El ser humano es social por naturaleza y la comunicación es un elemento básico en todos nosotros. Por supuesto, en la familia, esta herramienta es algo fundamental para su buen funcionamiento.
Conocerse, saber cómo apoyarse, descubrir qué les sucede en los peores días. Por ello, hay que saber cómo desarrollarla de un modo efectivo dentro del hogar en el que los niños crecen.
Los profesionales de la Asociación Española de Pediatría y Atención Primaria, AEPap, señalan que la familia es el núcleo básico de socialización y se trata de un proceso muy importante para convertirse en persona. En el hogar deben enseñarse las pautas necesarias para transmitir adecuadamente el primer sistema de comunicación y hacerlo de forma correcta en persona.
¿Por qué es importante comunicarse bien?
Es imposible que el ser humano no se comunique. Tanto con palabras, como con gestos, las personas transmiten todo lo que quieren decir y expresan sus sentimientos. De esta forma, se transmite información, se ponen las bases de comunicación, se expone el afecto que profesan los padres a sus hijos, al mismo tiempo que se cuenta con una herramienta muy útil para resolver problemas.
Una buena comunicación beneficia a cada miembro de la familia, permiten conocerse mejor y es imprescindible para el desarrollo. La base para transmitir nuestros pensamientos en la casa debe ser el amor, la claridad y el respeto entre todos los miembros del hogar. De esta forma, se facilita la creación que del vínculo y se aseguran buenas relaciones y un crecimiento basado en la moral.
Amenazas para una buena comunicación
¿Qué puede hacer que la comunicación en casa se vicie? Estos son algunos elementos que pueden trabar este vínculo:
– La falta de tiempo. Las familias viven en una sociedad donde queda poco tiempo para conversar con tranquilidad, ecuanimidad y sosiego.
– Las nuevas tecnologías. Los smartphones y otras pantallas, y las redes sociales invaden cada vez más las vidas de todos en casa. De esta forma se convierten en amenazas a la comunicación interpersonal.
– El estrés. El trabajo, las actividades extraescolares y la enorme oferta de ocio que ofrece nuestra época, disminuyen el tiempo para «conversar». Los problemas y los cambios que forman parte de la vida si no se elaboran adecuadamente, pueden amenazar la comunicación.
– El conflicto. Cuando existen resentimientos en casa, o se plasman fuertes discrepancias o choques de valores, la comunicación positiva puede verse amenazada.
– La falta de habilidades comunicativas. Algunas personas tienen dificultades en las relaciones ya que no saben comunicarse adecuadamente.
Cómo comunicarse bien en casa
En AEPap se brindan varios consejos para los que impulsar una buena comunicación en casa:
– Crear espacios para propiciar la comunicación a diario entre los miembros de la familia.
– Escuchar con plena atención. Es lo más importante, escuchar en silencio, manteniendo la mirada, asintiendo, preguntando, clarificando y eliminando distracciones.
– Saber que los niños pasan por distintas facetas en su crecimiento. Por ello, la forma de comunicarnos tiene que ser diferente según su edad. Los temas de conversación tienen que ser también acordes en función de lo que pregunten y de su capacidad emocional y cognitiva.
– Pedir su parecer y opinión si es pertinente. Considerarlos interlocutores válidos hará que se sientan importantes y respetados. También se favorece la maduración y las relaciones saludables.
– Siempre que se pueda, dar la información de forma positiva.
– Ser congruente: Es importante que los niños sepan que lo que dicen los adultos, ocurre. Es decir, cuidado con lo que se les transmite porque habrá que cumplirlo.
– Ser respetuoso. No insultar ni etiquetar.
– Ser honestos y veraces.
Damián Montero
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