necesitado dejar a los hijos con los abuelos o alguna otra alternativa (guardería, canguro, etc…), han experimentado sentimientos de culpabilidad, impotencia y frustración, ya que no pueden dedicar el tiempo necesario para la crianza y la educación de sus hijos, sintiendo la «pérdida emocional» por no ser testigos del crecimiento de sus hijos.
También pueden surgir sentimientos de «celos» de los padres hacia los abuelos, ya que pueden tener ciertas creencias de que se «entrometen» en sus vidas y en su forma de educarlos. El surgimiento de estas emociones es comprensible cuando son los abuelos quienes pasan más tiempo con los niños, debido a los horarios y responsabilidades profesionales de los padres.
No obstante, la realidad hace tomar consciencia de que es imposible ocuparse totalmente de elementos como el trabajo, la pareja, la casa o los amigos.
¿Cómo aliviar responsabilidades y evitar tensiones?
Para poder gestionar las diferentes emociones tensas que se producen, es necesario que las dos generaciones se pongan de acuerdo respecto a las pautas fundamentales respetando las funciones y responsabilidades de ambas.
1. Tantos padres como madres deben desquitarse de la idea de que todo se puede controlar generando grandes dosis de ansiedad.
2. Pensar que mientras que los nietos estén con los abuelos, fortalece su educación y desarrollo pero nunca realizarán el rol de padre o madre.
3. Desvincularse del sentimiento de culpabilidad: los menores van a valorar más la calidad del tiempo que la cantidad. Ellos necesitan padres afectuosos y cercanos.
4. Es importante que los abuelos respeten en todo momento la figura de los progenitores y sus responsabilidades.
5. Si existe alguna discrepancia es importante que tanto los padres como los abuelos se lo comuniquen sin la presencia de los menores.
Ángel Bernal Caravaca. Psicólogo y mediador. Cofundador de Lomber Soluciones Cyberbullying.
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